Miércoles, Abril 24, 2024

Revolucionario modelo holandés de tratamiento de aguas llega a Chile y ofrece una alternativa para combatir la sequía

PAÍS CIRCULAR – La planta de la empresa holandesa Bluecon convierte las aguas servidas en agua reutilizable de alta calidad. Probado exitosamente en otros países como Rumania, India y Turquía, este modelo surge como alternativa en localidades rurales chilenas para ocupar esas aguas en regadío. La firma europea arribará a Chile en mayo para hacer pruebas piloto en tres comunas: San Pedro de Atacama, Vicuña y San José de la Mariquina. Isla de Maipo y El Monte, comunas de la Región Metropolitana que sufren emergencia hídrica, también pretenden sumarse.
Presentado en la primera Feria de Emprendimiento e Innovación de AMUSA, el proyecto Bluecon causó sensación en la audiencia. La empresa holandesa promueve un modelo de transformación de las aguas servidas en agua reutilizable para la industria o riego, a través de una planta de tratamiento modular que se instala principalmente en localidades rurales.
A través de un módulo físico -no biológico como la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas grises- el sistema de Bluecon entrega un servicio de agua descentralizada, es decir, independiente de la red central propensa a fallas en el suministro. Además, es un proyecto de baja escala, es decir, ideado para comunidades de no más de 2.000 habitantes preferentemente. Su objetivo es optimizar el ciclo del agua en este tipo de localidades, de modo que el recurso hídrico sea aprovechado en regadío, y no se vierta a los ríos o mares como ocurre comúnmente.
“El sistema consiste en una planta dentro de un contenedor de 40 pies que purifica las aguas residuales y las convierte en agua reutilizable para la industria o el riego. Cuenta con cuatro pasos básicos: tiene un filtro para sacar cualquier hoja. En el segundo paso se separa la suciedad del agua con una carga eléctrica. El tercer paso es el secreto del modelo: un pegamento. Ese pegamento permite crear una capa encima del agua, como cuando uno hace leche fresca. Ese lodo se puede usar para fertilizante o biogás. Y en el último proceso se activa el cloro que está naturalmente en el agua y la desinfecta”, explica Frans Janssen, gerente de la Cámara Chileno Holandesa de Comercio, institución que funciona como intermediaria entre la empresa y las municipalidades de Chile.
Probado exitosamente en países como Rumania, India y Turquía, la empresa está diseñando un contenedor especialmente adaptado para Chile: en mayo la firma holandesa implementará pruebas piloto en tres comunas del país con el objetivo de ingresar a este mercado y optar a ser una alternativa para combatir la megasequía que afecta al territorio nacional.

“En un país tan chico como Holanda, los pueblos pequeños se conectan a una infraestructura enorme bajo la tierra, el agua servida se junta y se lleva a una planta de tratamiento en una zona. Pero Bluecon ha pensado que la única forma de tratar el agua servida fuera de las ciudades es descentralizarla. Chile no tiene esa realidad de Holanda. Pero ocupa plantas de tratamientos de agua de forma biológica, que emiten malos olores, entre otros impactos”, detalla desde Amsterdam Paul van de Grift, consultor de Bluecon.
Janssen, en tanto, dice que la realidad de cualquier país es comparable a la de Chile, puesto que en todos lados “el agua se pierde en los ríos y en los mares”. Especifica que la planta, para llegar a ser instalada, requiere de un estanque que acumule las aguas residuales provenientes de fuentes domiciliarias. “No vale la pena prender la máquina cada vez que llega un litro de agua gris”, complementa el gerente de la Cámara Chileno Holandesa de Comercio.
Llega a Chile en mayo
Según Frans Janssen, el sistema es capaz de generar entre 5 y 25 metros cúbicos de agua limpia por hora. “No para beber”, aclara el gerente, “sino para riego o usos industriales”. La ventaja de ser un método físico y no biológico radica, según Paul van de Grift, en que puede instalarse indistintamente en San Pedro de Atacama o en el sur, y la calidad del agua “será constante e igual”. Además, no emite ruido ni malos olores, como sucede con las plantas biológicas, ni tampoco necesita de un trabajador/a a cargo de su mantención las 24 horas del día.
A partir de los convenios que la Cámara Chileno Holandesa  de Comercio ha suscrito con distintas asociaciones municipales, en tres meses más las comunas de Vicuña (en dos Comités de Agua Potable Rural o APR), Valdivia (balneario de Mehuín) y San Pedro de Atacama (Toconao) recibirán los contenedores de Bluecon a prueba. “En el caso de Mehuín, dice Janssen, “falta una infraestructura por terminar. Para instalarlo necesitamos un sistema que colecte el agua y la lleve a un punto central donde la máquina Bluecon pueda operar. En general, esa infraestructura se hace donde hubo o hay una planta de tratamiento en desuso”.
Estos pilotos servirán para comprobar la efectividad del sistema en el contexto de cada localidad y con los actores más relevantes de ese territorio.
Si los resultados son óptimos y el proyecto llega a buen puerto, Chile será el primer país de Latinoamérica en implementar este revolucionario método. Para Van de Grift, sin ir más lejos, “Chile es la plataforma por donde queremos empezar a entrar en el mercado latinoamericano”.

La realidad de las comunas con emergencia hídrica calza perfectamente con la problemática que ataca Bluecon. Van de Grift vivió tres años en Chile y conoce como la palma de su mano el catastrófico escenario que vive el país, por lo que “el tratamiento de aguas servidas es algo que se necesita hacer”, plantea.
“A nivel ciudad La Serena por ejemplo pierde 400 litros de agua por segundo. No es lo mismo que se pierda a darle valor al agua tratada. Desde Santiago para el norte es gigante el problema y me duele que haya tanta agua que se podría reutilizar y que, sin embargo, terminamos desechando a los ríos o al mar. Con un tratamiento mejor, el agua se puede usar para regar”, agrega Van de Grift.
El entusiasmo pregonado por las tres comunas que Bluecon visitará con su contenedor especial para Chile fue replicado por dos de las tres comunas que integran la Asociación de Municipios del Valle del Maipo (AMUVM): Isla de Maipo y El Monte, territorios que padecen una extrema crisis hídrica. Estos dos municipios -salvo Melipilla que no se mostró tan entusiasta- firmaron un convenio con la Cámara Chileno Holandesa de Comercio con el propósito de conocer el sistema y analizar la posibilidad de implementarlo dentro de sus límites.
“Nuestra idea es que cuando Bluecon venga a Chile a mayo, lo haga también acá a El Monte e Isla de Maipo. El objetivo es implementarlo aquí porque son comunas que están en emergencia hídrica. Si logramos potenciarlo, también se puede replicar en otras comunas de la Región Metropolitana que están pasando una situación similar a la nuestra como María Pinto, Alhué y Curacaví”, comenta Luis Céspedes, director ejecutivo de la AMUVM.
Céspedes considera que el proyecto, de ser instalado en ambas comunas, podría impactar positivamente a más de 5.000 pequeños agricultores, además de ayudar a relanzar el proyecto Maipo Verde (www.maipoverde.cl), que consiste en mejorar y construir infraestructura verde en el territorio local. Sin embargo, el director ejecutivo de AMUVM reconoce que “la sequía de 10 años que llevamos acá en el valle es muy difícil de revertirla, por lo que estamos buscando alternativas creativas y que estén dentro de los costos permitidos, porque somos comunas pobres”.
En tanto, la Asociación de Municipios para la Sustentabilidad Ambiental (AMUSA) -instancia donde la Cámara Chileno Holandesa de Comercio presentó la propuesta de Bluecon- colabora en la logística para propiciar el diálogo entre la empresa holandesa y los municipios asociados.
“Son una solución bastante buena. Firmamos un acuerdo con el gobierno holandés para que ellos presentaran su proyecto como alternativa a la crisis hídrica en la Feria de Emprendimiento e Innovación”, cuenta Nicolás Guíñez, director de Emprendimiento e Innovación de AMUSA.
De todos sus municipios socios, quizás la que cuente con mayor impronta rural es María Pinto, que se mostró interesada en contar con Bluecon. “Vitacura no tiene el problema de escasez hídrica que sí tiene María Pinto”, agrega Guíñez, para quien las posibilidades de que el sistema entre a Chile son bastante grandes: “Nosotros les queremos ayudar a los municipios a postular a fondos SUBDERE para construir toda la infraestructura que se requiere para instalar las máquinas. Queremos ayudar con la gestión completa”, acota el representante de AMUSA.
En tanto, para Frans Janssen, es tal la confianza de la empresa sobre la calidad de su producto que “instalan el contenedor sin costo, y si no funciona, lo sacan también sin costo”.
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Fuente: País Circular, Martes 11 de Febrero de 2020

PAÍS CIRCULAR – La planta de la empresa holandesa Bluecon convierte las aguas servidas en agua reutilizable de alta calidad. Probado exitosamente en otros países como Rumania, India y Turquía, este modelo surge como alternativa en localidades rurales chilenas para ocupar esas aguas en regadío. La firma europea arribará a Chile en mayo para hacer pruebas piloto en tres comunas: San Pedro de Atacama, Vicuña y San José de la Mariquina. Isla de Maipo y El Monte, comunas de la Región Metropolitana que sufren emergencia hídrica, también pretenden sumarse.
Presentado en la primera Feria de Emprendimiento e Innovación de AMUSA, el proyecto Bluecon causó sensación en la audiencia. La empresa holandesa promueve un modelo de transformación de las aguas servidas en agua reutilizable para la industria o riego, a través de una planta de tratamiento modular que se instala principalmente en localidades rurales.
A través de un módulo físico -no biológico como la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas grises- el sistema de Bluecon entrega un servicio de agua descentralizada, es decir, independiente de la red central propensa a fallas en el suministro. Además, es un proyecto de baja escala, es decir, ideado para comunidades de no más de 2.000 habitantes preferentemente. Su objetivo es optimizar el ciclo del agua en este tipo de localidades, de modo que el recurso hídrico sea aprovechado en regadío, y no se vierta a los ríos o mares como ocurre comúnmente.
“El sistema consiste en una planta dentro de un contenedor de 40 pies que purifica las aguas residuales y las convierte en agua reutilizable para la industria o el riego. Cuenta con cuatro pasos básicos: tiene un filtro para sacar cualquier hoja. En el segundo paso se separa la suciedad del agua con una carga eléctrica. El tercer paso es el secreto del modelo: un pegamento. Ese pegamento permite crear una capa encima del agua, como cuando uno hace leche fresca. Ese lodo se puede usar para fertilizante o biogás. Y en el último proceso se activa el cloro que está naturalmente en el agua y la desinfecta”, explica Frans Janssen, gerente de la Cámara Chileno Holandesa de Comercio, institución que funciona como intermediaria entre la empresa y las municipalidades de Chile.
Probado exitosamente en países como Rumania, India y Turquía, la empresa está diseñando un contenedor especialmente adaptado para Chile: en mayo la firma holandesa implementará pruebas piloto en tres comunas del país con el objetivo de ingresar a este mercado y optar a ser una alternativa para combatir la megasequía que afecta al territorio nacional.

“En un país tan chico como Holanda, los pueblos pequeños se conectan a una infraestructura enorme bajo la tierra, el agua servida se junta y se lleva a una planta de tratamiento en una zona. Pero Bluecon ha pensado que la única forma de tratar el agua servida fuera de las ciudades es descentralizarla. Chile no tiene esa realidad de Holanda. Pero ocupa plantas de tratamientos de agua de forma biológica, que emiten malos olores, entre otros impactos”, detalla desde Amsterdam Paul van de Grift, consultor de Bluecon.
Janssen, en tanto, dice que la realidad de cualquier país es comparable a la de Chile, puesto que en todos lados “el agua se pierde en los ríos y en los mares”. Especifica que la planta, para llegar a ser instalada, requiere de un estanque que acumule las aguas residuales provenientes de fuentes domiciliarias. “No vale la pena prender la máquina cada vez que llega un litro de agua gris”, complementa el gerente de la Cámara Chileno Holandesa de Comercio.
Llega a Chile en mayo
Según Frans Janssen, el sistema es capaz de generar entre 5 y 25 metros cúbicos de agua limpia por hora. “No para beber”, aclara el gerente, “sino para riego o usos industriales”. La ventaja de ser un método físico y no biológico radica, según Paul van de Grift, en que puede instalarse indistintamente en San Pedro de Atacama o en el sur, y la calidad del agua “será constante e igual”. Además, no emite ruido ni malos olores, como sucede con las plantas biológicas, ni tampoco necesita de un trabajador/a a cargo de su mantención las 24 horas del día.
A partir de los convenios que la Cámara Chileno Holandesa  de Comercio ha suscrito con distintas asociaciones municipales, en tres meses más las comunas de Vicuña (en dos Comités de Agua Potable Rural o APR), Valdivia (balneario de Mehuín) y San Pedro de Atacama (Toconao) recibirán los contenedores de Bluecon a prueba. “En el caso de Mehuín, dice Janssen, “falta una infraestructura por terminar. Para instalarlo necesitamos un sistema que colecte el agua y la lleve a un punto central donde la máquina Bluecon pueda operar. En general, esa infraestructura se hace donde hubo o hay una planta de tratamiento en desuso”.
Estos pilotos servirán para comprobar la efectividad del sistema en el contexto de cada localidad y con los actores más relevantes de ese territorio.
Si los resultados son óptimos y el proyecto llega a buen puerto, Chile será el primer país de Latinoamérica en implementar este revolucionario método. Para Van de Grift, sin ir más lejos, “Chile es la plataforma por donde queremos empezar a entrar en el mercado latinoamericano”.

La realidad de las comunas con emergencia hídrica calza perfectamente con la problemática que ataca Bluecon. Van de Grift vivió tres años en Chile y conoce como la palma de su mano el catastrófico escenario que vive el país, por lo que “el tratamiento de aguas servidas es algo que se necesita hacer”, plantea.
“A nivel ciudad La Serena por ejemplo pierde 400 litros de agua por segundo. No es lo mismo que se pierda a darle valor al agua tratada. Desde Santiago para el norte es gigante el problema y me duele que haya tanta agua que se podría reutilizar y que, sin embargo, terminamos desechando a los ríos o al mar. Con un tratamiento mejor, el agua se puede usar para regar”, agrega Van de Grift.
El entusiasmo pregonado por las tres comunas que Bluecon visitará con su contenedor especial para Chile fue replicado por dos de las tres comunas que integran la Asociación de Municipios del Valle del Maipo (AMUVM): Isla de Maipo y El Monte, territorios que padecen una extrema crisis hídrica. Estos dos municipios -salvo Melipilla que no se mostró tan entusiasta- firmaron un convenio con la Cámara Chileno Holandesa de Comercio con el propósito de conocer el sistema y analizar la posibilidad de implementarlo dentro de sus límites.
“Nuestra idea es que cuando Bluecon venga a Chile a mayo, lo haga también acá a El Monte e Isla de Maipo. El objetivo es implementarlo aquí porque son comunas que están en emergencia hídrica. Si logramos potenciarlo, también se puede replicar en otras comunas de la Región Metropolitana que están pasando una situación similar a la nuestra como María Pinto, Alhué y Curacaví”, comenta Luis Céspedes, director ejecutivo de la AMUVM.
Céspedes considera que el proyecto, de ser instalado en ambas comunas, podría impactar positivamente a más de 5.000 pequeños agricultores, además de ayudar a relanzar el proyecto Maipo Verde (www.maipoverde.cl), que consiste en mejorar y construir infraestructura verde en el territorio local. Sin embargo, el director ejecutivo de AMUVM reconoce que “la sequía de 10 años que llevamos acá en el valle es muy difícil de revertirla, por lo que estamos buscando alternativas creativas y que estén dentro de los costos permitidos, porque somos comunas pobres”.
En tanto, la Asociación de Municipios para la Sustentabilidad Ambiental (AMUSA) -instancia donde la Cámara Chileno Holandesa de Comercio presentó la propuesta de Bluecon- colabora en la logística para propiciar el diálogo entre la empresa holandesa y los municipios asociados.
“Son una solución bastante buena. Firmamos un acuerdo con el gobierno holandés para que ellos presentaran su proyecto como alternativa a la crisis hídrica en la Feria de Emprendimiento e Innovación”, cuenta Nicolás Guíñez, director de Emprendimiento e Innovación de AMUSA.
De todos sus municipios socios, quizás la que cuente con mayor impronta rural es María Pinto, que se mostró interesada en contar con Bluecon. “Vitacura no tiene el problema de escasez hídrica que sí tiene María Pinto”, agrega Guíñez, para quien las posibilidades de que el sistema entre a Chile son bastante grandes: “Nosotros les queremos ayudar a los municipios a postular a fondos SUBDERE para construir toda la infraestructura que se requiere para instalar las máquinas. Queremos ayudar con la gestión completa”, acota el representante de AMUSA.
En tanto, para Frans Janssen, es tal la confianza de la empresa sobre la calidad de su producto que “instalan el contenedor sin costo, y si no funciona, lo sacan también sin costo”.
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Fuente: País Circular, Martes 11 de Febrero de 2020

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