Jueves, Diciembre 12, 2024

La apuesta de Fontaine para apuntalar la economía…y proyectar al gobierno

LA SEGUNDA – Su paso por el primer gobierno del Presidente Piñera no fue el mejor. Duró 16 meses a cargo de Economía y, por ende, no muchos lo esperaban en la vuelta del Mandatario a La Moneda. Sin embargo, Juan Andrés Fontaine —ingeniero comercial y máster en economía de la U. de Chicago— estuvo en la lista y llegó a una cartera apetecida que ha sido cuna y trampolín de presidenciables como Ricardo Lagos y Laurence Golborne.
Puede que la tarea política del Ministerio de Obras Públicas haya cambiado, pero el objetivo es el mismo: ayudar a la coalición gobernante a asegurar su reelección. Y en ese contexto, la tarea de Fontaine es apuntalar el crecimiento de la economía en un contexto complejo.
Pese a que 2018 fue el año de mayor dinamismo desde 2012, no se espera que en este año ni en el próximo estén presentes algunos de los factores que impulsaron el crecimiento (como una baja base de comparación y un alto precio del cobre). Por otro lado, la economía internacional todavía no despeja totalmente los temores de una desaceleración sincronizada. Esto ha hecho que el mercado y Hacienda hayan bajado sus proyecciones.
Ese es el escenario en el cual el ministro Fontaine anunció un ambicioso plan de concesiones por US$ 3.338 millones para 2019, frente a los US$ 1.300 millones anuales promedio que hubo durante el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. Con ello La Moneda pretende poner un piso sólido a nuevas inversiones y a la creación de empleos que permita a la coalición oficialista alargar su estadía en el poder.
Mateo y eficiente, desde la cartera destacan que el ministro además se encargó de destrabar proyectos como la licitación de Américo Vespucio Oriente I y la construcción del concesionado Hospital Salvador. Incluso desde la oposición valoran su trabajo. El exsubsecretario DC Clemente Pérez destaca como aciertos de Fontaine la instalación de telepeajes en las carreteras que llegan a Santiago, la reparación del puente Cau Cau en lugar de demolerlo, como era la idea de su antecesor, y echar a andar el fondo de infraestructura. “El año pasado, eso sí, hubo una baja en las concesiones realizadas”, apunta Pérez. Y es justamente ese el énfasis que tienen para este año en el MOP.
Impacto de largo plazo
Las fichas puestas en Fontaine, eso sí, no darán frutos de inmediato. Los procesos de concesiones son largos, requieren de permisos ambientales e ingeniería de detalle que toman tiempo. Por ende, no se espera que “muevan la aguja” en el corto plazo. Aunque sí ayudarían a darle mayor sustento a la proyección del gobierno”, advierte el subgerente de Estudios de Econsult, Mauricio Carrasco.
Felipe Jaque, economista de Security, estima que el impacto solo se verá a partir de 2020. Esto, en especial, porque las concesiones que se materializarán antes de junio de este año serán por US$ 266 millones, lo que representa solo el 0,2% del PIB semestral. Donde sí podrían verse beneficios de corto plazo de una buena gestión de Fontaine es en el empleo. “La demanda de mano de obra que generarán los proyectos de este año se ubica en torno a 35.000 nuevos puestos de trabajo, lo que sería un soporte sustantivo para la creación de empleo”, dice Gabriel Cestau, economista del Banco Santander.
Al mismo tiempo, podría verse un efecto multiplicador en otras áreas. “Hay algunos sectores que están al debe en términos de infraestructura; entonces estas concesiones van cerrando esos gaps. Y en la medida que se van cerrando, también van impulsando la productividad en otros sectores”, explica Jaque. Y en la medida que mejora la infraestructura pública (carreteras, puertos, etc.), la rentabilidad de las inversiones privadas también se hace más atractiva. Así se elevaría el PIB potencial, el principal impacto que advierte la economista Macarena García, de LyD.
Cambio de ánimo
Para los expertos, los US$ 3.338 millones anunciados para este año marcan un hito en el impulso a las concesiones, principalmente por lo alto del monto, lo que también puede ser un impulso para la confianza de los privados. Eso resulta vital cuando reformas prioritarias del gobierno como la tributaria no verán la luz en el corto plazo y otras como la laboral aún ni siquiera aparecen por Valparaíso.
“Hay una disposición a reactivar de alguna manera el tema de concesiones y eso, sin duda, va a tener impacto en la inversión”, dice Jaque. “Lo relevante es que cambia el mood sobre cómo se trataba antes el ítem y cómo se está tratando ahora”.
Y darles un impulso a las concesiones, y que efectivamente se vayan concretando, es un aliciente para la confianza del mundo privado, dice Cestau. “Uno de los problemas que ha habido en los últimos años es que la tramitación de permisos demora y eso hace que las concesiones se vuelvan más inciertas. Este es un aspecto muy importante para generar más confianza”.
“El anuncio da indicaciones de que de nuevo se está confiando en el sector privado”, concuerda García, de LyD. Y admite que el mensaje del ministro Fontaine puede tener un tinte más político. “Ha habido indicaciones en el Congreso e incluso en gobiernos anteriores que ponen en duda la confianza que se tiene en el sector privado. Y si las señales para el sector público no son claras, prefiere esperar antes de invertir”, dice.
Es por esto que el anuncio de Fontaine sería bienvenido en el sector privado. “El último Informe de Percepción de Negocios del Banco Central ya señalaba que los agentes ligados a las obras públicas seguían afectados por la escasa apertura de nuevos proyectos y el retraso o revisión de los que ya están en marcha. En este sentido, es una señal positiva”, dice Carrasco. “Pero, si esto será capaz de generar un impacto significativo al alza en los niveles de confianza, está por verse”, advierte.
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Fuente: La Segunda, Miércoles 01 de Mayo de 2019

LA SEGUNDA – Su paso por el primer gobierno del Presidente Piñera no fue el mejor. Duró 16 meses a cargo de Economía y, por ende, no muchos lo esperaban en la vuelta del Mandatario a La Moneda. Sin embargo, Juan Andrés Fontaine —ingeniero comercial y máster en economía de la U. de Chicago— estuvo en la lista y llegó a una cartera apetecida que ha sido cuna y trampolín de presidenciables como Ricardo Lagos y Laurence Golborne.
Puede que la tarea política del Ministerio de Obras Públicas haya cambiado, pero el objetivo es el mismo: ayudar a la coalición gobernante a asegurar su reelección. Y en ese contexto, la tarea de Fontaine es apuntalar el crecimiento de la economía en un contexto complejo.
Pese a que 2018 fue el año de mayor dinamismo desde 2012, no se espera que en este año ni en el próximo estén presentes algunos de los factores que impulsaron el crecimiento (como una baja base de comparación y un alto precio del cobre). Por otro lado, la economía internacional todavía no despeja totalmente los temores de una desaceleración sincronizada. Esto ha hecho que el mercado y Hacienda hayan bajado sus proyecciones.
Ese es el escenario en el cual el ministro Fontaine anunció un ambicioso plan de concesiones por US$ 3.338 millones para 2019, frente a los US$ 1.300 millones anuales promedio que hubo durante el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. Con ello La Moneda pretende poner un piso sólido a nuevas inversiones y a la creación de empleos que permita a la coalición oficialista alargar su estadía en el poder.
Mateo y eficiente, desde la cartera destacan que el ministro además se encargó de destrabar proyectos como la licitación de Américo Vespucio Oriente I y la construcción del concesionado Hospital Salvador. Incluso desde la oposición valoran su trabajo. El exsubsecretario DC Clemente Pérez destaca como aciertos de Fontaine la instalación de telepeajes en las carreteras que llegan a Santiago, la reparación del puente Cau Cau en lugar de demolerlo, como era la idea de su antecesor, y echar a andar el fondo de infraestructura. “El año pasado, eso sí, hubo una baja en las concesiones realizadas”, apunta Pérez. Y es justamente ese el énfasis que tienen para este año en el MOP.
Impacto de largo plazo
Las fichas puestas en Fontaine, eso sí, no darán frutos de inmediato. Los procesos de concesiones son largos, requieren de permisos ambientales e ingeniería de detalle que toman tiempo. Por ende, no se espera que “muevan la aguja” en el corto plazo. Aunque sí ayudarían a darle mayor sustento a la proyección del gobierno”, advierte el subgerente de Estudios de Econsult, Mauricio Carrasco.
Felipe Jaque, economista de Security, estima que el impacto solo se verá a partir de 2020. Esto, en especial, porque las concesiones que se materializarán antes de junio de este año serán por US$ 266 millones, lo que representa solo el 0,2% del PIB semestral. Donde sí podrían verse beneficios de corto plazo de una buena gestión de Fontaine es en el empleo. “La demanda de mano de obra que generarán los proyectos de este año se ubica en torno a 35.000 nuevos puestos de trabajo, lo que sería un soporte sustantivo para la creación de empleo”, dice Gabriel Cestau, economista del Banco Santander.
Al mismo tiempo, podría verse un efecto multiplicador en otras áreas. “Hay algunos sectores que están al debe en términos de infraestructura; entonces estas concesiones van cerrando esos gaps. Y en la medida que se van cerrando, también van impulsando la productividad en otros sectores”, explica Jaque. Y en la medida que mejora la infraestructura pública (carreteras, puertos, etc.), la rentabilidad de las inversiones privadas también se hace más atractiva. Así se elevaría el PIB potencial, el principal impacto que advierte la economista Macarena García, de LyD.
Cambio de ánimo
Para los expertos, los US$ 3.338 millones anunciados para este año marcan un hito en el impulso a las concesiones, principalmente por lo alto del monto, lo que también puede ser un impulso para la confianza de los privados. Eso resulta vital cuando reformas prioritarias del gobierno como la tributaria no verán la luz en el corto plazo y otras como la laboral aún ni siquiera aparecen por Valparaíso.
“Hay una disposición a reactivar de alguna manera el tema de concesiones y eso, sin duda, va a tener impacto en la inversión”, dice Jaque. “Lo relevante es que cambia el mood sobre cómo se trataba antes el ítem y cómo se está tratando ahora”.
Y darles un impulso a las concesiones, y que efectivamente se vayan concretando, es un aliciente para la confianza del mundo privado, dice Cestau. “Uno de los problemas que ha habido en los últimos años es que la tramitación de permisos demora y eso hace que las concesiones se vuelvan más inciertas. Este es un aspecto muy importante para generar más confianza”.
“El anuncio da indicaciones de que de nuevo se está confiando en el sector privado”, concuerda García, de LyD. Y admite que el mensaje del ministro Fontaine puede tener un tinte más político. “Ha habido indicaciones en el Congreso e incluso en gobiernos anteriores que ponen en duda la confianza que se tiene en el sector privado. Y si las señales para el sector público no son claras, prefiere esperar antes de invertir”, dice.
Es por esto que el anuncio de Fontaine sería bienvenido en el sector privado. “El último Informe de Percepción de Negocios del Banco Central ya señalaba que los agentes ligados a las obras públicas seguían afectados por la escasa apertura de nuevos proyectos y el retraso o revisión de los que ya están en marcha. En este sentido, es una señal positiva”, dice Carrasco. “Pero, si esto será capaz de generar un impacto significativo al alza en los niveles de confianza, está por verse”, advierte.
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Fuente: La Segunda, Miércoles 01 de Mayo de 2019

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