Viernes, Abril 19, 2024

Terminal dos del puerto de Valparaíso junta mañana su último trámite

EL MERCURIO – “Llegó la hora de las definiciones. Por fin terminará la incertidumbre respecto del futuro de este proyecto, que es el más importante de la última década en materia portuaria”, sostiene el presidente de la Empresa Puerto Valparaíso (EPV), Raúl Celis Montt.

Las declaraciones las hace ad portas de que el Comité Regional de Evaluación Ambiental —que preside el intendente Jorge Martínez y que integran representantes de diversos ministerios— deba aprobar o rechazar el proyecto para ampliar el Terminal Dos del Puerto de Valparaíso, que ya ha completado cuatro años de tramitación. La sesión está fijada para las 17.30 horas de mañana.

La obra, considerada el segundo megaproyecto para Valparaíso —el otro es el Paseo del Mar, anunciado por el Presidente Piñera para el borde costero del sector de Barón—, considera una inversión de US$ 550 millones y enfrenta su último trámite, luego que el miércoles pasado el Servido de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó aprobar el proyecto y el plan de mitigaciones y compensaciones presentado por la empresa.

El nuevo terminal fue entregado en concesión por 30 años a la empresa Terminal Cerros de Valparaíso en abril de 2013. Actualmente, la concesionaria opera los sitios 6, 7 y 8 del puerto, ubicados en el Espigón, pero el proyecto considera habilitar un nuevo frente de atraque que ocupará una superficie de 18,1 hectáreas, de las cuales 15,1 serán ganadas al mar (ver infografía).

Cuando entre en operaciones permitirá duplicar la capacidad de transferencia de carga que tiene el puerto de Valparaíso, que actualmente alcanza a 10,8 millones de toneladas al año. Su construcción debiera terminar en 2024.

El proyecto puede ser impugnado por los detractores, entre ellos, organizaciones gremiales y colectivos comunitarios que insisten en que su materialización tendrá un efecto ambiental negativo para la ciudad y su condición patrimonial. Quienes lo respaldan, entre ellos el Gobierno (como también lo hizo el anterior), recuerdan que generará 3 mil empleos directos y que contribuirá con obras de compensación y mitigación en la ciudad, entre ellas, la recuperación de un ascensor.

Pero lo más importante, a juicio de Celis, es que incrementará la infraestructura portuaria de Valparaíso, que se ha mantenido estancada frente al avance experimentado por San Antonio.

“Mientras San Antonio se ha unido y ha podido aprobar y construir Puerto Central, en Valparaíso ha ocurrido lo contrario, porque desde que se construyó el acceso sur, hace 10 años, ha tenido una sucesión de proyectos frustrados”, indica.

Para la ministra de Transportes, Gloria Hutt, “este terminal es una pieza indispensable para aumentar la capacidad portuaria de la Macrozona Central”, y advierte que el costo de no contar a tiempo con la infraestructura que se ha previsto “es alto” y podría afectar el desarrollo del comercio exterior.

A los críticos a la iniciativa responde que “Valparaíso es una ciudad-puerto, su identidad y crecimiento van de la mano con el desarrollo portuario. Al igual que muchas ciudades en el mundo que presentan esta misma situación, debemos encontrar las condiciones para que la convivencia urbana sea armónica con la actividad de importaciones y exportaciones”.

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Fuente: El Mercurio, Martes 04 de septiembre de 2018

EL MERCURIO – “Llegó la hora de las definiciones. Por fin terminará la incertidumbre respecto del futuro de este proyecto, que es el más importante de la última década en materia portuaria”, sostiene el presidente de la Empresa Puerto Valparaíso (EPV), Raúl Celis Montt.

Las declaraciones las hace ad portas de que el Comité Regional de Evaluación Ambiental —que preside el intendente Jorge Martínez y que integran representantes de diversos ministerios— deba aprobar o rechazar el proyecto para ampliar el Terminal Dos del Puerto de Valparaíso, que ya ha completado cuatro años de tramitación. La sesión está fijada para las 17.30 horas de mañana.

La obra, considerada el segundo megaproyecto para Valparaíso —el otro es el Paseo del Mar, anunciado por el Presidente Piñera para el borde costero del sector de Barón—, considera una inversión de US$ 550 millones y enfrenta su último trámite, luego que el miércoles pasado el Servido de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó aprobar el proyecto y el plan de mitigaciones y compensaciones presentado por la empresa.

El nuevo terminal fue entregado en concesión por 30 años a la empresa Terminal Cerros de Valparaíso en abril de 2013. Actualmente, la concesionaria opera los sitios 6, 7 y 8 del puerto, ubicados en el Espigón, pero el proyecto considera habilitar un nuevo frente de atraque que ocupará una superficie de 18,1 hectáreas, de las cuales 15,1 serán ganadas al mar (ver infografía).

Cuando entre en operaciones permitirá duplicar la capacidad de transferencia de carga que tiene el puerto de Valparaíso, que actualmente alcanza a 10,8 millones de toneladas al año. Su construcción debiera terminar en 2024.

El proyecto puede ser impugnado por los detractores, entre ellos, organizaciones gremiales y colectivos comunitarios que insisten en que su materialización tendrá un efecto ambiental negativo para la ciudad y su condición patrimonial. Quienes lo respaldan, entre ellos el Gobierno (como también lo hizo el anterior), recuerdan que generará 3 mil empleos directos y que contribuirá con obras de compensación y mitigación en la ciudad, entre ellas, la recuperación de un ascensor.

Pero lo más importante, a juicio de Celis, es que incrementará la infraestructura portuaria de Valparaíso, que se ha mantenido estancada frente al avance experimentado por San Antonio.

“Mientras San Antonio se ha unido y ha podido aprobar y construir Puerto Central, en Valparaíso ha ocurrido lo contrario, porque desde que se construyó el acceso sur, hace 10 años, ha tenido una sucesión de proyectos frustrados”, indica.

Para la ministra de Transportes, Gloria Hutt, “este terminal es una pieza indispensable para aumentar la capacidad portuaria de la Macrozona Central”, y advierte que el costo de no contar a tiempo con la infraestructura que se ha previsto “es alto” y podría afectar el desarrollo del comercio exterior.

A los críticos a la iniciativa responde que “Valparaíso es una ciudad-puerto, su identidad y crecimiento van de la mano con el desarrollo portuario. Al igual que muchas ciudades en el mundo que presentan esta misma situación, debemos encontrar las condiciones para que la convivencia urbana sea armónica con la actividad de importaciones y exportaciones”.

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Fuente: El Mercurio, Martes 04 de septiembre de 2018

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