Viernes, Abril 26, 2024

La desalinización como respuesta a la escasez hídrica

Hay más de veinte mil plantas desalinizadoras en 150 países de todo el mundo. El agua de mar se ha transformado en la solución a los graves problemas de sequía que afectan al planeta, la mayor parte de ellos causados por la acción del hombre.

Los avances en la tecnología han comenzado a obligarnos a mirar todo con otros ojos. Soluciones que antes nunca nos imaginamos hoy en día forman parte de la vida diaria de muchas familias.

Durante más de 70 años vivimos esperando que los diferentes gobiernos tuvieran la bondad de pensar en algún embalse en nuestra zona. Muchas promesas pero nunca pasó nada, a excepción del embalse Chacrillas en Putaendo que fue construido durante el gobierno pasado. También se argumentó que podrían construirse carreteras de agua que trajeran caudales del sur al norte, pero eso quedó en el pasado (la sequía también afecta el sur).

Después se ha pensado en tranques o sistemas recolectores de agua, pero la velocidad con que el mundo va cambiando producto del creciente desarrollo de las diferentes tecnologías, abrió un espacio inmenso para pensar que el mar es la verdadera fuente de agua para los tiempos de crisis.

Las primeras inversiones en desalinización se han realizado en sectores agrícolas y mineros, pero ya está completamente incorporada la necesidad de agua potable, debido a que muchas ciudades y pueblos del país se están quedando sin una gota de agua en sus cañerías.

La sequía que nos persigue desde hace un siglo ha mostrado su lado más feroz en la última década, acompañada de una serie de cambios climáticos que nos han afectado a nosotros y a todos los seres vivos con los que compartimos la tierra. Desalinizar se está convirtiendo en un tema de supervivencia, por eso tarde o temprano, terminará siendo una política pública.

Si una planta desalinizadora toma dos litros de agua de mar, obtiene un litro de agua cruda o con casi nada de sal y un litro de agua muy salada, que debe ser devuelta al mar, evitando que su concentración en determinados lugares pueda alterar el hábitat de la vida marina. Hay agricultores que han aplicado el agua salada en cultivo de cítricos con éxito. En otro nivel, hay técnicos que están tratando de buscar minerales en ese litro de agua salada, los cuales también podrían tener una buena comercialización.

Como se puede ver, con las plantas desalinizadoras se abre un mundo de posibilidades y se enfrenta uno de los mayores flagelos que sufre la población humana. Junto con el agua potable, la minería y la agricultura verán en esta opción la solución a una crisis que no tenía luz al final del túnel.

Hoy en día en Chile hay dos mil 800 plantas en construcción, seis mil 700 nuevas aprobadas y tres mil 600 en calificación. Este flaco país con vista al mar se apresta a vivir una moderna realidad, que podrá dejar atrás todas las penurias que ha traído la sequía como un estado permanente desde hace más de 30 años.

Pensar que la agricultura comience a depender del mar parece un imposible, pero ya en muchas partes del mundo eso es una realidad.

Ver artículo

Fuente: El Observador, Miércoles 08 de Septiembre de 2021

Hay más de veinte mil plantas desalinizadoras en 150 países de todo el mundo. El agua de mar se ha transformado en la solución a los graves problemas de sequía que afectan al planeta, la mayor parte de ellos causados por la acción del hombre.

Los avances en la tecnología han comenzado a obligarnos a mirar todo con otros ojos. Soluciones que antes nunca nos imaginamos hoy en día forman parte de la vida diaria de muchas familias.

Durante más de 70 años vivimos esperando que los diferentes gobiernos tuvieran la bondad de pensar en algún embalse en nuestra zona. Muchas promesas pero nunca pasó nada, a excepción del embalse Chacrillas en Putaendo que fue construido durante el gobierno pasado. También se argumentó que podrían construirse carreteras de agua que trajeran caudales del sur al norte, pero eso quedó en el pasado (la sequía también afecta el sur).

Después se ha pensado en tranques o sistemas recolectores de agua, pero la velocidad con que el mundo va cambiando producto del creciente desarrollo de las diferentes tecnologías, abrió un espacio inmenso para pensar que el mar es la verdadera fuente de agua para los tiempos de crisis.

Las primeras inversiones en desalinización se han realizado en sectores agrícolas y mineros, pero ya está completamente incorporada la necesidad de agua potable, debido a que muchas ciudades y pueblos del país se están quedando sin una gota de agua en sus cañerías.

La sequía que nos persigue desde hace un siglo ha mostrado su lado más feroz en la última década, acompañada de una serie de cambios climáticos que nos han afectado a nosotros y a todos los seres vivos con los que compartimos la tierra. Desalinizar se está convirtiendo en un tema de supervivencia, por eso tarde o temprano, terminará siendo una política pública.

Si una planta desalinizadora toma dos litros de agua de mar, obtiene un litro de agua cruda o con casi nada de sal y un litro de agua muy salada, que debe ser devuelta al mar, evitando que su concentración en determinados lugares pueda alterar el hábitat de la vida marina. Hay agricultores que han aplicado el agua salada en cultivo de cítricos con éxito. En otro nivel, hay técnicos que están tratando de buscar minerales en ese litro de agua salada, los cuales también podrían tener una buena comercialización.

Como se puede ver, con las plantas desalinizadoras se abre un mundo de posibilidades y se enfrenta uno de los mayores flagelos que sufre la población humana. Junto con el agua potable, la minería y la agricultura verán en esta opción la solución a una crisis que no tenía luz al final del túnel.

Hoy en día en Chile hay dos mil 800 plantas en construcción, seis mil 700 nuevas aprobadas y tres mil 600 en calificación. Este flaco país con vista al mar se apresta a vivir una moderna realidad, que podrá dejar atrás todas las penurias que ha traído la sequía como un estado permanente desde hace más de 30 años.

Pensar que la agricultura comience a depender del mar parece un imposible, pero ya en muchas partes del mundo eso es una realidad.

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Fuente: El Observador, Miércoles 08 de Septiembre de 2021

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