Martes, Diciembre 10, 2024

Chile y el Hidrógeno Verde: un plan ambicioso, por Catalina Binder

DIARIO FINANCIERO – En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales, la búsqueda de fuentes de energía más limpias y sostenibles se ha convertido en una prioridad global. En este contexto, Chile ha emergido como un actor destacado en la producción de hidrógeno verde, un recurso prometedor que podría revolucionar la forma en que producimos y consumimos energía.

La estrategia de hidrógeno verde de Chile aspira a que nuestro país produzca el hidrógeno verde más barato del mundo para fines de esta década, y se sitúe entre los tres exportadores principales para 2040. Para ello, ya contamos con un Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030 que define la hoja de ruta. Al mismo tiempo, a través de un comité estratégico, ya se creó una institucionalidad y grupos de trabajo.

“La aprobación de un proyecto puede demorar 11 años. Si aspiramos al liderazgo mundial en energías limpias, ¿podemos darnos el lujo de continuar por la senda de la burocracia?”

Sin embargo, para que el hidrógeno verde alcance su máximo potencial en Chile, es necesario abordar desafíos estructurales.

Una de las barreras que enfrentan estas iniciativas tiene que ver con la permisología, es decir, las numerosas autorizaciones sectoriales y ambientales que requieren los proyectos de inversión. La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad identificó que existen 439 trámites que deben gestionar las inversiones. De acuerdo con esa entidad, la aprobación de un proyecto puede llegar a tomar 11 años. Si queremos alcanzar el liderazgo en energías limpias, ¿podemos darnos el lujo de continuar por la senda de la burocracia? Ciertamente no.

Los recientes anuncios del Ministerio de Hacienda en el marco del Pacto Fiscal contemplan la simplificación del esquema de permisos, especialmente en materias medioambientales. Su materialización es indispensable para contar con una gestión que permita que los proyectos se ejecuten, y al mismo tiempo contribuya al desarrollo sostenible.

Otro desafío en torno al hidrógeno verde en Chile es la significativa inversión que se requiere en infraestructura. La existencia de nuevos puertos, plantas desaladoras, líneas de transmisión, son necesarias en el proceso productivo del H2V. Asimismo, aumentará la población en las zonas con mayor desarrollo de la industria, como es Magallanes, lo que demandará viviendas, centros de salud, educación y comercio. Estos criterios debieran ser considerados por las autoridades como parte del plan estratégico.

Sin duda, la alianza pública-privada es otro elemento clave para hacer posible el financiamiento de estos proyectos e incorporar innovación en los procesos. Junto con ello, también se requiere la existencia de una academia que continúe las investigaciones, y que los centros de estudio contemplen la capacitación de personal para desempeñarse en esta área. Como sabemos, el compromiso de las universidades es vital.

El plan de hidrógeno verde es una apuesta audaz y necesaria para un futuro energético más limpio y sostenible. Chile posee los recursos naturales y la voluntad política para liderar esta revolución energética y contribuir de manera significativa a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. Sin embargo, el éxito de este plan dependerá de la capacidad para superar los desafíos, lo que lograremos si existe una real colaboración entre el gobierno, la industria y la sociedad.

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Fuente: Diario Financiero, Lunes 11 de Septiembre de 2023

DIARIO FINANCIERO – En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales, la búsqueda de fuentes de energía más limpias y sostenibles se ha convertido en una prioridad global. En este contexto, Chile ha emergido como un actor destacado en la producción de hidrógeno verde, un recurso prometedor que podría revolucionar la forma en que producimos y consumimos energía.

La estrategia de hidrógeno verde de Chile aspira a que nuestro país produzca el hidrógeno verde más barato del mundo para fines de esta década, y se sitúe entre los tres exportadores principales para 2040. Para ello, ya contamos con un Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030 que define la hoja de ruta. Al mismo tiempo, a través de un comité estratégico, ya se creó una institucionalidad y grupos de trabajo.

“La aprobación de un proyecto puede demorar 11 años. Si aspiramos al liderazgo mundial en energías limpias, ¿podemos darnos el lujo de continuar por la senda de la burocracia?”

Sin embargo, para que el hidrógeno verde alcance su máximo potencial en Chile, es necesario abordar desafíos estructurales.

Una de las barreras que enfrentan estas iniciativas tiene que ver con la permisología, es decir, las numerosas autorizaciones sectoriales y ambientales que requieren los proyectos de inversión. La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad identificó que existen 439 trámites que deben gestionar las inversiones. De acuerdo con esa entidad, la aprobación de un proyecto puede llegar a tomar 11 años. Si queremos alcanzar el liderazgo en energías limpias, ¿podemos darnos el lujo de continuar por la senda de la burocracia? Ciertamente no.

Los recientes anuncios del Ministerio de Hacienda en el marco del Pacto Fiscal contemplan la simplificación del esquema de permisos, especialmente en materias medioambientales. Su materialización es indispensable para contar con una gestión que permita que los proyectos se ejecuten, y al mismo tiempo contribuya al desarrollo sostenible.

Otro desafío en torno al hidrógeno verde en Chile es la significativa inversión que se requiere en infraestructura. La existencia de nuevos puertos, plantas desaladoras, líneas de transmisión, son necesarias en el proceso productivo del H2V. Asimismo, aumentará la población en las zonas con mayor desarrollo de la industria, como es Magallanes, lo que demandará viviendas, centros de salud, educación y comercio. Estos criterios debieran ser considerados por las autoridades como parte del plan estratégico.

Sin duda, la alianza pública-privada es otro elemento clave para hacer posible el financiamiento de estos proyectos e incorporar innovación en los procesos. Junto con ello, también se requiere la existencia de una academia que continúe las investigaciones, y que los centros de estudio contemplen la capacitación de personal para desempeñarse en esta área. Como sabemos, el compromiso de las universidades es vital.

El plan de hidrógeno verde es una apuesta audaz y necesaria para un futuro energético más limpio y sostenible. Chile posee los recursos naturales y la voluntad política para liderar esta revolución energética y contribuir de manera significativa a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. Sin embargo, el éxito de este plan dependerá de la capacidad para superar los desafíos, lo que lograremos si existe una real colaboración entre el gobierno, la industria y la sociedad.

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Fuente: Diario Financiero, Lunes 11 de Septiembre de 2023

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