Viernes, Abril 26, 2024

Pekín inaugura un segundo aeropuerto que le ha costado más de 10.000 millones de euros

EL PAÍS – Cuando un aeropuerto nace, la gente aplaude. “¡Declaro inaugurado el aeropuerto internacional Pekín-Daxing!”, exclamó el presidente Xi Jinping antes de la ovación. La capital china ha estrenado esta mañana su nuevo aeródromo, con el que el Gobierno pretende descongestionar el tráfico aéreo de la ciudad. Pekín se une, de este modo, al grupo de urbes globales que cuentan con más de un aeropuerto internacional, como Nueva York, Londres, París o Tokio. El primer vuelo comercial ha despegado desde la pista de Pekín-Daxing esta tarde y está programado que le sigan hoy una veintena más, con destino a algunas de las principales poblaciones chinas como Cantón, Shenzhen o Chengdú.

El evento de hoy pone punto final a cinco años de obras, en las que han participado más de 40.000 operarios. El resultado es una construcción de 700.000 metros cuadrados, el aeropuerto de una sola terminal más grande hasta la fecha. Las previsiones oficiales son que por Daxing, 46 kilómetros al sur de la ciudad, pasarán 45 millones de viajeros en 2022, 72 en 2025 y 100 en 2040; cifras que lo convertirán en uno de los más transitados del mundo.

Una de las primeras decisiones tras un nacimiento pasa por elegir un nombre. La prensa nacional ya ha bautizado el nuevo aeropuerto como “la estrella marina”, a causa de su forma. De un núcleo central salen seis brazos: uno de ellos es el acceso y los otros cinco los pasillos que conducen a las aeronaves. Este novedoso diseño permite minimizar las distancias dentro de la terminal, de manera que la puerta de embarque más lejana está a solo 600 metros de distancia del control de seguridad. Los organismos aéreos internacionales, por su parte, también han hecho su parte: IATA ha seleccionado el identificador PKX, mientras que ICAO ha optado por ZBAD.

El propósito de este proyecto fue, desde el principio, proporcionar una alternativa al primer aeropuerto de la ciudad, Pekín-Capital, que opera por encima de su capacidad. El año pasado recibió casi 101 millones de pasajeros –lo que le coloca como el segundo más transitado del mundo, solo por detrás de Atlanta–, pese a que su capacidad máxima es de 85 millones. Esta sobrecarga es la causa principal de que en agosto de este año solo el 69% de sus vuelos fueran puntuales, según la clasificación elaborada por OAG.

El plan para la creación de un segundo aeropuerto en la capital china fue propuesto por primera vez en 2008 y recibió el pistoletazo de salida a finales de 2014. El presupuesto original se cifró en 70.000 millones de yuanes –casi 9.000 millones de euros–, aunque el importe final ha alcanzado los 80.000 –más de 10.000–, lo que hace de Pekín-Daxing el aeropuerto más caro del mundo. Su diseño fue realizado por la famosa arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid, la primera mujer en ganar el prestigioso premio Pritzker, quien falleció en 2016 sin ver su obra completada. El resultado es una fusión de estilos, en el que “se mantiene un eco de principios de la arquitectura tradicional china, la cual organiza espacios interconectados alrededor de un patio central”, según explica la firma en un comunicado.

Las compañías de la alianza Sky Team serán los nuevos inquilinos de Pekín-Daxing, desde donde ya han comenzado a operar, mientras que las que forman Star Alliance permanecerán en el aeropuerto actual.

La terminal tiene siete pisos, dos de ella bajo tierra, en los que confluyen los medios de transporte que la conectan con la ciudad. El primero de ellos es una línea de tren de alta velocidad que cubrirá el recorrido desde la estación de Pekín Oeste en menos de veinte minutos, alcanzando una velocidad de 250 km/h. Una segunda línea conectará los dos aeropuertos de la capital, mientras que una tercera llevará a los pasajeros hasta la cercana ciudad de Tianjin –un importante paso adelante en la integración territorial de ambos núcleos urbanos–; aunque ambas todavía están en construcción. La línea de metro, por su parte, está operativa desde hoy, el primer día en la historia de Pekín-Daxing.

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Fuente: El País, Miércoles 25 de Septiembre de 2019

EL PAÍS – Cuando un aeropuerto nace, la gente aplaude. “¡Declaro inaugurado el aeropuerto internacional Pekín-Daxing!”, exclamó el presidente Xi Jinping antes de la ovación. La capital china ha estrenado esta mañana su nuevo aeródromo, con el que el Gobierno pretende descongestionar el tráfico aéreo de la ciudad. Pekín se une, de este modo, al grupo de urbes globales que cuentan con más de un aeropuerto internacional, como Nueva York, Londres, París o Tokio. El primer vuelo comercial ha despegado desde la pista de Pekín-Daxing esta tarde y está programado que le sigan hoy una veintena más, con destino a algunas de las principales poblaciones chinas como Cantón, Shenzhen o Chengdú.

El evento de hoy pone punto final a cinco años de obras, en las que han participado más de 40.000 operarios. El resultado es una construcción de 700.000 metros cuadrados, el aeropuerto de una sola terminal más grande hasta la fecha. Las previsiones oficiales son que por Daxing, 46 kilómetros al sur de la ciudad, pasarán 45 millones de viajeros en 2022, 72 en 2025 y 100 en 2040; cifras que lo convertirán en uno de los más transitados del mundo.

Una de las primeras decisiones tras un nacimiento pasa por elegir un nombre. La prensa nacional ya ha bautizado el nuevo aeropuerto como “la estrella marina”, a causa de su forma. De un núcleo central salen seis brazos: uno de ellos es el acceso y los otros cinco los pasillos que conducen a las aeronaves. Este novedoso diseño permite minimizar las distancias dentro de la terminal, de manera que la puerta de embarque más lejana está a solo 600 metros de distancia del control de seguridad. Los organismos aéreos internacionales, por su parte, también han hecho su parte: IATA ha seleccionado el identificador PKX, mientras que ICAO ha optado por ZBAD.

El propósito de este proyecto fue, desde el principio, proporcionar una alternativa al primer aeropuerto de la ciudad, Pekín-Capital, que opera por encima de su capacidad. El año pasado recibió casi 101 millones de pasajeros –lo que le coloca como el segundo más transitado del mundo, solo por detrás de Atlanta–, pese a que su capacidad máxima es de 85 millones. Esta sobrecarga es la causa principal de que en agosto de este año solo el 69% de sus vuelos fueran puntuales, según la clasificación elaborada por OAG.

El plan para la creación de un segundo aeropuerto en la capital china fue propuesto por primera vez en 2008 y recibió el pistoletazo de salida a finales de 2014. El presupuesto original se cifró en 70.000 millones de yuanes –casi 9.000 millones de euros–, aunque el importe final ha alcanzado los 80.000 –más de 10.000–, lo que hace de Pekín-Daxing el aeropuerto más caro del mundo. Su diseño fue realizado por la famosa arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid, la primera mujer en ganar el prestigioso premio Pritzker, quien falleció en 2016 sin ver su obra completada. El resultado es una fusión de estilos, en el que “se mantiene un eco de principios de la arquitectura tradicional china, la cual organiza espacios interconectados alrededor de un patio central”, según explica la firma en un comunicado.

Las compañías de la alianza Sky Team serán los nuevos inquilinos de Pekín-Daxing, desde donde ya han comenzado a operar, mientras que las que forman Star Alliance permanecerán en el aeropuerto actual.

La terminal tiene siete pisos, dos de ella bajo tierra, en los que confluyen los medios de transporte que la conectan con la ciudad. El primero de ellos es una línea de tren de alta velocidad que cubrirá el recorrido desde la estación de Pekín Oeste en menos de veinte minutos, alcanzando una velocidad de 250 km/h. Una segunda línea conectará los dos aeropuertos de la capital, mientras que una tercera llevará a los pasajeros hasta la cercana ciudad de Tianjin –un importante paso adelante en la integración territorial de ambos núcleos urbanos–; aunque ambas todavía están en construcción. La línea de metro, por su parte, está operativa desde hoy, el primer día en la historia de Pekín-Daxing.

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Fuente: El País, Miércoles 25 de Septiembre de 2019

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