Martes, Abril 23, 2024

Petorca dice basta: comunidad organizada sale a resolver el problema de la sequía

EL LÍBERO – A través de una mesa hídrica que cuenta con el respaldo de los cinco municipios que componen la Provincia de Petorca, de APRs, pequeños agricultores, productores, canalistas, regantes, servicios públicos, sector privado e, incluso, del Gobierno Regional, desde el sector están buscando soluciones concretas a la escasez de agua. Hay consenso en que una planta desalinizadora es la solución más viable. Además, toman como ejemplo una iniciativa de tecnificación de un canal como un medio para lograr la distribución eficaz del recurso.

Milímetros, metros cúbicos, hectáreas de riego, litros por segundo: cuando el agua es escasa, conocer el significado de cada una de esas unidades es fundamental. Su uso resulta natural para quienes tienen a su cargo hacer que el agua salga por el grifo en la Provincia de Petorca, bien sea para el riego agrícola o como agua potable para las viviendas.

En la provincia ahora prefieren hablar en esos términos. Hay consenso en que hay que hallar una solución técnica a la escasez hídrica que se aleje de las consignas y se enfoque en resolver los problemas que ha originado la sequía.

Más cuando tras el resultado del plebiscito constitucional del 4 de septiembre la opción Rechazo se impuso en cada una de las cinco comunas (La Ligua, Cabildo, Zapallar, Papudo y Petorca) que hacen parte de esta provincia situada en la Región de Valparaíso; lo que ocasionó una oleada tuitera criticando el voto de sus habitantes. Es por ello que desde una Mesa Hídrica instalada en la comuna de Cabildo, que ahora también tiene alcance provincial, están decididos a despolitizar el tema de la sequía y en avanzar en una solución técnica a esta crisis.

Una Mesa Hídrica transversal
A partir de la instalación de una Mesa Hídrica en la comuna de Cabildo y, más recientemente, de una Mesa Hídrica Provincial en las que participan agricultores, canalistas, encargados de las APR -que son sistemas comunitarios de agua potable rural, ahora llamados Servicios Sanitarios Rurales-, mineros, servicios públicos y los alcaldes de Cabildo, Papudo, Petorca y La Ligua, se han dado a la tarea, primero, de conciliar posiciones y, segundo, de hallar una solución urgente y efectiva al problema del agua, con lo cual llegaron al consenso de que una planta desalinizadora es la solución más viable.

“A través de la mesa hídrica, que ha iniciado un trabajo junto a la Unión Comunal de APR, creemos que una de las alternativas más viables es la desalinización de agua de mar”, afirma el alcalde de Cabildo, Víctor Donoso (DC). “Me da mucho gusto ver a distintas organizaciones, usuarios de aguas, que están trabajando de manera conjunta a diferencia de hace años atrás que eran solo peleas. Hoy día uno ve a los comités de agua potable rural, a los comités de regantes, a los canalistas, las empresas grandes, a la pequeña minería, que están todos trabajando bajo un mismo objetivo que es lograr que el agua vuelva a esta zona”, agrega Donoso.

Petorca lejos del promedio histórico de precipitaciones
La sequía ha afectado principalmente a las comunas de La Ligua, Cabildo y Petorca, que tienen una marcada vocación agrícola, y cuyas actividades se desarrollan a lo largo de los valles de los ríos Petorca y La Ligua.

La falta de agua en los últimos 13 años ha originado que poco a poco hayan tenido que reducir las hectáreas dedicadas al cultivo de 16.000 a alrededor de 3.500. Al mismo tiempo que observan cómo desde 2006 no han vuelto a alcanzar el que era el promedio histórico de precipitaciones anuales, de 300 milímetros al año.

En 2022, dependiendo de dónde se haga la medición, el promedio de precipitaciones oscila entre los 100 y los 160 milímetros, al menos en la comuna de Cabildo. Con todo y que las lluvias están lejos del promedio anual las montañas de Cabildo lucen pintadas de verde. Eso es porque este año ha llovido “diferente”, explica Ignacio Álamos van Sint Jan, presidente de la Comunidad de Aguas Canal del Medio.

“El año pasado cayeron 70 milímetros en todo el invierno, pero eran lluvias que sumaban de 2 a 5 milímetros por vez. Eso no permitía que el agua se infiltrara en la tierra. Ahora han caído 110 milímetros, y fueron de 20 a 30 milímetros con cada lluvia, eso sí hace que salga pasto, y que se recuperen las napas”, detalla.

Álamos resume que además de las pocas precipitaciones, el origen de la sequía en Petorca también obedece a razones geográficas. “Nosotros no tenemos alta cordillera que acumule nieve, que luego se derrita y baje por los ríos. Tenemos una parte chica de cordillera y la mayoría de las líneas de la cordillera desvían las aguas hacia el norte y hacia el sur, entonces tenemos muy poca reserva, por eso es que se secó antes nuestra provincia que el resto de Chile”, explica. Es decir que por esta característica geográfica, las altas cumbres de ese sector de la cordillera dividen aguas hacia el norte, hacia el río Choapa y hacia el sur al Aconcagua.

Desalinizar para hallar una nueva fuente de agua en Petorca
En este escenario es que surge la idea de la desalinización, en el ánimo de buscar nuevas fuentes de agua. “Si bien es cierto ha llovido, no se sabe cuánto tiempo vaya a durar. Nosotros, a través de la mesa hídrica, no queremos esperar el momento en que no haya más agua”, plantea Nayaret Olavarría, presidenta de la APR San José-El Carmen, que tiene 180 usuarios.

Agrega Olavarría: “A ciudadanos, APR, campesinos, a todos nos afecta el mismo tema. Es por eso que la planta nos parece una buena opción. Tenemos que enfocar la mirada, ver todas las alternativas y no dedicarnos a culparnos porque van 10 años de lucha por el agua y todavía no hay soluciones. Ya la gente está cansada de la política y el discurso repetitivo. Quiere proyectos que ahora sí mejoren la situación”.

El drama de la APR que dirige es que tienen tres pozos y ninguno de los tres funciona. La suya fue una de las primeras APR que se secó. Ahora el agua que distribuyen les llega en un par de camiones que suman 53 mil litros diarios, que les envía la municipalidad de Cabildo; y otro más de 20 mil litros que lograron conseguir con un privado.

Eso implica que los usuarios de esa APR tienen agua desde las 8:30 horas, cuando llegan los camiones y descargan el agua en las instalaciones de la sanitaria, hasta el mediodía. La cortan hasta las 18:00 horas cuando la vuelven a enviar por las tuberías de las casas hasta las 19:15 horas aproximadamente.

Es por ello que ve en la planta una solución a largo plazo, junto con una aducción que está haciendo el Ministerio de Obras Públicas. “Un pozo sí se puede secar, pero cuándo se va a secar el mar”.

La presidenta de la APR indica que cada vez hay que cavar más profundo para hallar agua en un pozo, pero que igual eso trae el problema de que a esas profundidades el agua viene con más minerales y empeora su calidad para el consumo humano.

Los detalles de la planta desalinizadora
La planta estaría ubicada en el mar. En el área de las Salinas de Pullally, donde confluyen los ríos Petorca y La Ligua.

El alcalde de Cabildo, Víctor Donoso, sostiene que esto también ha sido discutido por los alcaldes de la provincia y están todos en la misma página. “Sobre todo la alcaldesa de Papudo (Claudia Adasme Donoso, RN) que está disponible para desarrollar un proyecto de este tipo; porque no solo beneficia a Cabildo, también beneficiaría a zonas productivas agrícolas de Papudo, como es el caso de Pullally. Es el caso de Catapilco, en Zapallar, donde hay un desarrollo agrícola que es próspero, y obviamente La Ligua, Cabildo y Petorca nos podríamos ver beneficiados con este proyecto”.

No obstante, Donoso aclara que el compromiso asumido desde el Ministerio de Obras Públicas es que antes de que termine este año harán una revisión de todos los proyectos que han explorado desde el tiempo de la ex Presidenta Michelle Bachelet, y en función de eso ver cuál es la mejor alternativa para desarrollar en la zona o, en su defecto, apoyar alguna iniciativa de privados.

En la mesa hídrica ya han revisado proyectos de plantas desalinizadoras. Dicen que hay una iniciativa privada que ha ido avanzando en los permisos. El costo de instalar una de estas plantas ronda los US $250 millones.

“En Cabildo estamos prácticamente a 40 kilómetros de la costa, es decir estamos en una cercanía, comparados con proyectos de desalinización, que en el mundo tienen distancias por sobre los 100 o 150 kilómetros y llegan a alturas bastante importantes”, dice el alcalde Donoso.

Para el edil también existen tecnologías que pueden ayudar a reducir los costos, como por ejemplo una planta de energía renovable, a través de paneles solares, lo que podría disminuir en un 70% el costo de impulsar el agua a esa zona.

El Canal del Medio
En paralelo, hay que pensar en cómo distribuir el recurso de forma eficiente, si se instala la planta desalinizadora. Una alternativa es aprovechar la red de canales que ya funcionan en la provincia. Para ello, existe un ejemplo de una iniciativa exitosa.

Un tubo de 5,4 kilómetros de largo cambió la vida de 80 pequeños y medianos productores en el sector Los Molinos, ubicado en la comuna de Cabildo en la Provincia de Petorca. Desde noviembre del año pasado los miembros de la Comunidad de Aguas Canal del Medio son capaces de programar los turnos de riego de forma remota, de la apertura y cierre programado de válvulas y pueden llevar registro de la cantidad de agua entregada a cada usuario. Además permite que haya mayor transparencia en la asignación de volúmenes de agua que recibe cada agricultor y en los turnos.

Los responsables de implementar esta obra resumen los beneficios en cinco puntos: 1.- transparencia en la distribución; 2.- aumenta el canal disponible aguas abajo; 3.- mejora la justicia de la distribución; 4.- permite fiscalizar en línea; y 5.- no acepta “maña”.

Ignacio Álamos preside la Comunidad de Canalistas Canal del Medio y al mismo tiempo es parte de la sociedad de agricultores Agroquinor, desde donde se impulsó el proyecto.

Relata que se decidió entubar los canales porque la poca agua que había disponible se filtraba. El problema fue que el agua bajaba por los tubos por la fuerza de la gravedad, y no presurizada, lo que originó una serie de problemas entre quienes se abastecían de esta forma, con lo cual no todos tenían asegurado recibir el volumen de agua que les correspondía, en el horario previamente definido para ello.

En consecuencia postularon a un fondo de Corfo para hacer el diseño que les permitió tecnificar el canal y a la Comisión Nacional de Riego (CNR) para financiar su construcción, instancia que les aportó más de $200 millones, para instalar esta tecnología a lo largo de un tubo de 5,4 km de largo.

Al momento, explica Álamos, distribuyen 1,9 litros por segundo del líquido –el tubo tiene capacidad para llevar 30 litros por segundo–. “Con eso se pueden regar 8 hectáreas siendo 100% eficiente. Es para agricultura, pero también la pueden usar para su casa. Cada uno se preocupa de hacer más eficiente el uso que hace del recurso”.

Señala que lo que se logró es que “lo que le corresponde a cada uno es lo que se le entrega”. Además, de este modo también pueden saber si hay una filtración y en qué sector hay que repararla sin necesidad de revisar todo el canal; así como tener control de si alguien “interviene” la tubería para sacar un volumen de agua que no le corresponde.

Su objetivo es ahora lograr que por el río pase agua desalinizada y que canales de este tipo sean una solución para distribuir esa agua; por lo que proponen replicar la iniciativa del Canal del Medio en otros 20 canales a lo largo del río La Ligua. Y lograr que se haga algo similar en los canales del río Petorca.

“Hemos propuesto que la información con la que nosotros contamos se tenga en todos los canales, que además sean datos que estén a disposición de la Dirección General de Aguas (DGA) para así lograr una mejor gestión del agua”, afirma Álamos.

Los beneficios de una mejor conducción del agua
Erika Lamig, Coordinadora Regional Valparaíso de la Comisión Nacional de Riego (CNR), explica que el proyecto del Canal del Medio fue seleccionado para su financiamiento porque cumplía con todos los requerimientos legales y técnicos. “Lo importante de esto es que nosotros financiamos aquellas cosas que se evalúa que son soluciones técnicas que contribuyen al mejor uso del agua, y en el caso particular, cuando permiten mejor transparencia respecto de la administración y la gestión del recurso hídrico”, sostiene.

Lamig detalla que la tecnificación del Canal del Medio beneficia de manera directa a 80 productores, de los cuales 90% son de agricultura familiar campesina. “Todas las personas que están al final de los canales en general son agricultores que tienen más vulnerabilidad. Al inicio hay más agua y al final cuesta mucho que llegue, entonces si es conducida llega más fácilmente a los productores que están más alejados. En este caso, con la telemetría se tiene más control del agua que ellos tienen disponible y cómo se distribuye. Eso va quedando reflejado en planillas que están registradas. En el fondo es más fácil tener un mejor control y gestión del recurso hídrico”, explica.

“Al hacer una mejor conducción del agua, significa que independiente de la fuente que tengas vas a poder aprovechar más esa inversión. En este caso nosotros trabajamos con aguas que son de esteros y de río, pero el agua de esteros y de río si la conduces llega al último punto, pero en un minuto en que no tengas agua, o que tengas muy poca, o quieras complementar se puede aprovechar la misma infraestructura que se está habilitando. Eso es algo que ellos han estado conversando dentro del Programa Territorial Integrado y que lo han planteado otras organizaciones de usuarios de agua”, relata sobre las conversaciones que se están dando en torno a la desalinización.

En el caso de la desalinización, afirma que la CNR contribuye a la formulación de la política de riego a nivel nacional y evalúa la factibilidad técnica y económica de inversiones en obras rentables de riego en las distintas cuencas hidrográficas del país. Dice sobre esta alternativa que hay que analizar en detalle qué sucede cuándo se devuelve al mar agua con mayor concentración de sal y el costo, una vez que se tiene el agua limpia, de trasladarla al lugar donde se va a consumir. En consecuencia, hay una evaluación técnica, social y económica qué hacer.

Cómo cambia la vida
Los Molinos es un área 100% agrícola emplazada junto al cauce del río La Ligua. Además, Petorca es la provincia que tiene el mayor porcentaje de riego tecnificado del país.

Las obras en el Canal del Medio cambiaron la vida de muchos, partiendo por la de Jaime Guajardo, quien tiene a su cargo el canal desde el año 2007.

Guajardo recorre el camino rural por donde va el tubo de arriba a abajo sobre su bicicleta. Lleva siempre una pala, ahora más por costumbre que porque realmente la vaya a utilizar.

Su trabajo consiste en asegurarse de que todos reciban el volumen de agua que les corresponde, cuando les corresponde. También era el responsable de hallar las filtraciones y de abrir y cerrar las válvulas antes de la puesta en marcha de las obras aprobadas por la CNR. Conoce a todos por el sector y todos lo conocen a él.

“La gente nota la diferencia”, asegura. Por lo mismo, cuenta que en el Canal del Bajo –otro de los canales en la zona– quieren presentar ante la CNR un proyecto similar.

“Lo importante es que le llega el agua a la gente y eso mantiene la comunidad viva”, opina, porque, además, mandar a hacer un pozo “es caro y no es seguro que le vaya a llegar el agua a la gente”.

Irma Saavedra, agricultora de Los Molinos, señala que “ahora hay una tranquilidad, está computarizado y sabemos que es seguro que nos va a llegar el agua”.

Antes de la tecnificación del canal incluso se planteaba la posibilidad de irse de la tierra a la que llegó con su padre cuando era una niña de 8 años de edad. Por el contrario, ahora dice que está “inspirada” y que planea hacer una pequeña chacra aprovechando el agua que ahora sí le llega. “No llueve pero gotea”, bromea.

“Yo creo que la sequía sí tiene solución. Lo que se necesita es una buena organización. Con responsabilidad. Las cosas con responsabilidad salen”, asevera Saavedra.

Coincide Carolina Olmos Astudillo, también agricultora en Los Molinos. “Corté el 80% de los árboles. Ahora, con la poca agua que llega, regamos lo que quedó. Antes era un caos. Había que ir a buscar el agua. A veces podía regar y otras veces no. Desde que hicieron esto me llega el agua a la hora. Lo justo. No me la cortan”.

Para Olmos Astudillo la planta desalinizadora es la “única alternativa” que les queda. “¿Quién nos asegura que va a llover el año que viene? Qué va a hacer un Presidente con todo este valle si está seco”, dice. Y entre los consultados coinciden en que “por más que estrujen la constitución no va a salir agua. La solución es técnica”.

“Es complejo entender el comportamiento del agua subterránea”
Daniel Valdivia, preside la APR Los Molinos, que tiene 435 clientes, es decir que en total atiende a alrededor de 1.600 personas, también cree que hay que empujar por la desalinización. “Nosotros tenemos como APR un pozo de 60 metros de profundidad que nos da 9 litros por segundo. Pero hicimos tres pozos muy cerca de ese, hicimos unos pozos de 156 metros de profundidad y no salió nada de agua. Nada. Cero agua con 156 metros. Entonces, es complejo entender el comportamiento del agua subterránea”.

Coincide en la importancia del diálogo que ha surgido entre ciudadanos, alcaldes y empresarios. “Hemos llegado a la conclusión de que como hay escasez de agua y la materia prima está en el mar, estamos tratando de potenciar una planta desalinizadora y ojalá las autoridades se convenzan de que es un ‘mal necesario’. Hay que mitigar todo lo que pueda venir en desmedro de la naturaleza, pero agua necesitamos. Hoy en la zona se han perdido más de 8.000 hectáreas productivas. Los jóvenes están emigrando porque no hay productividad”.

Otra de las conclusiones a las que han llegado es que con un suministros de agua que alcance los 2.000 litros por segundo para la provincia, serán capaces de recuperar la agricultura en el sector: poner a producir entre 6.000 y 7.000 hectáreas y asegurar el consumo humano.

“Nosotros como APR entendemos que hay que producir y hay que hacer circular la economía. Pensamos que el agua dulce, o el agua continental, tiene que ser para el consumo humano. Mientras los agricultores tengan agua desalinizada y puedan regar con esa agua liberarían el agua dulce, que obviamente se iría a las APR”, dice Valdivia, quien agrega que tanto la minería en la zona, como los agricultores estarían por utilizar el agua desalinizada.

“Aquí la idea es tratar que el Estado entienda que los valores tienen que ser diferenciados, según sea para la pequeña, mediana y gran agricultura. Que sea accesible y que perdure en el tiempo”, plantea el presidente del APR Los Molinos.

¿Qué hacer con la sal?
Sobre qué hacer con la sal que quedaría como resultado de la planta desalinizadora, Donoso señala que “hoy hay tecnologías y procesos que están explorando tratamientos que son bastante buenos y que podrían tratar la sal de mar en tierra y volverlas a verter al mar en condiciones muy similares a cómo se extrae, lo que no generaría mayores problemas. En Chile está la experiencia de la planta que está en el norte, en Caldera, que es una planta desalinizadora que fue financiada por el Estado y por los privados”.

El alcalde agrega que “hoy se pueden buscar mejores soluciones que las que tiene esa planta para tratar la sal, entendiendo, además, que en Papudo tenemos corriente de Humboldt, lo que hace más propicio el que no quede una concentración en ese lugar de sal”.

Sobre si están todos en la misma línea, el alcalde insiste en que sí. En especial porque la Mesa Hídrica cuenta con el apoyo del gobernador Rodrigo Mundaca.

“Hay que señalar también que si no contamos a futuro con proyectos de este tipo esta zona puede morir. Las grandes empresas agrícolas se están yendo a Colombia y, por lo tanto, hoy día para nosotros los municipios esto ha tenido un costo social importante dado que mucha gente que trabajaba en las empresas agrícolas hoy está sin empleo, sin actividad productiva, y por lo tanto eso afecta el comercio, los servicios, todo”, expone Donoso.

La presidenta de la APR San José-El Carmen Nayaret Olavarría resume en una frase lo que los motiva: “Buscar el problema del problema no trae una solución. Es más bien un desgaste. Y nosotros queremos buscar una solución al problema”.

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Fuente: El Líbero, Martes 20 de Septiembre de 2022

EL LÍBERO – A través de una mesa hídrica que cuenta con el respaldo de los cinco municipios que componen la Provincia de Petorca, de APRs, pequeños agricultores, productores, canalistas, regantes, servicios públicos, sector privado e, incluso, del Gobierno Regional, desde el sector están buscando soluciones concretas a la escasez de agua. Hay consenso en que una planta desalinizadora es la solución más viable. Además, toman como ejemplo una iniciativa de tecnificación de un canal como un medio para lograr la distribución eficaz del recurso.

Milímetros, metros cúbicos, hectáreas de riego, litros por segundo: cuando el agua es escasa, conocer el significado de cada una de esas unidades es fundamental. Su uso resulta natural para quienes tienen a su cargo hacer que el agua salga por el grifo en la Provincia de Petorca, bien sea para el riego agrícola o como agua potable para las viviendas.

En la provincia ahora prefieren hablar en esos términos. Hay consenso en que hay que hallar una solución técnica a la escasez hídrica que se aleje de las consignas y se enfoque en resolver los problemas que ha originado la sequía.

Más cuando tras el resultado del plebiscito constitucional del 4 de septiembre la opción Rechazo se impuso en cada una de las cinco comunas (La Ligua, Cabildo, Zapallar, Papudo y Petorca) que hacen parte de esta provincia situada en la Región de Valparaíso; lo que ocasionó una oleada tuitera criticando el voto de sus habitantes. Es por ello que desde una Mesa Hídrica instalada en la comuna de Cabildo, que ahora también tiene alcance provincial, están decididos a despolitizar el tema de la sequía y en avanzar en una solución técnica a esta crisis.

Una Mesa Hídrica transversal
A partir de la instalación de una Mesa Hídrica en la comuna de Cabildo y, más recientemente, de una Mesa Hídrica Provincial en las que participan agricultores, canalistas, encargados de las APR -que son sistemas comunitarios de agua potable rural, ahora llamados Servicios Sanitarios Rurales-, mineros, servicios públicos y los alcaldes de Cabildo, Papudo, Petorca y La Ligua, se han dado a la tarea, primero, de conciliar posiciones y, segundo, de hallar una solución urgente y efectiva al problema del agua, con lo cual llegaron al consenso de que una planta desalinizadora es la solución más viable.

“A través de la mesa hídrica, que ha iniciado un trabajo junto a la Unión Comunal de APR, creemos que una de las alternativas más viables es la desalinización de agua de mar”, afirma el alcalde de Cabildo, Víctor Donoso (DC). “Me da mucho gusto ver a distintas organizaciones, usuarios de aguas, que están trabajando de manera conjunta a diferencia de hace años atrás que eran solo peleas. Hoy día uno ve a los comités de agua potable rural, a los comités de regantes, a los canalistas, las empresas grandes, a la pequeña minería, que están todos trabajando bajo un mismo objetivo que es lograr que el agua vuelva a esta zona”, agrega Donoso.

Petorca lejos del promedio histórico de precipitaciones
La sequía ha afectado principalmente a las comunas de La Ligua, Cabildo y Petorca, que tienen una marcada vocación agrícola, y cuyas actividades se desarrollan a lo largo de los valles de los ríos Petorca y La Ligua.

La falta de agua en los últimos 13 años ha originado que poco a poco hayan tenido que reducir las hectáreas dedicadas al cultivo de 16.000 a alrededor de 3.500. Al mismo tiempo que observan cómo desde 2006 no han vuelto a alcanzar el que era el promedio histórico de precipitaciones anuales, de 300 milímetros al año.

En 2022, dependiendo de dónde se haga la medición, el promedio de precipitaciones oscila entre los 100 y los 160 milímetros, al menos en la comuna de Cabildo. Con todo y que las lluvias están lejos del promedio anual las montañas de Cabildo lucen pintadas de verde. Eso es porque este año ha llovido “diferente”, explica Ignacio Álamos van Sint Jan, presidente de la Comunidad de Aguas Canal del Medio.

“El año pasado cayeron 70 milímetros en todo el invierno, pero eran lluvias que sumaban de 2 a 5 milímetros por vez. Eso no permitía que el agua se infiltrara en la tierra. Ahora han caído 110 milímetros, y fueron de 20 a 30 milímetros con cada lluvia, eso sí hace que salga pasto, y que se recuperen las napas”, detalla.

Álamos resume que además de las pocas precipitaciones, el origen de la sequía en Petorca también obedece a razones geográficas. “Nosotros no tenemos alta cordillera que acumule nieve, que luego se derrita y baje por los ríos. Tenemos una parte chica de cordillera y la mayoría de las líneas de la cordillera desvían las aguas hacia el norte y hacia el sur, entonces tenemos muy poca reserva, por eso es que se secó antes nuestra provincia que el resto de Chile”, explica. Es decir que por esta característica geográfica, las altas cumbres de ese sector de la cordillera dividen aguas hacia el norte, hacia el río Choapa y hacia el sur al Aconcagua.

Desalinizar para hallar una nueva fuente de agua en Petorca
En este escenario es que surge la idea de la desalinización, en el ánimo de buscar nuevas fuentes de agua. “Si bien es cierto ha llovido, no se sabe cuánto tiempo vaya a durar. Nosotros, a través de la mesa hídrica, no queremos esperar el momento en que no haya más agua”, plantea Nayaret Olavarría, presidenta de la APR San José-El Carmen, que tiene 180 usuarios.

Agrega Olavarría: “A ciudadanos, APR, campesinos, a todos nos afecta el mismo tema. Es por eso que la planta nos parece una buena opción. Tenemos que enfocar la mirada, ver todas las alternativas y no dedicarnos a culparnos porque van 10 años de lucha por el agua y todavía no hay soluciones. Ya la gente está cansada de la política y el discurso repetitivo. Quiere proyectos que ahora sí mejoren la situación”.

El drama de la APR que dirige es que tienen tres pozos y ninguno de los tres funciona. La suya fue una de las primeras APR que se secó. Ahora el agua que distribuyen les llega en un par de camiones que suman 53 mil litros diarios, que les envía la municipalidad de Cabildo; y otro más de 20 mil litros que lograron conseguir con un privado.

Eso implica que los usuarios de esa APR tienen agua desde las 8:30 horas, cuando llegan los camiones y descargan el agua en las instalaciones de la sanitaria, hasta el mediodía. La cortan hasta las 18:00 horas cuando la vuelven a enviar por las tuberías de las casas hasta las 19:15 horas aproximadamente.

Es por ello que ve en la planta una solución a largo plazo, junto con una aducción que está haciendo el Ministerio de Obras Públicas. “Un pozo sí se puede secar, pero cuándo se va a secar el mar”.

La presidenta de la APR indica que cada vez hay que cavar más profundo para hallar agua en un pozo, pero que igual eso trae el problema de que a esas profundidades el agua viene con más minerales y empeora su calidad para el consumo humano.

Los detalles de la planta desalinizadora
La planta estaría ubicada en el mar. En el área de las Salinas de Pullally, donde confluyen los ríos Petorca y La Ligua.

El alcalde de Cabildo, Víctor Donoso, sostiene que esto también ha sido discutido por los alcaldes de la provincia y están todos en la misma página. “Sobre todo la alcaldesa de Papudo (Claudia Adasme Donoso, RN) que está disponible para desarrollar un proyecto de este tipo; porque no solo beneficia a Cabildo, también beneficiaría a zonas productivas agrícolas de Papudo, como es el caso de Pullally. Es el caso de Catapilco, en Zapallar, donde hay un desarrollo agrícola que es próspero, y obviamente La Ligua, Cabildo y Petorca nos podríamos ver beneficiados con este proyecto”.

No obstante, Donoso aclara que el compromiso asumido desde el Ministerio de Obras Públicas es que antes de que termine este año harán una revisión de todos los proyectos que han explorado desde el tiempo de la ex Presidenta Michelle Bachelet, y en función de eso ver cuál es la mejor alternativa para desarrollar en la zona o, en su defecto, apoyar alguna iniciativa de privados.

En la mesa hídrica ya han revisado proyectos de plantas desalinizadoras. Dicen que hay una iniciativa privada que ha ido avanzando en los permisos. El costo de instalar una de estas plantas ronda los US $250 millones.

“En Cabildo estamos prácticamente a 40 kilómetros de la costa, es decir estamos en una cercanía, comparados con proyectos de desalinización, que en el mundo tienen distancias por sobre los 100 o 150 kilómetros y llegan a alturas bastante importantes”, dice el alcalde Donoso.

Para el edil también existen tecnologías que pueden ayudar a reducir los costos, como por ejemplo una planta de energía renovable, a través de paneles solares, lo que podría disminuir en un 70% el costo de impulsar el agua a esa zona.

El Canal del Medio
En paralelo, hay que pensar en cómo distribuir el recurso de forma eficiente, si se instala la planta desalinizadora. Una alternativa es aprovechar la red de canales que ya funcionan en la provincia. Para ello, existe un ejemplo de una iniciativa exitosa.

Un tubo de 5,4 kilómetros de largo cambió la vida de 80 pequeños y medianos productores en el sector Los Molinos, ubicado en la comuna de Cabildo en la Provincia de Petorca. Desde noviembre del año pasado los miembros de la Comunidad de Aguas Canal del Medio son capaces de programar los turnos de riego de forma remota, de la apertura y cierre programado de válvulas y pueden llevar registro de la cantidad de agua entregada a cada usuario. Además permite que haya mayor transparencia en la asignación de volúmenes de agua que recibe cada agricultor y en los turnos.

Los responsables de implementar esta obra resumen los beneficios en cinco puntos: 1.- transparencia en la distribución; 2.- aumenta el canal disponible aguas abajo; 3.- mejora la justicia de la distribución; 4.- permite fiscalizar en línea; y 5.- no acepta “maña”.

Ignacio Álamos preside la Comunidad de Canalistas Canal del Medio y al mismo tiempo es parte de la sociedad de agricultores Agroquinor, desde donde se impulsó el proyecto.

Relata que se decidió entubar los canales porque la poca agua que había disponible se filtraba. El problema fue que el agua bajaba por los tubos por la fuerza de la gravedad, y no presurizada, lo que originó una serie de problemas entre quienes se abastecían de esta forma, con lo cual no todos tenían asegurado recibir el volumen de agua que les correspondía, en el horario previamente definido para ello.

En consecuencia postularon a un fondo de Corfo para hacer el diseño que les permitió tecnificar el canal y a la Comisión Nacional de Riego (CNR) para financiar su construcción, instancia que les aportó más de $200 millones, para instalar esta tecnología a lo largo de un tubo de 5,4 km de largo.

Al momento, explica Álamos, distribuyen 1,9 litros por segundo del líquido –el tubo tiene capacidad para llevar 30 litros por segundo–. “Con eso se pueden regar 8 hectáreas siendo 100% eficiente. Es para agricultura, pero también la pueden usar para su casa. Cada uno se preocupa de hacer más eficiente el uso que hace del recurso”.

Señala que lo que se logró es que “lo que le corresponde a cada uno es lo que se le entrega”. Además, de este modo también pueden saber si hay una filtración y en qué sector hay que repararla sin necesidad de revisar todo el canal; así como tener control de si alguien “interviene” la tubería para sacar un volumen de agua que no le corresponde.

Su objetivo es ahora lograr que por el río pase agua desalinizada y que canales de este tipo sean una solución para distribuir esa agua; por lo que proponen replicar la iniciativa del Canal del Medio en otros 20 canales a lo largo del río La Ligua. Y lograr que se haga algo similar en los canales del río Petorca.

“Hemos propuesto que la información con la que nosotros contamos se tenga en todos los canales, que además sean datos que estén a disposición de la Dirección General de Aguas (DGA) para así lograr una mejor gestión del agua”, afirma Álamos.

Los beneficios de una mejor conducción del agua
Erika Lamig, Coordinadora Regional Valparaíso de la Comisión Nacional de Riego (CNR), explica que el proyecto del Canal del Medio fue seleccionado para su financiamiento porque cumplía con todos los requerimientos legales y técnicos. “Lo importante de esto es que nosotros financiamos aquellas cosas que se evalúa que son soluciones técnicas que contribuyen al mejor uso del agua, y en el caso particular, cuando permiten mejor transparencia respecto de la administración y la gestión del recurso hídrico”, sostiene.

Lamig detalla que la tecnificación del Canal del Medio beneficia de manera directa a 80 productores, de los cuales 90% son de agricultura familiar campesina. “Todas las personas que están al final de los canales en general son agricultores que tienen más vulnerabilidad. Al inicio hay más agua y al final cuesta mucho que llegue, entonces si es conducida llega más fácilmente a los productores que están más alejados. En este caso, con la telemetría se tiene más control del agua que ellos tienen disponible y cómo se distribuye. Eso va quedando reflejado en planillas que están registradas. En el fondo es más fácil tener un mejor control y gestión del recurso hídrico”, explica.

“Al hacer una mejor conducción del agua, significa que independiente de la fuente que tengas vas a poder aprovechar más esa inversión. En este caso nosotros trabajamos con aguas que son de esteros y de río, pero el agua de esteros y de río si la conduces llega al último punto, pero en un minuto en que no tengas agua, o que tengas muy poca, o quieras complementar se puede aprovechar la misma infraestructura que se está habilitando. Eso es algo que ellos han estado conversando dentro del Programa Territorial Integrado y que lo han planteado otras organizaciones de usuarios de agua”, relata sobre las conversaciones que se están dando en torno a la desalinización.

En el caso de la desalinización, afirma que la CNR contribuye a la formulación de la política de riego a nivel nacional y evalúa la factibilidad técnica y económica de inversiones en obras rentables de riego en las distintas cuencas hidrográficas del país. Dice sobre esta alternativa que hay que analizar en detalle qué sucede cuándo se devuelve al mar agua con mayor concentración de sal y el costo, una vez que se tiene el agua limpia, de trasladarla al lugar donde se va a consumir. En consecuencia, hay una evaluación técnica, social y económica qué hacer.

Cómo cambia la vida
Los Molinos es un área 100% agrícola emplazada junto al cauce del río La Ligua. Además, Petorca es la provincia que tiene el mayor porcentaje de riego tecnificado del país.

Las obras en el Canal del Medio cambiaron la vida de muchos, partiendo por la de Jaime Guajardo, quien tiene a su cargo el canal desde el año 2007.

Guajardo recorre el camino rural por donde va el tubo de arriba a abajo sobre su bicicleta. Lleva siempre una pala, ahora más por costumbre que porque realmente la vaya a utilizar.

Su trabajo consiste en asegurarse de que todos reciban el volumen de agua que les corresponde, cuando les corresponde. También era el responsable de hallar las filtraciones y de abrir y cerrar las válvulas antes de la puesta en marcha de las obras aprobadas por la CNR. Conoce a todos por el sector y todos lo conocen a él.

“La gente nota la diferencia”, asegura. Por lo mismo, cuenta que en el Canal del Bajo –otro de los canales en la zona– quieren presentar ante la CNR un proyecto similar.

“Lo importante es que le llega el agua a la gente y eso mantiene la comunidad viva”, opina, porque, además, mandar a hacer un pozo “es caro y no es seguro que le vaya a llegar el agua a la gente”.

Irma Saavedra, agricultora de Los Molinos, señala que “ahora hay una tranquilidad, está computarizado y sabemos que es seguro que nos va a llegar el agua”.

Antes de la tecnificación del canal incluso se planteaba la posibilidad de irse de la tierra a la que llegó con su padre cuando era una niña de 8 años de edad. Por el contrario, ahora dice que está “inspirada” y que planea hacer una pequeña chacra aprovechando el agua que ahora sí le llega. “No llueve pero gotea”, bromea.

“Yo creo que la sequía sí tiene solución. Lo que se necesita es una buena organización. Con responsabilidad. Las cosas con responsabilidad salen”, asevera Saavedra.

Coincide Carolina Olmos Astudillo, también agricultora en Los Molinos. “Corté el 80% de los árboles. Ahora, con la poca agua que llega, regamos lo que quedó. Antes era un caos. Había que ir a buscar el agua. A veces podía regar y otras veces no. Desde que hicieron esto me llega el agua a la hora. Lo justo. No me la cortan”.

Para Olmos Astudillo la planta desalinizadora es la “única alternativa” que les queda. “¿Quién nos asegura que va a llover el año que viene? Qué va a hacer un Presidente con todo este valle si está seco”, dice. Y entre los consultados coinciden en que “por más que estrujen la constitución no va a salir agua. La solución es técnica”.

“Es complejo entender el comportamiento del agua subterránea”
Daniel Valdivia, preside la APR Los Molinos, que tiene 435 clientes, es decir que en total atiende a alrededor de 1.600 personas, también cree que hay que empujar por la desalinización. “Nosotros tenemos como APR un pozo de 60 metros de profundidad que nos da 9 litros por segundo. Pero hicimos tres pozos muy cerca de ese, hicimos unos pozos de 156 metros de profundidad y no salió nada de agua. Nada. Cero agua con 156 metros. Entonces, es complejo entender el comportamiento del agua subterránea”.

Coincide en la importancia del diálogo que ha surgido entre ciudadanos, alcaldes y empresarios. “Hemos llegado a la conclusión de que como hay escasez de agua y la materia prima está en el mar, estamos tratando de potenciar una planta desalinizadora y ojalá las autoridades se convenzan de que es un ‘mal necesario’. Hay que mitigar todo lo que pueda venir en desmedro de la naturaleza, pero agua necesitamos. Hoy en la zona se han perdido más de 8.000 hectáreas productivas. Los jóvenes están emigrando porque no hay productividad”.

Otra de las conclusiones a las que han llegado es que con un suministros de agua que alcance los 2.000 litros por segundo para la provincia, serán capaces de recuperar la agricultura en el sector: poner a producir entre 6.000 y 7.000 hectáreas y asegurar el consumo humano.

“Nosotros como APR entendemos que hay que producir y hay que hacer circular la economía. Pensamos que el agua dulce, o el agua continental, tiene que ser para el consumo humano. Mientras los agricultores tengan agua desalinizada y puedan regar con esa agua liberarían el agua dulce, que obviamente se iría a las APR”, dice Valdivia, quien agrega que tanto la minería en la zona, como los agricultores estarían por utilizar el agua desalinizada.

“Aquí la idea es tratar que el Estado entienda que los valores tienen que ser diferenciados, según sea para la pequeña, mediana y gran agricultura. Que sea accesible y que perdure en el tiempo”, plantea el presidente del APR Los Molinos.

¿Qué hacer con la sal?
Sobre qué hacer con la sal que quedaría como resultado de la planta desalinizadora, Donoso señala que “hoy hay tecnologías y procesos que están explorando tratamientos que son bastante buenos y que podrían tratar la sal de mar en tierra y volverlas a verter al mar en condiciones muy similares a cómo se extrae, lo que no generaría mayores problemas. En Chile está la experiencia de la planta que está en el norte, en Caldera, que es una planta desalinizadora que fue financiada por el Estado y por los privados”.

El alcalde agrega que “hoy se pueden buscar mejores soluciones que las que tiene esa planta para tratar la sal, entendiendo, además, que en Papudo tenemos corriente de Humboldt, lo que hace más propicio el que no quede una concentración en ese lugar de sal”.

Sobre si están todos en la misma línea, el alcalde insiste en que sí. En especial porque la Mesa Hídrica cuenta con el apoyo del gobernador Rodrigo Mundaca.

“Hay que señalar también que si no contamos a futuro con proyectos de este tipo esta zona puede morir. Las grandes empresas agrícolas se están yendo a Colombia y, por lo tanto, hoy día para nosotros los municipios esto ha tenido un costo social importante dado que mucha gente que trabajaba en las empresas agrícolas hoy está sin empleo, sin actividad productiva, y por lo tanto eso afecta el comercio, los servicios, todo”, expone Donoso.

La presidenta de la APR San José-El Carmen Nayaret Olavarría resume en una frase lo que los motiva: “Buscar el problema del problema no trae una solución. Es más bien un desgaste. Y nosotros queremos buscar una solución al problema”.

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Fuente: El Líbero, Martes 20 de Septiembre de 2022

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