Miércoles, Mayo 8, 2024

Las vulnerabilidades y carencias de una región extrema

EL DIVISADERO –  Los más antiguos tienen claro que Aysén es una región que lleva 40 años demandando reivindicaciones básicas, como mejor conectividad terrestre, mejor infraestructura de salud y otras necesidades que hoy se definen simplemente como de primera necesidad.

Y lo hemos dicho insistentemente, la región es uno de los territorios que busca un mejor destino, y sabemos que en la medida que contemos con las políticas públicas adecuadas y el compromiso gubernamental para reconocer que todas las regiones son diferentes (valoración de la diversidad), quizás podamos avanzar de verdad en la consecución de esos objetivos colectivos.

Y lo recalcamos porque la condición de aislamiento geográfico que tiene nuestra región, la actual pandemia de coronavirus y la legítima y permanente preocupación ciudadana por estos temas, nos ha permitido, una vez más, constatar nuestra fragilidad como zona extrema. Una red asistencial básica, sin grandes adelantos tecnológicos, que genera una absoluta dependencia del Hospital Regional Coyhaique. Postas de salud sin movilización, otras con infraestructura deficiente y una serie de realidades que las palpan a diario los aiseninos y aiseninas, y que son parte de la precariedad de nuestra región en este ámbito. 

No es casual entonces que la propia ciudadanía y los cinco parlamentarios, oficialistas y opositores, coincidan en el diagnóstico y emplacen al Gobierno para que se ponga atención a este aspecto y se fortalezca la red asistencial. La falta de camas críticas, de la manoseada y politizada UCI pediátrica y otras carencias en Salud, son la señal inequívoca de esa precariedad y de la falta de una política pública más robusta y previsora en este ámbito. Lo mismo en el ámbito de la conectividad digital y terrestre, donde Aysén sigue siendo el patio trasero de una realidad nacional muchísimo más adelantada en estos ámbitos.

Es parte del arte de gobernar, saber que la ciudadanía demanda al Gobierno una gestión eficiente y enfocada en las necesidades ciudadanas prioritarias, y aún cuando siempre han existido variadas reivindicaciones territoriales, las más diversas que uno se pueda imaginar, bien poco se ha avanzado en los últimos años en poder atenderlas, especialmente aquellas del ámbito social.

Porque como popularmente se señala, todos los gobiernos construyen caminos, casas y escuelas, entonces hay que detenerse ahí y debatir respecto a las razones que tienen las distintas administraciones para no atender esas demandas sociales. Costo, oportunidad, desidia, en fin, razones podría haber muchas, pero sería buenos conocerlas, y que cada aisenino y aisenina tuviera absolutamente claro por qué tal o cual reivindicación ciudadana no se considera. Y hay que estar emplazando constantemente a las autoridades, a los parlamentarios, a los consejeros y consejeras regionales y por cierto que también al Gobierno Central, para que los ministros y subsecretarios sepan que Chile es un país diverso y las necesidades de sus regiones son sumamente distintas.

Hoy, todas las demandas que por años hemos tenido como prioritarias, pueden lograrse en la medida que exista una sola voz, una sola gran meta regional. Sabemos que todo Gobierno desea y promete establecer nuevas políticas para la descentralización administrativa del país, pero el propósito siempre es más pequeño que el anhelo regional.

Creemos que el compromiso del Gobierno Central con la región de Aysén, no debe circunscribirse solamente a los recursos garantizados a través del FNDR, sino que debe ir mucho más allá. A políticas de Estado que planifiquen y calendaricen aquellas obras que requiere la región para salir de su subdesarrollo, cueste lo que cueste.

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Fuente: El Divisadero, Miércoles 11 de Noviembre de 2020

EL DIVISADERO –  Los más antiguos tienen claro que Aysén es una región que lleva 40 años demandando reivindicaciones básicas, como mejor conectividad terrestre, mejor infraestructura de salud y otras necesidades que hoy se definen simplemente como de primera necesidad.

Y lo hemos dicho insistentemente, la región es uno de los territorios que busca un mejor destino, y sabemos que en la medida que contemos con las políticas públicas adecuadas y el compromiso gubernamental para reconocer que todas las regiones son diferentes (valoración de la diversidad), quizás podamos avanzar de verdad en la consecución de esos objetivos colectivos.

Y lo recalcamos porque la condición de aislamiento geográfico que tiene nuestra región, la actual pandemia de coronavirus y la legítima y permanente preocupación ciudadana por estos temas, nos ha permitido, una vez más, constatar nuestra fragilidad como zona extrema. Una red asistencial básica, sin grandes adelantos tecnológicos, que genera una absoluta dependencia del Hospital Regional Coyhaique. Postas de salud sin movilización, otras con infraestructura deficiente y una serie de realidades que las palpan a diario los aiseninos y aiseninas, y que son parte de la precariedad de nuestra región en este ámbito. 

No es casual entonces que la propia ciudadanía y los cinco parlamentarios, oficialistas y opositores, coincidan en el diagnóstico y emplacen al Gobierno para que se ponga atención a este aspecto y se fortalezca la red asistencial. La falta de camas críticas, de la manoseada y politizada UCI pediátrica y otras carencias en Salud, son la señal inequívoca de esa precariedad y de la falta de una política pública más robusta y previsora en este ámbito. Lo mismo en el ámbito de la conectividad digital y terrestre, donde Aysén sigue siendo el patio trasero de una realidad nacional muchísimo más adelantada en estos ámbitos.

Es parte del arte de gobernar, saber que la ciudadanía demanda al Gobierno una gestión eficiente y enfocada en las necesidades ciudadanas prioritarias, y aún cuando siempre han existido variadas reivindicaciones territoriales, las más diversas que uno se pueda imaginar, bien poco se ha avanzado en los últimos años en poder atenderlas, especialmente aquellas del ámbito social.

Porque como popularmente se señala, todos los gobiernos construyen caminos, casas y escuelas, entonces hay que detenerse ahí y debatir respecto a las razones que tienen las distintas administraciones para no atender esas demandas sociales. Costo, oportunidad, desidia, en fin, razones podría haber muchas, pero sería buenos conocerlas, y que cada aisenino y aisenina tuviera absolutamente claro por qué tal o cual reivindicación ciudadana no se considera. Y hay que estar emplazando constantemente a las autoridades, a los parlamentarios, a los consejeros y consejeras regionales y por cierto que también al Gobierno Central, para que los ministros y subsecretarios sepan que Chile es un país diverso y las necesidades de sus regiones son sumamente distintas.

Hoy, todas las demandas que por años hemos tenido como prioritarias, pueden lograrse en la medida que exista una sola voz, una sola gran meta regional. Sabemos que todo Gobierno desea y promete establecer nuevas políticas para la descentralización administrativa del país, pero el propósito siempre es más pequeño que el anhelo regional.

Creemos que el compromiso del Gobierno Central con la región de Aysén, no debe circunscribirse solamente a los recursos garantizados a través del FNDR, sino que debe ir mucho más allá. A políticas de Estado que planifiquen y calendaricen aquellas obras que requiere la región para salir de su subdesarrollo, cueste lo que cueste.

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Fuente: El Divisadero, Miércoles 11 de Noviembre de 2020

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