Miércoles, Abril 24, 2024

Fallido tranvía en zona oriente

EL MERCURIO – No verá la luz finalmente el tranvía proyectado sobre la avenida Las Condes. Así se desprende de lo que han planteado las propias autoridades de las comunas involucradas y el Ministerio de Transportes.

Si bien la idea de tener un tranvía en el sector oriente es de larga data en la comuna de Las Condes (su primera versión se remonta a la década del 90), en los últimos años había recobrado mucha fuerza tras el acuerdo de la Municipalidad de Las Condes de aliarse con las comunas de Vitacura y Lo Barnechea en este proyecto.

La inversión contemplaba cerca de US$ 250 millones para instalar el tren ligero que pasaría por el mall Portal La Dehesa hasta el metro Manquehue a través de 8,9 kilómetros de vías y 11 estaciones. Sin embargo, variadas son las razones que explican esta caída.

En primer lugar, el anuncio de la construcción de la Línea 7 del Metro realizada el año pasado, en una zona cercana a lo que sería el recorrido del tranvía, hacía presumir que la rentabilidad del proyecto necesariamente bajaba, ya que el ferrocarril metropolitano captaría gran parte de la demanda involucrada.

En segundo lugar, y más allá del anuncio del Metro, hay que tener presente que todo nuevo medio de transporte que le quite pasajeros al Transantiago —dados los contratos vigentes— debe compensar a este conglomerado de empresas concesionarias de buses. El ex alcalde Francisco de la Maza, principal impulsor del tranvía, estimó que si el pasaje del tren ligero hubiera costado $760, $100 habrían quedado para este sistema y $660 se destinarían al Transantiago. Y si bien, a raíz del anuncio de su suspensión, se ha discutido esta cláusula y su monto, parece del todo correcto que exista la llamada “compensación por pérdida de demanda”, ya que ella permite reducir incertidumbres en inversiones cuantiosas de largo plazo.

En tercer lugar, el propio estudio del Ministerio de Transportes dio cuenta de que el tranvía no podría integrarse adecuadamente al sistema de transporte público porque su rentabilidad social no alcanza el mínimo requerido para justificar el subsidio solicitado, lo que además implicaría un incremento del déficit del Transantiago en $11 mil millones por año.

Finalmente, las características de un tranvía, si bien son mejores que las de los buses, especialmente por ser no contaminante, el uso del espacio público, su coexistencia con el transporte terrestre, la necesaria sincronización de semáforos que implica su funcionamiento y la compensación que debe hacer al Transantiago hacen que, en este caso, este tipo de sistema de transporte sea demasiado caro para los beneficios que reporta.

Por todo lo anterior, pareciera que la extensión del metro sigue siendo la mejor forma de abordar el transporte de Santiago. Ello se debe complementar con un sistema de buses menos contaminante, más moderno, con contratos más adecuados y donde la tasa de evasión sea significativamente menor. Solo entonces la vida de los santiaguinos mejorará y el cuantioso costo de operación del sistema bajará.

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Fuente: El Mercurio, Viernes 07 de septiembre de 2018

EL MERCURIO – No verá la luz finalmente el tranvía proyectado sobre la avenida Las Condes. Así se desprende de lo que han planteado las propias autoridades de las comunas involucradas y el Ministerio de Transportes.

Si bien la idea de tener un tranvía en el sector oriente es de larga data en la comuna de Las Condes (su primera versión se remonta a la década del 90), en los últimos años había recobrado mucha fuerza tras el acuerdo de la Municipalidad de Las Condes de aliarse con las comunas de Vitacura y Lo Barnechea en este proyecto.

La inversión contemplaba cerca de US$ 250 millones para instalar el tren ligero que pasaría por el mall Portal La Dehesa hasta el metro Manquehue a través de 8,9 kilómetros de vías y 11 estaciones. Sin embargo, variadas son las razones que explican esta caída.

En primer lugar, el anuncio de la construcción de la Línea 7 del Metro realizada el año pasado, en una zona cercana a lo que sería el recorrido del tranvía, hacía presumir que la rentabilidad del proyecto necesariamente bajaba, ya que el ferrocarril metropolitano captaría gran parte de la demanda involucrada.

En segundo lugar, y más allá del anuncio del Metro, hay que tener presente que todo nuevo medio de transporte que le quite pasajeros al Transantiago —dados los contratos vigentes— debe compensar a este conglomerado de empresas concesionarias de buses. El ex alcalde Francisco de la Maza, principal impulsor del tranvía, estimó que si el pasaje del tren ligero hubiera costado $760, $100 habrían quedado para este sistema y $660 se destinarían al Transantiago. Y si bien, a raíz del anuncio de su suspensión, se ha discutido esta cláusula y su monto, parece del todo correcto que exista la llamada “compensación por pérdida de demanda”, ya que ella permite reducir incertidumbres en inversiones cuantiosas de largo plazo.

En tercer lugar, el propio estudio del Ministerio de Transportes dio cuenta de que el tranvía no podría integrarse adecuadamente al sistema de transporte público porque su rentabilidad social no alcanza el mínimo requerido para justificar el subsidio solicitado, lo que además implicaría un incremento del déficit del Transantiago en $11 mil millones por año.

Finalmente, las características de un tranvía, si bien son mejores que las de los buses, especialmente por ser no contaminante, el uso del espacio público, su coexistencia con el transporte terrestre, la necesaria sincronización de semáforos que implica su funcionamiento y la compensación que debe hacer al Transantiago hacen que, en este caso, este tipo de sistema de transporte sea demasiado caro para los beneficios que reporta.

Por todo lo anterior, pareciera que la extensión del metro sigue siendo la mejor forma de abordar el transporte de Santiago. Ello se debe complementar con un sistema de buses menos contaminante, más moderno, con contratos más adecuados y donde la tasa de evasión sea significativamente menor. Solo entonces la vida de los santiaguinos mejorará y el cuantioso costo de operación del sistema bajará.

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Fuente: El Mercurio, Viernes 07 de septiembre de 2018

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