Jueves, Abril 25, 2024

Lento avance de corredores bioceánicos atenta contra mayor acceso a mercados del Asia

EQUIPO COMUNICACIONES CPI – Contar con corredores viales y bioceánicos que habiliten un expedito intercambio comercial entre los países de la costa Atlántica y del Pacífico, y a su vez permitan el posicionamiento de Chile como potencia logística y punto de conexión hacia importantes mercados internacionales -principalmente el Asia Pacífico- es una aspiración largamente acuñada por diversos sectores en nuestro país.

Es así como distintos gobiernos -desde el retorno de la democracia- han declarado sus intenciones de acelerar la concreción de estos puentes de conexión aprovechando la ubicación geográfica y la capacidad portuaria de Chile.

“El intercambio comercial generado por dichos corredores impulsaría el desarrollo logístico y económico de zonas estratégicas del país; contribuiría a la generación de empleo y a la diversificación de nuestra matriz productiva, entre otros beneficios”, afirma Jorge Pizarro, senador por la región de Coquimbo, agregando que también permitirían asegurar una demanda internacional cautiva para producción local, donde se genera una cadena regional continental como zona de servicio, turismo, minería y agricultura, entre otros.

Sin embargo, a pesar de los evidentes beneficios derivados de la implementación de estas infraestructuras, los avances han sido lentos. El problema, a juicio del senador Pizarro, subyace en la dificultad de los países de la región por abarcar a nivel de Ejecutivo la relevancia de este tipo de obras. “En el último trabajo parlamentario, en ParlaSur, se reafirmó con nitidez que una infraestructura como el corredor bioceánico es -hoy más que nunca- una respuesta necesaria para estimular una sólida recuperación económica, combatir el creciente desempleo y la disminución del comercio en la región”, destaca.

Para el parlamentario, si bien este tipo de iniciativas es clave para impulsar el aumento de la competitividad y la apertura de nuevos espacios económicos regionales, los gobiernos parecen no priorizarlas, pesando la falta de voluntad política por sobre factibilidad y beneficios del proyecto.

Coincide en esta apreciación el presidente del CPI y exPresidente de la República, Eduardo Frei, quien sostuvo que desde los inicios del Mercosur se empezó a esbozar la idea de construir corredores bioceánicos que unieran el Atlántico con el Pacífico y permitieran llegar con mayor facilidad y menores costos a los mercados del Asia. “El avance ha sido muy lento porque, por un lado, en América Latina no hay una real vocación de integración, a lo que se suma que muchos gobiernos de la región no creen en las concesiones, en la asociación público-privada y estas mega obras es imposible financiarlas sólo con recursos de los estados”, explica.

Corredor Puerto Murtinho – Puertos del Norte de Chile

De los varios proyectos que existen en Sudamérica, el primer corredor en comenzar finalmente a tomar forma -tras la Declaración de Asunción de los presidentes de Chile, Brasil, Argentina y Paraguay en 2015 y la Declaración de Brasilia de 2017- es el corredor Puerto Murtinho (Brasil) -Puertos del Norte de Chile, que atraviesa Paraguay y dos provincias de Argentina y que permitirá a los países del centro-oeste de Sudamérica, dependientes históricamente de los puertos del océano Atlántico, llegar a los mercados del Pacífico.

Para lograr esto, los mandatarios recalcaron la necesidad de modernizar la gestión fronteriza para “viabilizar proyectos de integración productiva, generar nuevos flujos de comercio e inversiones, crear más empleos y promover una mayor integración a lo largo de los territorios”. Concordaron además en que el corredor debiera permitir “el desarrollo multidimensional en el ámbito subregional e integrarse con el resto del mundo a partir de la complementariedad de los ámbitos territoriales” y reconocieron que si bien se han dado importantes avances en la ejecución de obras públicas y de infraestructura a lo largo del corredor, es aún necesario “crear estructuras de apoyo y desarrollar servicios conexos, modernos y eficientes, imprescindibles para la optimización del transporte de carga y el tránsito de personas”.

El corredor, que abarcará 2.290 kilómetros, atravesará 6 regiones -Mato Grosso do Sul, Chaco Paraguayo, Provincia de Salta, Provincia de Jujuy, Región de Antofagasta y Región de Tarapacá- y 7 pasos fronterizos -Puerto Murtinho, Carmelo Peralta, Pozo Hondo, Misión la Paz, Paso de Jama, Paso de Sico y Estación Socompa- llegando a 4 puertos del Pacífico: Puerto de Antofagasta, Puertos en Mejillones, Terminales Tocopilla y Puerto de Iquique.

Otros posibles corredores físicos, identificados por el Parlamento del Mercosur y que debieran enlazar a los siete países del área para vincular a todo el Cono Sur Sudamericano a través de los ramales que derivan de los corredores centrales, son:

  • Santos-Sao Paulo-Santa Cruz-La Paz-Arica
  • Santos-Sao Paulo-Sao Borja-Santo Tome-Corrientes-Resistencia-Salta-Antofagasta
  • Santos-Sao Paulo-Puerto Murtinho-Asunción-Salta-Antofagasta
  • Montevideo-Buenos Aires-San Juan-Mendoza-Valparaíso
  • Montevideo-Buenos Aires-Rosario-Córdoba-Catamarca-Atacama
  • Bahía Blanca-Neuquén-Talcahuano
  • Paso Pehuenche- Comodoro Rivadavia-Puerto Chacabuco

El parlamento menciona como otra modalidad complementaria para unir a los puertos del Atlántico y del Pacífico las “alternativas ferroviarias que, combinadas con la hidrovía que atraviesa Sudamérica, desde el Mato Grosso a Buenos Aires, ofrecen una opción de transporte a gran escala de productos”.

Pasos fronterizos

Respecto de la modernización de la gestión fronteriza, el exPresidente Frei destacó que una etapa previa y clave para que los corredores bioceánicos sean viables tiene que ver con los pasos fronterizos, por donde es posible el tránsito de entrada y salida terrestre del país. Chile cuenta con más de 80 pasos internacionales reconocidos como tales por el Estado chileno y con 34 complejos fronterizos.

El exmandatario recordó que durante su gobierno se firmó un acuerdo para construir 12 pasos con Argentina, y que, si bien hay algunos de ellos desarrollados, muchos no están completos por falta de financiamiento.

Esta situación podría mejorar gracias al acuerdo de integración firmado por los gobiernos de Chile y Argentina, que contempla para el periodo 2015-2030 mejorar el estándar de las rutas en 26 pasos fronterizos que han sido priorizados por ambos países, cuya inversión será alrededor de US$ 2.067,8 millones en el lado chileno y unos US$ 1.269 en el lado argentino.

El Túnel Internacional Paso Las Leñas -en la región de O’Higgins- forma parte de ese plan de mejoramiento. Su objetivo es avanzar en el proceso de integración de Chile uniendo el Eje Mercosur (Porto Alegre, Buenos Aires, San Luis y San Rafael) con el Océano Pacífico y Asia a través de la zona central del país (Rancagua, Santiago, San Antonio y Valparaíso).

El paso, que conectará las localidades fronterizas de Rancagua y El Sosneado, se encuentra en etapa de finalización de los estudios de impacto ambiental, que deberían estar finalizados -por parte del gobierno argentino- en septiembre de 2021.

El caso del túnel de Agua Negra

Uno de los proyectos emblemáticos para mejorar la conectividad con Argentina es el túnel de Agua Negra, en la Región de Coquimbo. Su objetivo es generar condiciones para el transporte de pasajeros, el intercambio comercial y el desarrollo turístico.

El túnel no solo conectaría Chile y Argentina a través de la región de Coquimbo y la Provincia de San Juan, sino que también permitiría configurar el Corredor Bioceánico Central (CBC), que une a los países que cruzan el paralelo 30° desde Porto Alegre (Brasil) hasta el puerto de Coquimbo.

En 2015, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confirmó un préstamo de US$ 1.500 millones para construir el corredor binacional, cuyos recursos serían pagados en un 72% por el gobierno argentino -en un plazo de amortización de 25 años- y un 28% por Chile, con un periodo de amortización de 11 años. Sin embargo, el gobierno renunció de forma unilateral a este crédito, aduciendo como razón su deseo de no endeudarse.

“Esta acción retrasa, sin fundamento, años de avance bilateral comprometiendo a toda una comunidad; acá existe detrás una larga lucha por aprobar protocolos que permiten la implementación del Tratado de Maipú de Integración y Cooperación entre Chile y Argentina, porque no cabe duda de que este proyecto constituirá una palanca de desarrollo sumamente importante para nuestra región. Lo que pasó con el Túnel de Agua Negra sepulta los esfuerzos del trabajo de los gobiernos anteriores bombardeando el prestigio de compromiso y garantía de trabajo conjunto que ha sustentado Chile ante la comunidad internacional”, asevera el senador Jorge Pizarro.

Infraestructura aeroportuaria

Para que los corredores bioceánicos sean una realidad, también es fundamental contar con una estrategia global que, además de las obras viales, considere infraestructura aeroportuarias y ferroviarias.

“En este sentido, en la región de Coquimbo estamos en el peor de los escenarios, con una ejecución del presupuesto del MOP de sólo 72%, siguen esperando obras relacionadas con mejorar las condiciones de conectividad. También debemos corregir la dilación del aeropuerto de Tongoy, que fue paralizada por el Presidente Piñera. Urge modernizar la red de aeroportuaria”, asevera el senador Jorge Pizarro.

Coincide el exPresidente Frei, quien afirma que “para implementar estas infraestructuras tan relevantes es fundamental que contemos con puertos adecuados, área donde tampoco se ha avanzado”, dando como ejemplo el lento proceso para dar luz verde a la construcción del megapuerto de San Antonio y a la concreción de una agenda ferroviaria que permita dar respuesta al aumento del comercio exterior.

Fuente: Equipo de Comunicaciones CPI, Martes 09 de Febrero de 2021

EQUIPO COMUNICACIONES CPI – Contar con corredores viales y bioceánicos que habiliten un expedito intercambio comercial entre los países de la costa Atlántica y del Pacífico, y a su vez permitan el posicionamiento de Chile como potencia logística y punto de conexión hacia importantes mercados internacionales -principalmente el Asia Pacífico- es una aspiración largamente acuñada por diversos sectores en nuestro país.

Es así como distintos gobiernos -desde el retorno de la democracia- han declarado sus intenciones de acelerar la concreción de estos puentes de conexión aprovechando la ubicación geográfica y la capacidad portuaria de Chile.

“El intercambio comercial generado por dichos corredores impulsaría el desarrollo logístico y económico de zonas estratégicas del país; contribuiría a la generación de empleo y a la diversificación de nuestra matriz productiva, entre otros beneficios”, afirma Jorge Pizarro, senador por la región de Coquimbo, agregando que también permitirían asegurar una demanda internacional cautiva para producción local, donde se genera una cadena regional continental como zona de servicio, turismo, minería y agricultura, entre otros.

Sin embargo, a pesar de los evidentes beneficios derivados de la implementación de estas infraestructuras, los avances han sido lentos. El problema, a juicio del senador Pizarro, subyace en la dificultad de los países de la región por abarcar a nivel de Ejecutivo la relevancia de este tipo de obras. “En el último trabajo parlamentario, en ParlaSur, se reafirmó con nitidez que una infraestructura como el corredor bioceánico es -hoy más que nunca- una respuesta necesaria para estimular una sólida recuperación económica, combatir el creciente desempleo y la disminución del comercio en la región”, destaca.

Para el parlamentario, si bien este tipo de iniciativas es clave para impulsar el aumento de la competitividad y la apertura de nuevos espacios económicos regionales, los gobiernos parecen no priorizarlas, pesando la falta de voluntad política por sobre factibilidad y beneficios del proyecto.

Coincide en esta apreciación el presidente del CPI y exPresidente de la República, Eduardo Frei, quien sostuvo que desde los inicios del Mercosur se empezó a esbozar la idea de construir corredores bioceánicos que unieran el Atlántico con el Pacífico y permitieran llegar con mayor facilidad y menores costos a los mercados del Asia. “El avance ha sido muy lento porque, por un lado, en América Latina no hay una real vocación de integración, a lo que se suma que muchos gobiernos de la región no creen en las concesiones, en la asociación público-privada y estas mega obras es imposible financiarlas sólo con recursos de los estados”, explica.

Corredor Puerto Murtinho – Puertos del Norte de Chile

De los varios proyectos que existen en Sudamérica, el primer corredor en comenzar finalmente a tomar forma -tras la Declaración de Asunción de los presidentes de Chile, Brasil, Argentina y Paraguay en 2015 y la Declaración de Brasilia de 2017- es el corredor Puerto Murtinho (Brasil) -Puertos del Norte de Chile, que atraviesa Paraguay y dos provincias de Argentina y que permitirá a los países del centro-oeste de Sudamérica, dependientes históricamente de los puertos del océano Atlántico, llegar a los mercados del Pacífico.

Para lograr esto, los mandatarios recalcaron la necesidad de modernizar la gestión fronteriza para “viabilizar proyectos de integración productiva, generar nuevos flujos de comercio e inversiones, crear más empleos y promover una mayor integración a lo largo de los territorios”. Concordaron además en que el corredor debiera permitir “el desarrollo multidimensional en el ámbito subregional e integrarse con el resto del mundo a partir de la complementariedad de los ámbitos territoriales” y reconocieron que si bien se han dado importantes avances en la ejecución de obras públicas y de infraestructura a lo largo del corredor, es aún necesario “crear estructuras de apoyo y desarrollar servicios conexos, modernos y eficientes, imprescindibles para la optimización del transporte de carga y el tránsito de personas”.

El corredor, que abarcará 2.290 kilómetros, atravesará 6 regiones -Mato Grosso do Sul, Chaco Paraguayo, Provincia de Salta, Provincia de Jujuy, Región de Antofagasta y Región de Tarapacá- y 7 pasos fronterizos -Puerto Murtinho, Carmelo Peralta, Pozo Hondo, Misión la Paz, Paso de Jama, Paso de Sico y Estación Socompa- llegando a 4 puertos del Pacífico: Puerto de Antofagasta, Puertos en Mejillones, Terminales Tocopilla y Puerto de Iquique.

Otros posibles corredores físicos, identificados por el Parlamento del Mercosur y que debieran enlazar a los siete países del área para vincular a todo el Cono Sur Sudamericano a través de los ramales que derivan de los corredores centrales, son:

  • Santos-Sao Paulo-Santa Cruz-La Paz-Arica
  • Santos-Sao Paulo-Sao Borja-Santo Tome-Corrientes-Resistencia-Salta-Antofagasta
  • Santos-Sao Paulo-Puerto Murtinho-Asunción-Salta-Antofagasta
  • Montevideo-Buenos Aires-San Juan-Mendoza-Valparaíso
  • Montevideo-Buenos Aires-Rosario-Córdoba-Catamarca-Atacama
  • Bahía Blanca-Neuquén-Talcahuano
  • Paso Pehuenche- Comodoro Rivadavia-Puerto Chacabuco

El parlamento menciona como otra modalidad complementaria para unir a los puertos del Atlántico y del Pacífico las “alternativas ferroviarias que, combinadas con la hidrovía que atraviesa Sudamérica, desde el Mato Grosso a Buenos Aires, ofrecen una opción de transporte a gran escala de productos”.

Pasos fronterizos

Respecto de la modernización de la gestión fronteriza, el exPresidente Frei destacó que una etapa previa y clave para que los corredores bioceánicos sean viables tiene que ver con los pasos fronterizos, por donde es posible el tránsito de entrada y salida terrestre del país. Chile cuenta con más de 80 pasos internacionales reconocidos como tales por el Estado chileno y con 34 complejos fronterizos.

El exmandatario recordó que durante su gobierno se firmó un acuerdo para construir 12 pasos con Argentina, y que, si bien hay algunos de ellos desarrollados, muchos no están completos por falta de financiamiento.

Esta situación podría mejorar gracias al acuerdo de integración firmado por los gobiernos de Chile y Argentina, que contempla para el periodo 2015-2030 mejorar el estándar de las rutas en 26 pasos fronterizos que han sido priorizados por ambos países, cuya inversión será alrededor de US$ 2.067,8 millones en el lado chileno y unos US$ 1.269 en el lado argentino.

El Túnel Internacional Paso Las Leñas -en la región de O’Higgins- forma parte de ese plan de mejoramiento. Su objetivo es avanzar en el proceso de integración de Chile uniendo el Eje Mercosur (Porto Alegre, Buenos Aires, San Luis y San Rafael) con el Océano Pacífico y Asia a través de la zona central del país (Rancagua, Santiago, San Antonio y Valparaíso).

El paso, que conectará las localidades fronterizas de Rancagua y El Sosneado, se encuentra en etapa de finalización de los estudios de impacto ambiental, que deberían estar finalizados -por parte del gobierno argentino- en septiembre de 2021.

El caso del túnel de Agua Negra

Uno de los proyectos emblemáticos para mejorar la conectividad con Argentina es el túnel de Agua Negra, en la Región de Coquimbo. Su objetivo es generar condiciones para el transporte de pasajeros, el intercambio comercial y el desarrollo turístico.

El túnel no solo conectaría Chile y Argentina a través de la región de Coquimbo y la Provincia de San Juan, sino que también permitiría configurar el Corredor Bioceánico Central (CBC), que une a los países que cruzan el paralelo 30° desde Porto Alegre (Brasil) hasta el puerto de Coquimbo.

En 2015, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confirmó un préstamo de US$ 1.500 millones para construir el corredor binacional, cuyos recursos serían pagados en un 72% por el gobierno argentino -en un plazo de amortización de 25 años- y un 28% por Chile, con un periodo de amortización de 11 años. Sin embargo, el gobierno renunció de forma unilateral a este crédito, aduciendo como razón su deseo de no endeudarse.

“Esta acción retrasa, sin fundamento, años de avance bilateral comprometiendo a toda una comunidad; acá existe detrás una larga lucha por aprobar protocolos que permiten la implementación del Tratado de Maipú de Integración y Cooperación entre Chile y Argentina, porque no cabe duda de que este proyecto constituirá una palanca de desarrollo sumamente importante para nuestra región. Lo que pasó con el Túnel de Agua Negra sepulta los esfuerzos del trabajo de los gobiernos anteriores bombardeando el prestigio de compromiso y garantía de trabajo conjunto que ha sustentado Chile ante la comunidad internacional”, asevera el senador Jorge Pizarro.

Infraestructura aeroportuaria

Para que los corredores bioceánicos sean una realidad, también es fundamental contar con una estrategia global que, además de las obras viales, considere infraestructura aeroportuarias y ferroviarias.

“En este sentido, en la región de Coquimbo estamos en el peor de los escenarios, con una ejecución del presupuesto del MOP de sólo 72%, siguen esperando obras relacionadas con mejorar las condiciones de conectividad. También debemos corregir la dilación del aeropuerto de Tongoy, que fue paralizada por el Presidente Piñera. Urge modernizar la red de aeroportuaria”, asevera el senador Jorge Pizarro.

Coincide el exPresidente Frei, quien afirma que “para implementar estas infraestructuras tan relevantes es fundamental que contemos con puertos adecuados, área donde tampoco se ha avanzado”, dando como ejemplo el lento proceso para dar luz verde a la construcción del megapuerto de San Antonio y a la concreción de una agenda ferroviaria que permita dar respuesta al aumento del comercio exterior.

Fuente: Equipo de Comunicaciones CPI, Martes 09 de Febrero de 2021

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