EL MERCURIO – Ocho son los embalses que operan actualmente en Chile y que se usan para el almacenamiento de energía, los que mayoritariamente vienen presentando niveles bajo los promedios históricos.
Según las cifras que son reportadas por la Comisión Nacional de Energía (CNE), seis de los ocho recintos se encuentran en una situación deficitaria.
El más representativo del listado es el embalse Laja, el cual cuenta con la mayor capacidad de generación de energía. Al cierre de junio, esta represa acumula un promedio mensual de 1.823 GWh, es decir, un 35% menos que el indicador del primer semestre de los últimos 19 años.
Mucho más atrás está el embalse Colbún, el que también presenta una relación negativa respecto al acumulado, con 304 GWh al primer semestre. Sin embargo, si bien la cifra es menor, se trata de un ligero retroceso de 3,9%.
Otro cambio significativo ocurre en Ralco, en la Región del Biobío, cuyo almacenamiento en la primera mitad del año es hasta un 40% menor al que se vio entre los años 2000 y 2018.
En el caso de los dos embalses que mostraron un escenario positivo respecto al histórico, está La Invernada —el cuarto en capacidad—, que en el período tuvo un alza de 79%, llegando a los 103,6 GWh.
Con todo, el año se juega durante la segunda parte del ejercicio, cuando luego de las lluvias, comienzan los deshielos. Aunque tampoco se prevé un cambio importante en la tendencia. Esto se suma a que los embalses del sistema eléctrico han soportado 5 años de hidrologías secas y está por verse si entrarán en una fase de recuperación.
Lo anterior, producto de la profunda sequía que afecta a la zona central del país durante los últimos años. De hecho, según los reportes de la Dirección Meteorológica de Chile, en la última década las semanas en las que caen precipitaciones se han reducido drásticamente.
“Los niveles actuales de los embalses todavía no permiten grandes aportes de generación hidráulica, debido a que hay que optimizar la generación considerando otros factores, como las centrales disponibles, niveles de demanda y el desarrollo de la hidrología, incluida una condición desfavorable, entre otros”, explica Rodrigo Jiménez, gerente general de Systep.
De todas maneras, en el último reporte de la consultora, a mayo de 2019, se identificó que en ese mes —y por segundo año consecutivo— la energía embalsada en el Sistema Eléctrico Nacional superó los niveles del año anterior. No obstante, sigue en valores históricamente bajos, representando un 61% del promedio mensual entre los años 1994 y 2018. En el reporte se explica que en lo que va del año hidrológico 2019/2020, el nivel de excedencia observado es de 83%, es decir, se ubica entre el 17% de las hidrologías más secas observadas a igual fecha.
Respecto a los efectos de esta situación en el precio que muestra el costo marginal de la energía, este se encuentra contenido, debido a la puesta en servicio de nuevas centrales eficientes, particularmente solares y eólicas, que han desplazado la generación térmica.
En este escenario, Jiménez advierte que “si persiste en el tiempo una condición seca y como país no somos exitosos en concretar las centrales renovables anunciadas, sin duda los costos marginales se incrementarán. Por eso, más allá de la contingencia actual, resulta muy relevante que a futuro se construyan los 5.300 MW en centrales renovables comprometidas en las últimas 4 licitaciones, además de 1.200 MW de nuevos proyectos renovables que han anunciado las empresas como reemplazo por el plan de descarbonización”.
En la actualidad, el rol de la hidrología aun es importante en el sistema eléctrico. Según las proyecciones de Systep, el costo marginal para este mes en la zona central puede tener variaciones de US$ 50 solo por la condición hidrológica que se considere.
Reducción
Los últimos reportes de la Dirección Meteorológica de Chile señalan que durante la última década se han reducido drásticamente las precipitaciones que caen en ciudades como Concepción, Valdivia y La Serena.