Martes, Marzo 19, 2024

Ulrike Broschek, de Escenarios Hídricos 2030: “Sería importante el racionamiento de agua en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, las comunas que más consumen”

LA TERCERA – “Este es el peor momento que jamás vivimos y lo peor es que las proyecciones de lluvias no son alentadoras”, asegura Ulrike Broschek, subgerenta de Sustentabilidad de la Fundación Chile y líder de la iniciativa Escenarios Hídricos 2030, entidad que propone una nueva gobernanza para las cuencas del país. El cambio climático tiene a Chile entre los países más complicados de Latinoamérica, pero la falta de una política de aguas unificada y con visiones de futuro, sostiene la experta, son el principal problema que enfrenta el país. “Estamos en el límite”, agrega.

Ya hace un mes, la comuna de Los Nogales, en la región de Valparaíso, implementó el racionamiento de agua potable entre sus vecinos. Mientras, en la Región Metropolitana varias comunas están comenzando a multar a los vecinos que malgasten el agua para evitar, precisamente, esa drástica medida. Y aunque para muchos la suspensión del suministro parece lejana e incluso dramática, la realidad que viven en la Quinta Región y otras zonas del país podría verse, en un futuro muy próximo, en diversas comunas urbanas de Santiago y la zona central.

¿Existe algún estudio que determine qué comunas están expuestas a un racionamiento hídrico?

No. Hoy no existe un catastro oficial que nos dé cuenta de la situación de abastecimiento de agua potable y eventuales cortes en el país. Sí ha habido anuncios de cortes que se han ido dando, y la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) ya avisó de posibles racionamientos a partir de marzo para las comunas del sector oriente de Santiago. Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea podrían comenzar pronto.

¿Cuál es el escenario nacional?

Las regiones de la zona central –Coquimbo, Valparaíso y la Región Metropolitana- están particularmente complicadas, en el límite. Están haciendo distintas gestiones para asegurar el racionamiento hasta mayo o junio. Estas regiones ya alcanzaron su día cero y, básicamente, están teniendo abastecimiento porque ha habido acuerdos entre distintos sectores usuarios, como en la agricultura, para usar sus aguas para el consumo.

Cuando dice “día cero”, ¿se refiere a que ya se superó el déficit mínimo de agua para distribuir?

Sí, y no ha habido cortes importantes aún por las gestiones para distribuir el agua y asegurar el abastecimiento.

Entonces, ¿este es el peor momento de escasez hídrica del país?

Sí, este es el peor momento que jamás vivimos y lo peor es que las proyecciones de lluvias no son alentadoras para este año, esto por el lado climático. Pero también está el lado gubernamental, porque las autoridades no han tomado las medidas necesarias para solucionar este problema de sequía y adaptarnos a esta condición. Eso, por faltas de medidas del gobierno saliente, que fueron completamente insuficientes.

¿Qué opina del Plan de Sequía impulsado por el pasado gobierno?

Ese plan no tenía métrica, por lo que hoy sabemos cuántos recursos se utilizaron, cuáles fueron las acciones, pero no conocemos los resultados. El plan no tiene indicadores, por lo que no se puede evaluar sus resultados.

Hay comunas que están comenzando a multar por el mal uso del agua sus vecinos. ¿Qué le parece ese tipo de medidas?

Todas esas medidas van en la dirección correcta. Incluso, sería una medida importante el racionamiento de agua en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, las comunas que más agua consumen en Chile, superando la media mundial por cuatro o cinco veces. Estas medidas ayudan a crear conciencia del escenario de escasez que enfrentamos, pero deben ser en proporción al uso del agua de los diferentes sectores, por lo que, si el consumo de agua en una comuna está puesto en la agricultura, las forestales o la minería, hay que preguntarse cómo se regulará a ellos. Y en las ciudades, por supuesto que se debe trabajar en un mejor uso del agua. No podemos estar regando pasto o veredas bajo el escenario de hoy.

¿Tienen expectativas de que con el nuevo gobierno esto cambie?

Absolutamente. Tenemos toda la esperanza de que la autoridad asumirá la gravedad en la que estamos y emprenda un trabajo serio y profundo, con el liderazgo que se requiere, pero se necesitará mucho esfuerzo y bastantes recursos, conocimiento y despliegue territorial en cada región; no será fácil. Los países que han solucionado esto lo han hecho en 15 o 20 años, por lo que tampoco será este gobierno el que solucione este problema.

¿Con qué trabas se encontrará el nuevo gobierno?

Necesitaremos un nuevo liderazgo para que, primero, esto sea prioridad nacional para desarrollar un equipo de trabajo que se desplace no solo a nivel central, sino en todos los territorios. Serán un equipo grande, y deberá ser guiado por una persona destinada exclusivamente a resolver este problema, pero en cada región, cada cuenca hidrográfica. Ese liderazgo, deberá saber llegar a acuerdos y trabajar entre todos los sectores usuarios de agua, porque el gobierno solo no va a solucionar este problema.

¿Hay resistencia a estos cambios por parte de las industrias?

No estoy tan segura. Creo que lo que hay es desconfianza, porque todos los sectores han estado trabajando de manera individual este tema. Por eso, en la medida en que se generen los espacios de colaboración e implementación de soluciones en cada cuenca hidrográfica, estoy segura de que todos los sectores van a querer participar, pues son ellos también grandes afectados de la sequía, como la agricultura. Debe ser la autoridad la que invite a este trabajo y eso es lo que ha faltado.

¿Es comparable esta crisis con otra que haya sufrido el país?

El problema del agua es mucho más complejo, pero se podría comparar con lo que ocurrió con la crisis de energía que tuvimos. Y ahí, llegó un liderazgo capaz de unir y trabajar con todos los sectores, lo que cambió el panorama energético en Chile.

Expertos han propuesto la implementación de desaladoras para combatir la crisis hídrica…

Podría ser, pero las desaladoras no son capaces de resolver todo el problema. En la cuenca del Maipo, que es la que sostiene a Santiago y la provincia de San Antonio, se requerirían 20 megadesaladoras para suplir la brecha hídrica actual. Cada una de ellas debería ser como las que instaló la Minera Escondida, con 5 metros cúbicos por segundo, que es la más grande de Sudamérica. Las desaladoras no son la única solución, sino una más.

¿Cuáles serían las otras soluciones?

Una mejor gestión del agua, mejores acuerdos entre los sectores usuarios, la reducción de usos de aguas en la agricultura, la minería y la industria forestal y, por otro lado, soluciones basadas en la naturaleza para preparar el suelo de manera de poder filtrar y captar mejor las lluvias, porque hoy cuando llueve no se aprovecha del todo el agua.

Fuente: La Tercera, Martes 15 de Marzo de 2022

LA TERCERA – “Este es el peor momento que jamás vivimos y lo peor es que las proyecciones de lluvias no son alentadoras”, asegura Ulrike Broschek, subgerenta de Sustentabilidad de la Fundación Chile y líder de la iniciativa Escenarios Hídricos 2030, entidad que propone una nueva gobernanza para las cuencas del país. El cambio climático tiene a Chile entre los países más complicados de Latinoamérica, pero la falta de una política de aguas unificada y con visiones de futuro, sostiene la experta, son el principal problema que enfrenta el país. “Estamos en el límite”, agrega.

Ya hace un mes, la comuna de Los Nogales, en la región de Valparaíso, implementó el racionamiento de agua potable entre sus vecinos. Mientras, en la Región Metropolitana varias comunas están comenzando a multar a los vecinos que malgasten el agua para evitar, precisamente, esa drástica medida. Y aunque para muchos la suspensión del suministro parece lejana e incluso dramática, la realidad que viven en la Quinta Región y otras zonas del país podría verse, en un futuro muy próximo, en diversas comunas urbanas de Santiago y la zona central.

¿Existe algún estudio que determine qué comunas están expuestas a un racionamiento hídrico?

No. Hoy no existe un catastro oficial que nos dé cuenta de la situación de abastecimiento de agua potable y eventuales cortes en el país. Sí ha habido anuncios de cortes que se han ido dando, y la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) ya avisó de posibles racionamientos a partir de marzo para las comunas del sector oriente de Santiago. Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea podrían comenzar pronto.

¿Cuál es el escenario nacional?

Las regiones de la zona central –Coquimbo, Valparaíso y la Región Metropolitana- están particularmente complicadas, en el límite. Están haciendo distintas gestiones para asegurar el racionamiento hasta mayo o junio. Estas regiones ya alcanzaron su día cero y, básicamente, están teniendo abastecimiento porque ha habido acuerdos entre distintos sectores usuarios, como en la agricultura, para usar sus aguas para el consumo.

Cuando dice “día cero”, ¿se refiere a que ya se superó el déficit mínimo de agua para distribuir?

Sí, y no ha habido cortes importantes aún por las gestiones para distribuir el agua y asegurar el abastecimiento.

Entonces, ¿este es el peor momento de escasez hídrica del país?

Sí, este es el peor momento que jamás vivimos y lo peor es que las proyecciones de lluvias no son alentadoras para este año, esto por el lado climático. Pero también está el lado gubernamental, porque las autoridades no han tomado las medidas necesarias para solucionar este problema de sequía y adaptarnos a esta condición. Eso, por faltas de medidas del gobierno saliente, que fueron completamente insuficientes.

¿Qué opina del Plan de Sequía impulsado por el pasado gobierno?

Ese plan no tenía métrica, por lo que hoy sabemos cuántos recursos se utilizaron, cuáles fueron las acciones, pero no conocemos los resultados. El plan no tiene indicadores, por lo que no se puede evaluar sus resultados.

Hay comunas que están comenzando a multar por el mal uso del agua sus vecinos. ¿Qué le parece ese tipo de medidas?

Todas esas medidas van en la dirección correcta. Incluso, sería una medida importante el racionamiento de agua en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, las comunas que más agua consumen en Chile, superando la media mundial por cuatro o cinco veces. Estas medidas ayudan a crear conciencia del escenario de escasez que enfrentamos, pero deben ser en proporción al uso del agua de los diferentes sectores, por lo que, si el consumo de agua en una comuna está puesto en la agricultura, las forestales o la minería, hay que preguntarse cómo se regulará a ellos. Y en las ciudades, por supuesto que se debe trabajar en un mejor uso del agua. No podemos estar regando pasto o veredas bajo el escenario de hoy.

¿Tienen expectativas de que con el nuevo gobierno esto cambie?

Absolutamente. Tenemos toda la esperanza de que la autoridad asumirá la gravedad en la que estamos y emprenda un trabajo serio y profundo, con el liderazgo que se requiere, pero se necesitará mucho esfuerzo y bastantes recursos, conocimiento y despliegue territorial en cada región; no será fácil. Los países que han solucionado esto lo han hecho en 15 o 20 años, por lo que tampoco será este gobierno el que solucione este problema.

¿Con qué trabas se encontrará el nuevo gobierno?

Necesitaremos un nuevo liderazgo para que, primero, esto sea prioridad nacional para desarrollar un equipo de trabajo que se desplace no solo a nivel central, sino en todos los territorios. Serán un equipo grande, y deberá ser guiado por una persona destinada exclusivamente a resolver este problema, pero en cada región, cada cuenca hidrográfica. Ese liderazgo, deberá saber llegar a acuerdos y trabajar entre todos los sectores usuarios de agua, porque el gobierno solo no va a solucionar este problema.

¿Hay resistencia a estos cambios por parte de las industrias?

No estoy tan segura. Creo que lo que hay es desconfianza, porque todos los sectores han estado trabajando de manera individual este tema. Por eso, en la medida en que se generen los espacios de colaboración e implementación de soluciones en cada cuenca hidrográfica, estoy segura de que todos los sectores van a querer participar, pues son ellos también grandes afectados de la sequía, como la agricultura. Debe ser la autoridad la que invite a este trabajo y eso es lo que ha faltado.

¿Es comparable esta crisis con otra que haya sufrido el país?

El problema del agua es mucho más complejo, pero se podría comparar con lo que ocurrió con la crisis de energía que tuvimos. Y ahí, llegó un liderazgo capaz de unir y trabajar con todos los sectores, lo que cambió el panorama energético en Chile.

Expertos han propuesto la implementación de desaladoras para combatir la crisis hídrica…

Podría ser, pero las desaladoras no son capaces de resolver todo el problema. En la cuenca del Maipo, que es la que sostiene a Santiago y la provincia de San Antonio, se requerirían 20 megadesaladoras para suplir la brecha hídrica actual. Cada una de ellas debería ser como las que instaló la Minera Escondida, con 5 metros cúbicos por segundo, que es la más grande de Sudamérica. Las desaladoras no son la única solución, sino una más.

¿Cuáles serían las otras soluciones?

Una mejor gestión del agua, mejores acuerdos entre los sectores usuarios, la reducción de usos de aguas en la agricultura, la minería y la industria forestal y, por otro lado, soluciones basadas en la naturaleza para preparar el suelo de manera de poder filtrar y captar mejor las lluvias, porque hoy cuando llueve no se aprovecha del todo el agua.

Fuente: La Tercera, Martes 15 de Marzo de 2022

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