Miércoles, Abril 24, 2024

Transformación digital del comercio

EL MERCURIO – Junto con alterar arraigadas costumbres, las restricciones impuestas para contener la propagación del covid-19 han hecho surgir la interrogante por el tipo de “normalidad” que surgirá una vez que ellas se levanten. Es probable que, en la medida en que el brote pueda ser superado, muchos de estos cambios se vayan atenuando, pero otros, en particular aquellos que han intensificado tendencias que venían manifestándose con anterioridad, se consoliden. La disponibilidad de plataformas digitales, por ejemplo, ha permitido paliar durante estas semanas parte del impacto de las medidas restrictivas, pero es además probable que la experiencia de su uso masivo y recurrente en ámbitos diversos se proyecte más allá de esta coyuntura. Que ello ocurra dependerá, por cierto, de las ventajas que en las respectivas áreas ofrezca el espacio virtual en comparación con el presencial.
En ese sentido, esta crisis ha puesto repentinamente a prueba lo avanzado en sus apuestas digitales por distintos actores. Ha sido el caso de una industria clave en Chile, como es el retail, enfrentada al inédito escenario de cierre prolongado de sus canales de venta más tradicionales. En ese contexto, los consumidores han intensificado el uso del canal digital, desafiando no solo las capacidades tecnológicas de las empresas, sino también las de logística. Indudablemente, ello dejará situados en una mejor posición competitiva hacia adelante a aquellos que habían venido desarrollando un trabajo más consistente en este ámbito. Las implicancias han de ser, sin duda, relevantes si se tiene en cuenta que —como señaló en entrevista con este diario el presidente de una de las principales cadenas del país— en medio de esta pandemia el comercio electrónico está creciendo a tasas de tres dígitos. Ello lo llevaba a augurar incluso que en un futuro próximo las ventas por estas vías van a ser más grandes en volumen que aquellas realizadas en las tiendas de departamento.
Tal panorama no debiera sin embargo resultar sorpresivo. Después de todo, el comercio electrónico ya asomaba en el horizonte desde hacía un par de décadas, impulsado inicialmente por empresas de Estados Unidos que nacieron en un paradigma digital y que fueron ganando crecientemente espacios de mercado frente a los actores tradicionales, muchos de los cuales han venido desapareciendo en los últimos años. En el caso chileno, la crisis actual impone la necesidad de acelerar los procesos de transformación digital de esta industria, lo que a su vez demanda inversiones que hoy se hacen particularmente difíciles por el riesgo de liquidez. Ese es el dilema que hoy viven muchas empresas. Y aunque —dado el papel de los grandes centros comerciales incluso como espacios de sociabilidad para los chilenos— no parece probable que las grandes tiendas de departamentos dejen de desempeñar un rol, todo sugiere que la explosión digital vista en este período no será un fenómeno meramente pasajero.
Fuente: El Mercurio, Jueves 30 de Abril de 2020

EL MERCURIO – Junto con alterar arraigadas costumbres, las restricciones impuestas para contener la propagación del covid-19 han hecho surgir la interrogante por el tipo de “normalidad” que surgirá una vez que ellas se levanten. Es probable que, en la medida en que el brote pueda ser superado, muchos de estos cambios se vayan atenuando, pero otros, en particular aquellos que han intensificado tendencias que venían manifestándose con anterioridad, se consoliden. La disponibilidad de plataformas digitales, por ejemplo, ha permitido paliar durante estas semanas parte del impacto de las medidas restrictivas, pero es además probable que la experiencia de su uso masivo y recurrente en ámbitos diversos se proyecte más allá de esta coyuntura. Que ello ocurra dependerá, por cierto, de las ventajas que en las respectivas áreas ofrezca el espacio virtual en comparación con el presencial.
En ese sentido, esta crisis ha puesto repentinamente a prueba lo avanzado en sus apuestas digitales por distintos actores. Ha sido el caso de una industria clave en Chile, como es el retail, enfrentada al inédito escenario de cierre prolongado de sus canales de venta más tradicionales. En ese contexto, los consumidores han intensificado el uso del canal digital, desafiando no solo las capacidades tecnológicas de las empresas, sino también las de logística. Indudablemente, ello dejará situados en una mejor posición competitiva hacia adelante a aquellos que habían venido desarrollando un trabajo más consistente en este ámbito. Las implicancias han de ser, sin duda, relevantes si se tiene en cuenta que —como señaló en entrevista con este diario el presidente de una de las principales cadenas del país— en medio de esta pandemia el comercio electrónico está creciendo a tasas de tres dígitos. Ello lo llevaba a augurar incluso que en un futuro próximo las ventas por estas vías van a ser más grandes en volumen que aquellas realizadas en las tiendas de departamento.
Tal panorama no debiera sin embargo resultar sorpresivo. Después de todo, el comercio electrónico ya asomaba en el horizonte desde hacía un par de décadas, impulsado inicialmente por empresas de Estados Unidos que nacieron en un paradigma digital y que fueron ganando crecientemente espacios de mercado frente a los actores tradicionales, muchos de los cuales han venido desapareciendo en los últimos años. En el caso chileno, la crisis actual impone la necesidad de acelerar los procesos de transformación digital de esta industria, lo que a su vez demanda inversiones que hoy se hacen particularmente difíciles por el riesgo de liquidez. Ese es el dilema que hoy viven muchas empresas. Y aunque —dado el papel de los grandes centros comerciales incluso como espacios de sociabilidad para los chilenos— no parece probable que las grandes tiendas de departamentos dejen de desempeñar un rol, todo sugiere que la explosión digital vista en este período no será un fenómeno meramente pasajero.
Fuente: El Mercurio, Jueves 30 de Abril de 2020

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