Miércoles, Abril 24, 2024

La urgencia de más competencia: el caso israelí y los desafíos para Chile

DIARIO FINANCIERO – Hay quienes ven oportunidades en las crisis, y el fundador de la organización de medios israelí The Maker, Guy Rolnik, es uno de ellos. El académico de la U. de Chicago conversó con el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, sobre “Nuevas reglas de mercado para competir”, en un encuentro organizado por Diario Financiero y G100, al que se conectaron 5.500 personas en el mundo y que se puede revisar completo en el sitio web de DF.
Los expertos analizaron el cuadro internacional y delinearon los pasos a seguir para Chile en materia de competencia.
 

El camino para avanzar hacia una mayor prosperidad económica

Han pasado 15 años desde que Israel se planteó aumentar la competencia en la economía, camino que Guy Rolnik explica no ha sido fácil de recorrer. En 2009 el país era una de las economías más concentradas de la OCDE, dos bancos controlaban cerca del 70% del mercado de deuda local y 24 empresas -con estructura piramidal- el 68% del mercado.
En ese entonces, la Comisión Bachar -establecida en 2004- ya había recomendado reducir el poder de los conglomerados bancarios, pero sin solución.
La crisis financiera de 2008 y 2009 “presentó varias amenazas, pero también podía ser una gran oportunidad”, recuerda el fundador de The Maker, quien explica que “hubo un aumento de la competencia en la economía israelí y la idea era justamente aumentar la igualdad de competencia y de ingresos en el mercado”.
La idea tomó forma en 2010, cuando se creó el Comité Antimonopolio. “Hubo mucha resistencia de todos los grandes conglomerados. Ellos no querían competencia en el mercado, encontraban que estaba todo muy bien, y entonces el comité no avanzó”, relata Rolnik.
El verano del año siguiente la población salió a las calles a manifestarse frente a la falta de resultados, a lo que el gobierno respondió. “Se empezaron a desmantelar las pirámides y se adoptaron todas las recomendaciones”, explica el experto.
A fines de 2013, se aprobó unánimemente una ley para disminuir el monopolio. “Logramos cambiar la narrativa y decirle a las personas que esto no es un tema de ser de izquierda o de derecha, tiene que ver con crear un mercado y una sociedad más eficiente y más justa, por lo tanto todos votaron a favor”.
En 2016 se creó el Comité Strum -el último hasta el momento-, con el cual se apuntó a aumentar la competencia del sector bancario.
La mayor competencia “creó crecimiento y prosperidad para la economía”, dice Rolnik, quien destaca que han visto caer precios y ha habido una rápida alza en los sueldos reales de los dos deciles más bajos de la población en la última década.
En medio de la pandemia y con el eco dado por la crisis financiera, afirma que “en una crisis se pueden hacer muchas cosas, se pueden empujar preguntas más rápido si uno está decidido”.

“La competencia es fundamental para la legitimidad de los mercados”

Desde la visión económica tradicional, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, manifestó que la competencia se suele evaluar sobre la base de la eficiencia, la cual implica que los consumidores tienen acceso a mejores precios y, de acuerdo a eso, los productores pueden producir de manera más eficiente.

Pero, en su opinión, hay más elementos sobre la mesa. Uno es el concepto de legitimidad, el cual a su juicio explica cómo se perciben los mercados, que advierte pueden ser vistos como “injustos o concentrados, con poca competencia”.

“La competencia es una condición fundamental para la legitimidad de los mercados”, afirmó, agregando que “si analizamos con profundidad el concepto de la competencia, se trata de un mercado abierto a todos en igualdad de condiciones”.

Ahí no existen privilegios en cuanto al acceso, a la producción o a los consumidores, planteó el ministro. “Al final, la idea básica de la competencia es ir en contra de los privilegios”, expuso.
“Soy creyente en el mercado”, afirmó Briones, y planteó la importancia de distinguir entre “pro-mercado” y “pro-negocio”, dos conceptos que dijo se suelen entender como sinónimos, pero que no apuntan a lo mismo.

Su punto es que un mercado competitivo es distinto a ser partidario de los negocios. “Tiene que ver con este concepto de justicia, de imparcialidad y de legitimidad. Y todo esto va de la mano”, dijo.

En la misma línea, señaló que “nosotros, los que creemos en los mercados, siempre deberíamos defender esta noción básica de que cada actor debería contar con la misma posibilidad de competir, y también deberíamos estar en contra de la idea de que existen privilegios para algunos”.

En el detalle, Briones sumó al debate la importancia de la banca como un elemento clave para los actores tradicionales, pero también para los emprendedores que buscan entrar a competir al mercado. “Cuando existe un mercado sin competencia, sobre todo en el mercado financiero, esto hace que se espante la falta de competencia en todos los mercados”, advirtió.

Banca abierta, el segundo paso
De cara a los desafíos del país, el ministro Briones defendió la importancia de “avanzar hacia una agenda de mayor competencia”.
Y si bien destacó que con la Ley de Portabilidad Financiera “se ha comprobado que la competencia es algo beneficioso para los consumidores”, advirtió que todavía queda trabajo por hacer y, en su opinión, “el segundo paso que deberíamos dar es tener una banca más abierta”.
“Este es un paso más fundamental, que también se basa en la portabilidad de los datos”, explicó, para luego preguntar a Rolnik su postura sobre el tema, específicamente sobre “la banca abierta y la portabilidad de los datos como una condición necesaria para la construcción de competencia”.
El académico de la U. de Chicago respondió ejemplificando con la experiencia de su país, y señaló que luego de una década discutiendo la temática en Israel, el próximo año se lanzará la primera banca exclusivamente digital. “El Banco de Israel y los ministros de Finanzas no habían implementado este sistema de acceso abierto a datos, y la gente pensaba que no iba a pasar. No querían invertir dinero para solamente fracasar”, señaló.
Pero con los años, destacó Rolnik, ha cambiado la situación política, económica y el discurso, y por estos días el Banco de Israel está apoyando la creación de una Interfaz de Programación de Aplicaciones (API, su sigla en inglés) central, además de la participación de nuevos actores en el mercado. “El Ministerio de Finanzas, la autoridad antimonopolio y el banco central realmente indican que sí quieren competencia y que no quieren conductas tipo monopolio”, afirmó el experto, agregando que “si no existen estos sistemas API y la banca tiene el poder total sobre los datos, esto impide que nuevos actores ingresen al mercado”.
En la práctica el Banco de Israel mantendrá un gran patrimonio “porque no quiere que la banca fracase”, pero un gran empresario del país “está dispuesto a arriesgarse y a apoyar este sistema, porque realmente cree que la entidad reguladora busca competencia”.
En cuanto a recomendaciones para Chile, el académico dijo que lo primero es “conocer y enfrentar los hechos, hay que mirar el mercado”.
“De hoy en adelante no se hace nada antes de asegurarnos que el mercado sea competitivo, que se retiren las barreras y normativas que complejizan ese acceso”, planteó.
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Fuente: Diario Financiero, Jueves 20 de Agosto de 2020

DIARIO FINANCIERO – Hay quienes ven oportunidades en las crisis, y el fundador de la organización de medios israelí The Maker, Guy Rolnik, es uno de ellos. El académico de la U. de Chicago conversó con el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, sobre “Nuevas reglas de mercado para competir”, en un encuentro organizado por Diario Financiero y G100, al que se conectaron 5.500 personas en el mundo y que se puede revisar completo en el sitio web de DF.
Los expertos analizaron el cuadro internacional y delinearon los pasos a seguir para Chile en materia de competencia.
 

El camino para avanzar hacia una mayor prosperidad económica

Han pasado 15 años desde que Israel se planteó aumentar la competencia en la economía, camino que Guy Rolnik explica no ha sido fácil de recorrer. En 2009 el país era una de las economías más concentradas de la OCDE, dos bancos controlaban cerca del 70% del mercado de deuda local y 24 empresas -con estructura piramidal- el 68% del mercado.
En ese entonces, la Comisión Bachar -establecida en 2004- ya había recomendado reducir el poder de los conglomerados bancarios, pero sin solución.
La crisis financiera de 2008 y 2009 “presentó varias amenazas, pero también podía ser una gran oportunidad”, recuerda el fundador de The Maker, quien explica que “hubo un aumento de la competencia en la economía israelí y la idea era justamente aumentar la igualdad de competencia y de ingresos en el mercado”.
La idea tomó forma en 2010, cuando se creó el Comité Antimonopolio. “Hubo mucha resistencia de todos los grandes conglomerados. Ellos no querían competencia en el mercado, encontraban que estaba todo muy bien, y entonces el comité no avanzó”, relata Rolnik.
El verano del año siguiente la población salió a las calles a manifestarse frente a la falta de resultados, a lo que el gobierno respondió. “Se empezaron a desmantelar las pirámides y se adoptaron todas las recomendaciones”, explica el experto.
A fines de 2013, se aprobó unánimemente una ley para disminuir el monopolio. “Logramos cambiar la narrativa y decirle a las personas que esto no es un tema de ser de izquierda o de derecha, tiene que ver con crear un mercado y una sociedad más eficiente y más justa, por lo tanto todos votaron a favor”.
En 2016 se creó el Comité Strum -el último hasta el momento-, con el cual se apuntó a aumentar la competencia del sector bancario.
La mayor competencia “creó crecimiento y prosperidad para la economía”, dice Rolnik, quien destaca que han visto caer precios y ha habido una rápida alza en los sueldos reales de los dos deciles más bajos de la población en la última década.
En medio de la pandemia y con el eco dado por la crisis financiera, afirma que “en una crisis se pueden hacer muchas cosas, se pueden empujar preguntas más rápido si uno está decidido”.

“La competencia es fundamental para la legitimidad de los mercados”

Desde la visión económica tradicional, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, manifestó que la competencia se suele evaluar sobre la base de la eficiencia, la cual implica que los consumidores tienen acceso a mejores precios y, de acuerdo a eso, los productores pueden producir de manera más eficiente.

Pero, en su opinión, hay más elementos sobre la mesa. Uno es el concepto de legitimidad, el cual a su juicio explica cómo se perciben los mercados, que advierte pueden ser vistos como “injustos o concentrados, con poca competencia”.

“La competencia es una condición fundamental para la legitimidad de los mercados”, afirmó, agregando que “si analizamos con profundidad el concepto de la competencia, se trata de un mercado abierto a todos en igualdad de condiciones”.

Ahí no existen privilegios en cuanto al acceso, a la producción o a los consumidores, planteó el ministro. “Al final, la idea básica de la competencia es ir en contra de los privilegios”, expuso.
“Soy creyente en el mercado”, afirmó Briones, y planteó la importancia de distinguir entre “pro-mercado” y “pro-negocio”, dos conceptos que dijo se suelen entender como sinónimos, pero que no apuntan a lo mismo.

Su punto es que un mercado competitivo es distinto a ser partidario de los negocios. “Tiene que ver con este concepto de justicia, de imparcialidad y de legitimidad. Y todo esto va de la mano”, dijo.

En la misma línea, señaló que “nosotros, los que creemos en los mercados, siempre deberíamos defender esta noción básica de que cada actor debería contar con la misma posibilidad de competir, y también deberíamos estar en contra de la idea de que existen privilegios para algunos”.

En el detalle, Briones sumó al debate la importancia de la banca como un elemento clave para los actores tradicionales, pero también para los emprendedores que buscan entrar a competir al mercado. “Cuando existe un mercado sin competencia, sobre todo en el mercado financiero, esto hace que se espante la falta de competencia en todos los mercados”, advirtió.

Banca abierta, el segundo paso
De cara a los desafíos del país, el ministro Briones defendió la importancia de “avanzar hacia una agenda de mayor competencia”.
Y si bien destacó que con la Ley de Portabilidad Financiera “se ha comprobado que la competencia es algo beneficioso para los consumidores”, advirtió que todavía queda trabajo por hacer y, en su opinión, “el segundo paso que deberíamos dar es tener una banca más abierta”.
“Este es un paso más fundamental, que también se basa en la portabilidad de los datos”, explicó, para luego preguntar a Rolnik su postura sobre el tema, específicamente sobre “la banca abierta y la portabilidad de los datos como una condición necesaria para la construcción de competencia”.
El académico de la U. de Chicago respondió ejemplificando con la experiencia de su país, y señaló que luego de una década discutiendo la temática en Israel, el próximo año se lanzará la primera banca exclusivamente digital. “El Banco de Israel y los ministros de Finanzas no habían implementado este sistema de acceso abierto a datos, y la gente pensaba que no iba a pasar. No querían invertir dinero para solamente fracasar”, señaló.
Pero con los años, destacó Rolnik, ha cambiado la situación política, económica y el discurso, y por estos días el Banco de Israel está apoyando la creación de una Interfaz de Programación de Aplicaciones (API, su sigla en inglés) central, además de la participación de nuevos actores en el mercado. “El Ministerio de Finanzas, la autoridad antimonopolio y el banco central realmente indican que sí quieren competencia y que no quieren conductas tipo monopolio”, afirmó el experto, agregando que “si no existen estos sistemas API y la banca tiene el poder total sobre los datos, esto impide que nuevos actores ingresen al mercado”.
En la práctica el Banco de Israel mantendrá un gran patrimonio “porque no quiere que la banca fracase”, pero un gran empresario del país “está dispuesto a arriesgarse y a apoyar este sistema, porque realmente cree que la entidad reguladora busca competencia”.
En cuanto a recomendaciones para Chile, el académico dijo que lo primero es “conocer y enfrentar los hechos, hay que mirar el mercado”.
“De hoy en adelante no se hace nada antes de asegurarnos que el mercado sea competitivo, que se retiren las barreras y normativas que complejizan ese acceso”, planteó.
Ver artículo
Fuente: Diario Financiero, Jueves 20 de Agosto de 2020

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