Viernes, Abril 26, 2024

Los desafíos del tren Valparaíso-Santiago, por Carlos Cruz

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – La manifiesta disposición del futuro ministro de Obras Públicas de estudiar con profundidad la posibilidad de un tren entre Valparaíso y Santiago es una interesante señal acerca de los nuevos énfasis que la administración entrante le dará a las inversiones en infraestructura de transportes.

Al respecto, es necesario reflexionar acerca de las dificultades que han enfrentado los proyectos de ferrocarriles entre ambas ciudades, presentados como iniciativa privada en la Dirección General de Concesiones del MOP.

El primero es la falta de una visión integrada entre esa repartición, el Ministerio de Transportes, la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), los gobiernos regionales y otras reparticiones, acerca de la mejor forma de incidir en la óptima conexión entre Santiago y el Gran Valparaíso.

Hacemos un llamado a un trabajo conjunto y vinculante para evitar descoordinaciones y aprovechar las complementariedades de las diferentes instancias.

Una segunda dificultad tiene que ver con cómo se evalúan socialmente los proyectos de inversión en infraestructura de transportes.

La metodología acuñada en los años 80 y modificada muy marginalmente durante los últimos 40 años, requiere una revisión urgente si es que se le quiere dar la relevancia que se merecen a las regiones, a inversiones sustentables ambientalmente y con una centralidad en el ciudadano del futuro y en la carga como actividades complementarias.

Un tercer aspecto sería, aparentemente, el financiamiento para un proyecto de esas características. Sus montos no podrían ser absorbidos por la operación y se requeriría subsidios muy altos.

Esto es cierto en la medida que se aspire pagar las inversiones que benefician a más de dos generaciones con los recursos aportados por la primera de ellas.

A lo mejor es el momento de diseñar desde el Estado nuevos mecanismos de financiamiento intergeneracional que permitan una distribución más equitativa de los esfuerzos entre todos los que se benefician de una determinada facilidad de transportes.

Importantes desafíos son los que enfrentará el nuevo ministro de Obras Públicas, pero vale la pena intentarlo.

Carlos Cruz, director ejecutivo Consejo de Políticas de Infraestructura.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Martes 8 de Febrero de 2022

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – La manifiesta disposición del futuro ministro de Obras Públicas de estudiar con profundidad la posibilidad de un tren entre Valparaíso y Santiago es una interesante señal acerca de los nuevos énfasis que la administración entrante le dará a las inversiones en infraestructura de transportes.

Al respecto, es necesario reflexionar acerca de las dificultades que han enfrentado los proyectos de ferrocarriles entre ambas ciudades, presentados como iniciativa privada en la Dirección General de Concesiones del MOP.

El primero es la falta de una visión integrada entre esa repartición, el Ministerio de Transportes, la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), los gobiernos regionales y otras reparticiones, acerca de la mejor forma de incidir en la óptima conexión entre Santiago y el Gran Valparaíso.

Hacemos un llamado a un trabajo conjunto y vinculante para evitar descoordinaciones y aprovechar las complementariedades de las diferentes instancias.

Una segunda dificultad tiene que ver con cómo se evalúan socialmente los proyectos de inversión en infraestructura de transportes.

La metodología acuñada en los años 80 y modificada muy marginalmente durante los últimos 40 años, requiere una revisión urgente si es que se le quiere dar la relevancia que se merecen a las regiones, a inversiones sustentables ambientalmente y con una centralidad en el ciudadano del futuro y en la carga como actividades complementarias.

Un tercer aspecto sería, aparentemente, el financiamiento para un proyecto de esas características. Sus montos no podrían ser absorbidos por la operación y se requeriría subsidios muy altos.

Esto es cierto en la medida que se aspire pagar las inversiones que benefician a más de dos generaciones con los recursos aportados por la primera de ellas.

A lo mejor es el momento de diseñar desde el Estado nuevos mecanismos de financiamiento intergeneracional que permitan una distribución más equitativa de los esfuerzos entre todos los que se benefician de una determinada facilidad de transportes.

Importantes desafíos son los que enfrentará el nuevo ministro de Obras Públicas, pero vale la pena intentarlo.

Carlos Cruz, director ejecutivo Consejo de Políticas de Infraestructura.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Martes 8 de Febrero de 2022

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