Jueves, Diciembre 5, 2024

Movilidad postpandemia según los usuarios

STEER GROUP – Como consecuencia de la pandemia del COVID-19, las ciudades han experimentado restricciones y transformaciones en su funcionamiento. En particular, los trayectos de las personas han sufrido cambios impensados, ya sea por la determinación de los mismos ciudadanos o por las medidas impuestas por los gobiernos.
Steer hizo un sondeo de percepción simple sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de Santiago de Chile, Chile; Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín, Colombia; y de Ciudad de México, Mérida, San Luis Potosí y Tijuana, México. Los resultados evidencian que el teletrabajo, el miedo al contagio y la seguridad, afectarán la forma en que se mueven las personas en estas ciudades, conllevando posibles transformaciones en la partición modal que serán vistas en los próximos meses.
El primer gran cambio identificado es que las personas que trabajan y estudian dejaron de realizar sus viajes de trabajo o estudio a causa de la pandemia. En Colombia este porcentaje fue el menor entre los países analizados, siendo el 48% de la población participante del sondeo, mientras que en Chile y México ascendió a 60% y 85% respectivamente. Estas diferencias pueden deberse a las campañas de comunicación y acciones que tomaron los gobiernos nacionales y locales para desincentivar los desplazamientos no esenciales, y promover, cuando fuera posible, que las personas permanecieran en casa, así como otras características socioeconómicas del país y su población, evidenciando la transformación vivida en el último periodo.
Se encontró que la movilidad también será impactada por cambios en el mercado laboral; cerca de un tercio de las personas encuestadas que trabajan declararon que no lo harán en lo mismo que previo a la pandemia o que aún no tienen certeza. Esta proporción es similar en los 3 países y es consistente con lo encontrado en Colombia por la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) Mercado laboral[1], en la cual se observa un incremento de la tasa de desempleo en Colombia, y otros estudios locales. Adicionalmente, entre el 70% y 80% de la población encuestada en cada país espera que el esquema de teletrabajo o educación virtual continúe en la “nueva normalidad”. Este resultado considera las expectativas de todos los sectores incluidos en el análisis, nivel socioeconómico y género, lo cual puede diferir de lo que finalmente vaya a ocurrir.
Se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes previos a las cuarentenas y cómo probablemente viajarán en la nueva normalidad. Se encontró que las personas dejarían de considerar algunos modos de transporte para realizar sus viajes, siendo el más afectado el transporte público con una disminución en su preferencia entre 6% y 35%, y mantendrían sus horarios habituales de viaje, ya que menos del 10% de las personas esperan modificar sus horarios de viaje.
En Chile, lo primero que destaca es un descenso significativo de los viajes combinados (más de un modo). En particular, los viajes que combinan dos o más modos pasan del 47% del total previo a la pandemia a 17% posterior a la cuarentena. Esto es consistente con una preferencia para los viajes directos y la percepción de que estos son menos riesgosos. Sobre los modos que más se verán afectados negativamente por las nuevas condiciones, destacan el transporte público, los taxis, las aplicaciones tipo Uber / Cabify y el taxi colectivo. Por otro lado, aumentarían su uso el auto como conductor y la bicicleta.
En Colombia, los encuestados esperan una reducción importante en el uso del transporte público ya que el 14% de las personas encuestadas en Barranquilla, 18% en Bogotá, 9% en Cali y 10% en Medellín, dejan de considerarlo para realizar sus viajes. Caso contrario ocurre en los modos de transporte privado, en la que se evidencia una preferencia hacia la bicicleta, seguido en menor proporción por auto como conductor, motocicleta, carro compartido y caminata. Estos cambios son similares por género y edad. Sin embargo, se observó una mayor disposición de las mujeres a utilizar el modo “auto conductor”.
Similar a los dos países anteriores, en México el transporte público deja de ser considerado como opción para los desplazamientos hacia el trabajo o lugar de estudio en porcentajes que varían entre el 6% y 12% así: 11% en Ciudad de México, 12% en Mérida, 7% en San Luis Potosí y 6% en Tijuana. De igual forma que, en los casos anteriores, se espera un incremento en el uso de los modos de transporte privado, priorizando la bicicleta, seguido por automóvil como conductor, motocicleta y transporte bajo demanda mediante aplicaciones.
No obstante, las personas identifican barreras para el uso de los modos activos. En el caso de la bicicleta, se reconocen: el riesgo de accidentes viales, la inseguridad, el miedo al contagio y la distancia del recorrido.
Finalmente, se encontraron hallazgos respecto a la posible compra de un auto, moto o bicicleta. La probabilidad de comprar un auto en los próximos 6 meses entre los encuestados varía entre 5% y 35% dependiendo del tipo de vehículo y el nivel socioeconómico de la persona encuestada. De forma desagregada, se observa que los hogares de nivel socioeconómico alto presentan una mayor probabilidad de compra de automóvil y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta tiene una probabilidad de compra similar en todos los niveles socioeconómicos; sin embargo, en hogares de nivel socioeconómico bajo, la probabilidad de comprar una bicicleta es igual que la de comprar un automóvil. Este hallazgo es común en los tres países analizados.
Con todo lo anterior, es posible prever una transformación en la movilidad de las ciudades analizadas, impulsada por cambios cualitativos y cuantitativos en los viajes. De esta forma, se espera una disminución significativa en el uso de los servicios de transporte (transporte público, aplicaciones tipo Uber / Cabify, taxi y taxi colectivo) y un aumento de los modos individuales (automóvil y bicicleta). Lo anterior, acompañado de menos viajes y más directos.
A continuación se encuentra la información de cada uno de los países en los que se realizó la encuesta de manera individual: 
México
Como resultado de las medidas de contención de la pandemia por covid-19 alrededor del mundo, en los últimos meses las personas han experimentado transformaciones importantes en la forma en que se mueven en las ciudades para atender o satisfacer sus diferentes necesidades.
Al inicio de esta emergencia sanitaria, en México hubo una campaña de comunicación importante para desincentivar los desplazamientos no esenciales, y promover, cuando fuera posible, que las personas permanecieran en casa. Esto generó cambios en la forma en que muchas personas trabajan y/o estudian, para comenzarlo a hacer vía remota; sin embargo, muchas personas que tienen la necesidad de desplazarse continúan expuestas a un potencial contagio del virus, por lo que se anticipa que algunas personas cambien la forma en la que viajan, al menos durante los próximos meses.
Al final de agosto 2020, Steer hizo un sondeo de percepción sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de la Ciudad de México, Mérida, San Luis Potosí y Tijuana, alcanzando una muestra de 3,863 personas encuestadas. Con este ejercicio logramos descubrir algunos factores -tales como el teletrabajo y el cambio modal- que afectarán la forma en la que las personas se moverán en cuatro ciudades de diferentes regiones, tamaños de población y perfil de actividad productiva.
Como resultado de las restricciones de movilidad, se identificó que el 85% de las personas encuestadas dejaron de realizar sus viajes por motivo de trabajo de forma parcial o total. En el último mes, 65% de las personas encuestadas señalaron que trabajaron o estudiaron al menos una vez desde su casa.
En la “nueva normalidad”, una vez que se levanten completamente las restricciones de movilidad, el 79% de las personas encuestadas espera poder trabajar o estudiar desde casa. Sin embargo, la pandemia también habrá impactado el mercado productivo y laboral, pues 31% de las personas encuestadas declaran que, cuando se levanten las restricciones de movilidad, tienen certeza parcial o total de que no trabajarán en lo mismo que antes de la pandemia.
En la encuesta se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes de trabajo o estudio previo a las restricciones de movilidad y como esperan viajar en la “nueva normalidad”. Se encontró que las personas esperan hacer algunos cambios de modo de transporte, mientras que solo 7% de las personas esperan modificar sus horarios de viaje. En ese sentido, se espera una reducción importante en el uso del transporte público de 11% en Ciudad de México, 12% en Mérida, 7% en San Luis Potosí y 6% en Tijuana. En contraste, se espera un incremento en el uso de los modos de transporte privado, destacándose la bicicleta, seguido por automóvil como conductor, motocicleta y transporte bajo demanda mediante aplicaciones.
Al desagregar estos resultados por nivel socioeconómico, por género y por edad se identifican muy pequeñas diferencias. Por ejemplo, se espera una mayor disminución del uso de transporte público en personas adultas que en personas jóvenes. Además, se espera que el uso de la bicicleta aumenta ligeramente más en hombres que en mujeres, mientras que aumente más su uso en personas jóvenes que en personas adultas. También se espera que el uso del automóvil como conductor cambie cuando se ve de forma desagregada: su uso aumenta más en nivel socioeconómico medio y alto, que en el bajo; aumenta más para mujeres que para hombres: y aumenta para las personas menores a 44 años, pero disminuye para personas de más de 45.
Se revisó entre las personas encuestadas la probabilidad de que compren un automóvil, motocicleta o bicicleta en los próximos 6 meses. En promedio, su probabilidad de comprar un automóvil es de 0.28, una bicicleta es 0.22, y una motocicleta es 0.12. De forma desagregada, se observa que los hogares de nivel socioeconómico alto presentan una mayor probabilidad de compra de automóvil y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta tiene una probabilidad de compra similar en todos los niveles socioeconómicos; sin embargo, en hogares de nivel socioeconómico bajo, la probabilidad de comprar una bicicleta es igual que la de comprar un automóvil.
Finalmente, las personas encuestadas identificaron que el automóvil es el medio de transporte privado con mayor probabilidad de compra en las cuatro ciudades, seguida por la bicicleta y por último la motocicleta. En Tijuana se observa la mayor probabilidad de compra de un automóvil, mientras que en Mérida se observa la mayor probabilidad de comprar una motocicleta; la probabilidad de comprar una bicicleta es la misma en todas las ciudades.
Los hallazgos observados prevén que la “nueva normalidad” traerá consigo una transformación de la movilidad en las cuatro ciudades analizadas. La forma que en la que las personas viajan y viajarán en el futuro, está condicionada por las dinámicas de las economías urbanas, por cómo se pueden atender o satisfacer las diferentes de sus habitantes, y por las características de quiénes hacen esos viajes. Hoy en día, la experiencia de movilidad de una mujer, de una persona de nivel socioeconómico bajo, o de una persona mayor es frecuentemente diferente de la persona promedio. En Steer queremos trabajar de la mano con las ciudades, anticipándonos para preparar un mejor futuro para todas y todos desde hoy.
Chile
Para Santiago esto no ha sido distinto. Por lo anterior, se ha realizado un sondeo de percepción sobre las modificaciones en la movilidad en la Región Metropolitana, alcanzando una muestra de 902 personas. Con este ejercicio se logró descubrir el impacto del teletrabajo, del miedo al contagio y las posibles transformaciones que se verán en los próximos meses en la partición modal de Santiago de Chile.
El primer descubrimiento es que más del 60% de los encuestados experimentó un impacto en sus viajes por trabajo o estudio dejando de realizarlos total o parcialmente. Consistentemente, cerca del 65% de los encuestados responden haber teletrabajo o telestudio al menos una vez en el último mes, evidenciando la transformación vivida en el último periodo. Estos resultados son coherentes con otros estudios en la materia[2].
Con relación a la “Nueva Normalidad”, cerca del 70% de los encuestados espera poder trabajar o estudiar desde casa en el periodo post cuarentena. Además, casi un 12% declara que no trabajará en lo mismo que previo a la pandemia, sumado a un 26% que aún no tiene certeza. Estos cambios en el mercado laboral también impactarán la movilidad de la ciudad.
Se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes previos a las cuarentenas y cómo probablemente viajarían posterior a la cuarentena.  Lo primero que destaca es un descenso significativo de los viajes combinados (más de un modo)En particular, los viajes combinando dos o más modos pasan del 47% del total previo a la pandemia a 17% posterior a la cuarentena. Esto es consistente con una preferencia para los viajes directos y la percepción de que estos son menos riesgosos.
Sobre los modos que más se verán afectados negativamente por las nuevas condiciones, destacan el transporte público, los taxis, las aplicaciones tipo Uber / Cabify y el taxi colectivo. Por otro lado, aumentarían su uso el auto como conductor y la bicicleta.
Al analizar estos resultados por nivel de ingreso, se ve que la disminución del uso del transporte público ocurrirá más fuertemente en las personas de ingresos altos. Por su parte, la disminución del uso de aplicaciones tipo Uber / Cabify y del taxi colectivo tiene un efecto más marcado en las personas de ingresos bajos y medios. No se observan diferencias significativas por género o por edad.
Finalmente, se encontraron hallazgos respecto a la posible compra de un auto, moto o bicicleta. De esta forma, la probabilidad de comprar un auto en los próximos 6 meses entre los encuestados es cerca de casi un 23%. Al hacer este mismo análisis para la bicicleta y la motocicleta se obtiene un 19,4% y un 4,8% respectivamente. Particularmente, los hombres y las personas que ya poseen autos se ven más inclinados a comprar un automóvil. Por otro lado, las mujeres y las personas que tienen bicicleta o ningún tipo de vehículo se ven más propensas a comprar una bicicleta. La opción de comprar una motocicleta solo es mayoritaria entre los que ya poseen una.
Al analizar por nivel de ingreso, por un lado, se expone que las personas de ingresos bajos y medios bajos consideran principalmente la compra de una bicicleta en los próximos 6 meses. Por otro lado, las personas de ingresos altos y medios altos ven como opción más probable la adquisición de un automóvil.
Colombia
Steer hizo un sondeo de percepción simple sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín, ciudades principales de Colombia. Los resultados evidencian que el teletrabajo, el miedo al contagio y la seguridad son factores que afectarán la forma en que se mueven personas en estas ciudades.
El primer gran cambio previsto se identifica en las personas que trabajan y estudian, dónde el 80% de las personas encuestadas[3] esperan que el esquema de teletrabajo o educación virtual continúe al menos 4 días de la semana en la “nueva normalidad”. Este resultado considera las expectativas de todos los sectores incluidos en el análisis, nivel socioeconómico y género, lo cual puede diferir de lo que finalmente vaya a ocurrir.
De los trabajadores encuestados, el 48% dejó de realizar viajes de trabajo a causa de la pandemia mientras que el 34% no tiene certeza sobre la continuidad de su trabajo. Esto último, es consistente con lo encontrado por la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) Mercado laboral[4], en la cual se observa un incremento de la tasa de desempleo en Colombia.
En cuanto a la forma de hacer los viajes de trabajo y estudio, las personas esperan cambiar su modo de transporte, más no modificar sus horarios. En ese sentido, se espera una reducción importante en el uso del transporte público de 14% en Barranquilla, 18% en Bogotá, 9% en Cali y 10% en Medellín. Caso contrario ocurre en los modos de transporte privado, destacándose la bicicleta, seguido en menor proporción por auto como conductor, motocicleta, carro compartido y caminata. Estos cambios son similares por género y edad, sin embargo, se observó una mayor disposición de las mujeres a utilizar el modo “auto conductor”.
No obstante, las personas identifican barreras para el uso de los modos activos. En el caso de la bicicleta, se identifican, el riesgo de accidentes viales, la inseguridad, el miedo al contagio y la distancia del recorrido.
Para el auto, contar con licencia de conducción, saber conducir, que su pareja use el vehículo o el miedo al contagio, desalientan su uso.
Por otra parte, el uso de la moto para los viajes se ve desmotivado por no contar con la licencia de conducción y el pago de impuestos (SOAT).
Finalmente, se indagó sobre la probabilidad de compra de vehículos en los próximos 6 meses[5]. Al respecto, se observa que los hogares de estratos socioeconómicos más altos presentan una mayor probabilidad de compra de auto y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta obtiene mayor probabilidad de compra en estratos intermedios.
La bicicleta es el vehículo de transporte con mayor probabilidad de compra en todas las ciudades encuestadas, seguido por el auto.
[1] Departamento Nacional de Estadística – DANE Informe Julio 2020, consultado septiembre 2020.
[2] Reportes ISCI de Movilidad en la Región Metropolitana. https://covidanalytics.isci.cl/movilidad/reportes/
[3] El 75% de las personas encuestadas trabajaron o estudiaron desde su casa en el último mes.
[4] Departamento Nacional de Estadística – DANE Informe Julio 2020, consultado septiembre 2020.
[5] Dado que los datos provienen de un sondeo de percepción simple, la muestra no es representativa a nivel de población ni estrato y los resultados podrían cambiar al ser expandidos.
Ver artículo
Fuente: Steer Group, Jueves 15 de Octubre de 2020

STEER GROUP – Como consecuencia de la pandemia del COVID-19, las ciudades han experimentado restricciones y transformaciones en su funcionamiento. En particular, los trayectos de las personas han sufrido cambios impensados, ya sea por la determinación de los mismos ciudadanos o por las medidas impuestas por los gobiernos.
Steer hizo un sondeo de percepción simple sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de Santiago de Chile, Chile; Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín, Colombia; y de Ciudad de México, Mérida, San Luis Potosí y Tijuana, México. Los resultados evidencian que el teletrabajo, el miedo al contagio y la seguridad, afectarán la forma en que se mueven las personas en estas ciudades, conllevando posibles transformaciones en la partición modal que serán vistas en los próximos meses.
El primer gran cambio identificado es que las personas que trabajan y estudian dejaron de realizar sus viajes de trabajo o estudio a causa de la pandemia. En Colombia este porcentaje fue el menor entre los países analizados, siendo el 48% de la población participante del sondeo, mientras que en Chile y México ascendió a 60% y 85% respectivamente. Estas diferencias pueden deberse a las campañas de comunicación y acciones que tomaron los gobiernos nacionales y locales para desincentivar los desplazamientos no esenciales, y promover, cuando fuera posible, que las personas permanecieran en casa, así como otras características socioeconómicas del país y su población, evidenciando la transformación vivida en el último periodo.
Se encontró que la movilidad también será impactada por cambios en el mercado laboral; cerca de un tercio de las personas encuestadas que trabajan declararon que no lo harán en lo mismo que previo a la pandemia o que aún no tienen certeza. Esta proporción es similar en los 3 países y es consistente con lo encontrado en Colombia por la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) Mercado laboral[1], en la cual se observa un incremento de la tasa de desempleo en Colombia, y otros estudios locales. Adicionalmente, entre el 70% y 80% de la población encuestada en cada país espera que el esquema de teletrabajo o educación virtual continúe en la “nueva normalidad”. Este resultado considera las expectativas de todos los sectores incluidos en el análisis, nivel socioeconómico y género, lo cual puede diferir de lo que finalmente vaya a ocurrir.
Se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes previos a las cuarentenas y cómo probablemente viajarán en la nueva normalidad. Se encontró que las personas dejarían de considerar algunos modos de transporte para realizar sus viajes, siendo el más afectado el transporte público con una disminución en su preferencia entre 6% y 35%, y mantendrían sus horarios habituales de viaje, ya que menos del 10% de las personas esperan modificar sus horarios de viaje.
En Chile, lo primero que destaca es un descenso significativo de los viajes combinados (más de un modo). En particular, los viajes que combinan dos o más modos pasan del 47% del total previo a la pandemia a 17% posterior a la cuarentena. Esto es consistente con una preferencia para los viajes directos y la percepción de que estos son menos riesgosos. Sobre los modos que más se verán afectados negativamente por las nuevas condiciones, destacan el transporte público, los taxis, las aplicaciones tipo Uber / Cabify y el taxi colectivo. Por otro lado, aumentarían su uso el auto como conductor y la bicicleta.
En Colombia, los encuestados esperan una reducción importante en el uso del transporte público ya que el 14% de las personas encuestadas en Barranquilla, 18% en Bogotá, 9% en Cali y 10% en Medellín, dejan de considerarlo para realizar sus viajes. Caso contrario ocurre en los modos de transporte privado, en la que se evidencia una preferencia hacia la bicicleta, seguido en menor proporción por auto como conductor, motocicleta, carro compartido y caminata. Estos cambios son similares por género y edad. Sin embargo, se observó una mayor disposición de las mujeres a utilizar el modo “auto conductor”.
Similar a los dos países anteriores, en México el transporte público deja de ser considerado como opción para los desplazamientos hacia el trabajo o lugar de estudio en porcentajes que varían entre el 6% y 12% así: 11% en Ciudad de México, 12% en Mérida, 7% en San Luis Potosí y 6% en Tijuana. De igual forma que, en los casos anteriores, se espera un incremento en el uso de los modos de transporte privado, priorizando la bicicleta, seguido por automóvil como conductor, motocicleta y transporte bajo demanda mediante aplicaciones.
No obstante, las personas identifican barreras para el uso de los modos activos. En el caso de la bicicleta, se reconocen: el riesgo de accidentes viales, la inseguridad, el miedo al contagio y la distancia del recorrido.
Finalmente, se encontraron hallazgos respecto a la posible compra de un auto, moto o bicicleta. La probabilidad de comprar un auto en los próximos 6 meses entre los encuestados varía entre 5% y 35% dependiendo del tipo de vehículo y el nivel socioeconómico de la persona encuestada. De forma desagregada, se observa que los hogares de nivel socioeconómico alto presentan una mayor probabilidad de compra de automóvil y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta tiene una probabilidad de compra similar en todos los niveles socioeconómicos; sin embargo, en hogares de nivel socioeconómico bajo, la probabilidad de comprar una bicicleta es igual que la de comprar un automóvil. Este hallazgo es común en los tres países analizados.
Con todo lo anterior, es posible prever una transformación en la movilidad de las ciudades analizadas, impulsada por cambios cualitativos y cuantitativos en los viajes. De esta forma, se espera una disminución significativa en el uso de los servicios de transporte (transporte público, aplicaciones tipo Uber / Cabify, taxi y taxi colectivo) y un aumento de los modos individuales (automóvil y bicicleta). Lo anterior, acompañado de menos viajes y más directos.
A continuación se encuentra la información de cada uno de los países en los que se realizó la encuesta de manera individual: 
México
Como resultado de las medidas de contención de la pandemia por covid-19 alrededor del mundo, en los últimos meses las personas han experimentado transformaciones importantes en la forma en que se mueven en las ciudades para atender o satisfacer sus diferentes necesidades.
Al inicio de esta emergencia sanitaria, en México hubo una campaña de comunicación importante para desincentivar los desplazamientos no esenciales, y promover, cuando fuera posible, que las personas permanecieran en casa. Esto generó cambios en la forma en que muchas personas trabajan y/o estudian, para comenzarlo a hacer vía remota; sin embargo, muchas personas que tienen la necesidad de desplazarse continúan expuestas a un potencial contagio del virus, por lo que se anticipa que algunas personas cambien la forma en la que viajan, al menos durante los próximos meses.
Al final de agosto 2020, Steer hizo un sondeo de percepción sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de la Ciudad de México, Mérida, San Luis Potosí y Tijuana, alcanzando una muestra de 3,863 personas encuestadas. Con este ejercicio logramos descubrir algunos factores -tales como el teletrabajo y el cambio modal- que afectarán la forma en la que las personas se moverán en cuatro ciudades de diferentes regiones, tamaños de población y perfil de actividad productiva.
Como resultado de las restricciones de movilidad, se identificó que el 85% de las personas encuestadas dejaron de realizar sus viajes por motivo de trabajo de forma parcial o total. En el último mes, 65% de las personas encuestadas señalaron que trabajaron o estudiaron al menos una vez desde su casa.
En la “nueva normalidad”, una vez que se levanten completamente las restricciones de movilidad, el 79% de las personas encuestadas espera poder trabajar o estudiar desde casa. Sin embargo, la pandemia también habrá impactado el mercado productivo y laboral, pues 31% de las personas encuestadas declaran que, cuando se levanten las restricciones de movilidad, tienen certeza parcial o total de que no trabajarán en lo mismo que antes de la pandemia.
En la encuesta se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes de trabajo o estudio previo a las restricciones de movilidad y como esperan viajar en la “nueva normalidad”. Se encontró que las personas esperan hacer algunos cambios de modo de transporte, mientras que solo 7% de las personas esperan modificar sus horarios de viaje. En ese sentido, se espera una reducción importante en el uso del transporte público de 11% en Ciudad de México, 12% en Mérida, 7% en San Luis Potosí y 6% en Tijuana. En contraste, se espera un incremento en el uso de los modos de transporte privado, destacándose la bicicleta, seguido por automóvil como conductor, motocicleta y transporte bajo demanda mediante aplicaciones.
Al desagregar estos resultados por nivel socioeconómico, por género y por edad se identifican muy pequeñas diferencias. Por ejemplo, se espera una mayor disminución del uso de transporte público en personas adultas que en personas jóvenes. Además, se espera que el uso de la bicicleta aumenta ligeramente más en hombres que en mujeres, mientras que aumente más su uso en personas jóvenes que en personas adultas. También se espera que el uso del automóvil como conductor cambie cuando se ve de forma desagregada: su uso aumenta más en nivel socioeconómico medio y alto, que en el bajo; aumenta más para mujeres que para hombres: y aumenta para las personas menores a 44 años, pero disminuye para personas de más de 45.
Se revisó entre las personas encuestadas la probabilidad de que compren un automóvil, motocicleta o bicicleta en los próximos 6 meses. En promedio, su probabilidad de comprar un automóvil es de 0.28, una bicicleta es 0.22, y una motocicleta es 0.12. De forma desagregada, se observa que los hogares de nivel socioeconómico alto presentan una mayor probabilidad de compra de automóvil y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta tiene una probabilidad de compra similar en todos los niveles socioeconómicos; sin embargo, en hogares de nivel socioeconómico bajo, la probabilidad de comprar una bicicleta es igual que la de comprar un automóvil.
Finalmente, las personas encuestadas identificaron que el automóvil es el medio de transporte privado con mayor probabilidad de compra en las cuatro ciudades, seguida por la bicicleta y por último la motocicleta. En Tijuana se observa la mayor probabilidad de compra de un automóvil, mientras que en Mérida se observa la mayor probabilidad de comprar una motocicleta; la probabilidad de comprar una bicicleta es la misma en todas las ciudades.
Los hallazgos observados prevén que la “nueva normalidad” traerá consigo una transformación de la movilidad en las cuatro ciudades analizadas. La forma que en la que las personas viajan y viajarán en el futuro, está condicionada por las dinámicas de las economías urbanas, por cómo se pueden atender o satisfacer las diferentes de sus habitantes, y por las características de quiénes hacen esos viajes. Hoy en día, la experiencia de movilidad de una mujer, de una persona de nivel socioeconómico bajo, o de una persona mayor es frecuentemente diferente de la persona promedio. En Steer queremos trabajar de la mano con las ciudades, anticipándonos para preparar un mejor futuro para todas y todos desde hoy.
Chile
Para Santiago esto no ha sido distinto. Por lo anterior, se ha realizado un sondeo de percepción sobre las modificaciones en la movilidad en la Región Metropolitana, alcanzando una muestra de 902 personas. Con este ejercicio se logró descubrir el impacto del teletrabajo, del miedo al contagio y las posibles transformaciones que se verán en los próximos meses en la partición modal de Santiago de Chile.
El primer descubrimiento es que más del 60% de los encuestados experimentó un impacto en sus viajes por trabajo o estudio dejando de realizarlos total o parcialmente. Consistentemente, cerca del 65% de los encuestados responden haber teletrabajo o telestudio al menos una vez en el último mes, evidenciando la transformación vivida en el último periodo. Estos resultados son coherentes con otros estudios en la materia[2].
Con relación a la “Nueva Normalidad”, cerca del 70% de los encuestados espera poder trabajar o estudiar desde casa en el periodo post cuarentena. Además, casi un 12% declara que no trabajará en lo mismo que previo a la pandemia, sumado a un 26% que aún no tiene certeza. Estos cambios en el mercado laboral también impactarán la movilidad de la ciudad.
Se preguntó a las personas cómo realizaban sus viajes previos a las cuarentenas y cómo probablemente viajarían posterior a la cuarentena.  Lo primero que destaca es un descenso significativo de los viajes combinados (más de un modo)En particular, los viajes combinando dos o más modos pasan del 47% del total previo a la pandemia a 17% posterior a la cuarentena. Esto es consistente con una preferencia para los viajes directos y la percepción de que estos son menos riesgosos.
Sobre los modos que más se verán afectados negativamente por las nuevas condiciones, destacan el transporte público, los taxis, las aplicaciones tipo Uber / Cabify y el taxi colectivo. Por otro lado, aumentarían su uso el auto como conductor y la bicicleta.
Al analizar estos resultados por nivel de ingreso, se ve que la disminución del uso del transporte público ocurrirá más fuertemente en las personas de ingresos altos. Por su parte, la disminución del uso de aplicaciones tipo Uber / Cabify y del taxi colectivo tiene un efecto más marcado en las personas de ingresos bajos y medios. No se observan diferencias significativas por género o por edad.
Finalmente, se encontraron hallazgos respecto a la posible compra de un auto, moto o bicicleta. De esta forma, la probabilidad de comprar un auto en los próximos 6 meses entre los encuestados es cerca de casi un 23%. Al hacer este mismo análisis para la bicicleta y la motocicleta se obtiene un 19,4% y un 4,8% respectivamente. Particularmente, los hombres y las personas que ya poseen autos se ven más inclinados a comprar un automóvil. Por otro lado, las mujeres y las personas que tienen bicicleta o ningún tipo de vehículo se ven más propensas a comprar una bicicleta. La opción de comprar una motocicleta solo es mayoritaria entre los que ya poseen una.
Al analizar por nivel de ingreso, por un lado, se expone que las personas de ingresos bajos y medios bajos consideran principalmente la compra de una bicicleta en los próximos 6 meses. Por otro lado, las personas de ingresos altos y medios altos ven como opción más probable la adquisición de un automóvil.
Colombia
Steer hizo un sondeo de percepción simple sobre los cambios en la movilidad que esperan los habitantes de Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín, ciudades principales de Colombia. Los resultados evidencian que el teletrabajo, el miedo al contagio y la seguridad son factores que afectarán la forma en que se mueven personas en estas ciudades.
El primer gran cambio previsto se identifica en las personas que trabajan y estudian, dónde el 80% de las personas encuestadas[3] esperan que el esquema de teletrabajo o educación virtual continúe al menos 4 días de la semana en la “nueva normalidad”. Este resultado considera las expectativas de todos los sectores incluidos en el análisis, nivel socioeconómico y género, lo cual puede diferir de lo que finalmente vaya a ocurrir.
De los trabajadores encuestados, el 48% dejó de realizar viajes de trabajo a causa de la pandemia mientras que el 34% no tiene certeza sobre la continuidad de su trabajo. Esto último, es consistente con lo encontrado por la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) Mercado laboral[4], en la cual se observa un incremento de la tasa de desempleo en Colombia.
En cuanto a la forma de hacer los viajes de trabajo y estudio, las personas esperan cambiar su modo de transporte, más no modificar sus horarios. En ese sentido, se espera una reducción importante en el uso del transporte público de 14% en Barranquilla, 18% en Bogotá, 9% en Cali y 10% en Medellín. Caso contrario ocurre en los modos de transporte privado, destacándose la bicicleta, seguido en menor proporción por auto como conductor, motocicleta, carro compartido y caminata. Estos cambios son similares por género y edad, sin embargo, se observó una mayor disposición de las mujeres a utilizar el modo “auto conductor”.
No obstante, las personas identifican barreras para el uso de los modos activos. En el caso de la bicicleta, se identifican, el riesgo de accidentes viales, la inseguridad, el miedo al contagio y la distancia del recorrido.
Para el auto, contar con licencia de conducción, saber conducir, que su pareja use el vehículo o el miedo al contagio, desalientan su uso.
Por otra parte, el uso de la moto para los viajes se ve desmotivado por no contar con la licencia de conducción y el pago de impuestos (SOAT).
Finalmente, se indagó sobre la probabilidad de compra de vehículos en los próximos 6 meses[5]. Al respecto, se observa que los hogares de estratos socioeconómicos más altos presentan una mayor probabilidad de compra de auto y una menor probabilidad de compra de motocicletas. La bicicleta obtiene mayor probabilidad de compra en estratos intermedios.
La bicicleta es el vehículo de transporte con mayor probabilidad de compra en todas las ciudades encuestadas, seguido por el auto.
[1] Departamento Nacional de Estadística – DANE Informe Julio 2020, consultado septiembre 2020.
[2] Reportes ISCI de Movilidad en la Región Metropolitana. https://covidanalytics.isci.cl/movilidad/reportes/
[3] El 75% de las personas encuestadas trabajaron o estudiaron desde su casa en el último mes.
[4] Departamento Nacional de Estadística – DANE Informe Julio 2020, consultado septiembre 2020.
[5] Dado que los datos provienen de un sondeo de percepción simple, la muestra no es representativa a nivel de población ni estrato y los resultados podrían cambiar al ser expandidos.
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Fuente: Steer Group, Jueves 15 de Octubre de 2020

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