Sábado, Diciembre 7, 2024

La ampliación del aeropuerto de Santiago cumple 70 días sin abrir: MOP estima que lo hará antes de fin de año

PULSO – Después de cinco años de construcción, el nuevo terminal internacional del aeropuerto de Santiago está terminado. La concesionaria que se adjudicó la construcción y operación en 2015 invirtió casi US$ 1.000 millones en una obra que permitirá elevar la capacidad del aeropuerto 16 millones de pasajeros al año a 30 millones. Pero aunque las obras están terminadas, esta semana cumplió 70 días sin abrir a público. Y sin ejecutar la inauguración de una concesión emblemática, probablemente la cinta más importante que podrá cortar la actual administración de Sebastián Piñera.

Integrado por las francesas Groupe ADP -el aeropuerto de Paris, del estado francés- y Vinci, más la italiana Astaldi, la concesionaria Nuevo Pudahuel tenía, por contrato, que tener dispuesta la puesta en servicio provisoria del Terminal Internacional el 8 de septiembre. Aquello requería, dice la Dirección de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas, cumplir satisfactoriamente con todas las pruebas de cada uno de los múltiples sistemas que tiene un aeropuerto de esta envergadura.

“A la fecha, este proceso -a cargo de una comisión integrada por profesionales del MOP y la DGAC- continúa en desarrollo, ya que se han debido repetir pruebas que fueron rechazadas”, comunicó el MOP a Pulso a raíz del retraso. “En particular, las pruebas referidas al sistema de manejo de equipaje deben ser resueltas en una etapa previa a la entrada en operación”, dijo la autoridad en una declaración.

El aeropuerto de Santiago tenía hasta 2015 unos 100 mil metros cuadrados de construcción, 31 puertas de embarque y 18 mangas de embarque. Esas instalaciones corresponden al terminal 1, donde hoy operan los vuelos nacionales e internacionales.

La concesionaria Nuevo Pudahuel construyó el terminal 2, que elevará las puertas de embarque a 76 y las mangas de embarque a 67, además de multiplicar los estacionamientos desde 3.730 a 5.809. Cuando comience a operar, el terminal 2 será solo para vuelos internacionales, y el 1 quedará para el tráfico local. El terminal tendrá cuatro espigones (tres de ellos con 10 posiciones para aviones y el cuarto con 12), pero partirá operando dos.

Aunque el MOP habría recepcionado las obras -un proceso a cargo del inspector fiscal Jorge Maureira-, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) habría cuestionado el procedimiento por pruebas insuficientes en el manejo de maletas, un moderno y complejo sistema que a partir de ahora tendrá ocho islas con cintas de equipaje y que permitirá pasar de unas 1.500 maletas hora a un máximo de 4.000 maletas hora. El nuevo proceso automático, ha explicado la concesionaria, permitirá bajar desde 45 minutos a solo tres minutos el tiempo de demora en salir del terminal en temporada alta. Ello porque el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y Aduanas harán revisiones automáticas del equipaje y solo si hay alertas se realizarán revisiones manuales, lo que agilizará la salida del terminal.

Sin entrar en detalles, la concesionaria también ratifica que la tardanza obedece a pruebas de sistemas y que las obras estaban listas a tiempo. “Nuevo Pudahuel, a través de la constructora CJV, completó la obra del nuevo terminal internacional (T2) en septiembre, cumpliendo los plazos establecidos. Esto se logró gracias a un protocolo que permitió dar continuidad a la construcción, a pesar del impacto generado por la pandemia. Actualmente, está en desarrollo una serie de pruebas adicionales exigidas tanto por la DGAC como por el MOP para la operación de los diversos sistemas operacionales”, respondió la empresa a Pulso.

Antes de fin de año

El gobierno, pese al retraso, espera que el nuevo terminal comience a operar antes de que termine 2021. “Una vez finalizado este proceso, con todas las evaluaciones aprobadas -que garantizarán que el terminal opere en óptimas condiciones- se autorizará la puesta en servicio provisoria, lo que se estima debiera suceder en un rango estimado de 30 días más”, respondió el MOP esta semana a Pulso.

Se espera que para la inauguración viajen a Chile altos ejecutivos de las francesas ADP y Vinci, las que están enfrentadas al gobierno por divergencias relativas a los efectos de la pandemia en la operación del aeropuerto. La apertura será un hito, pero permitirá otra cosa: descongestionar el aeropuerto justo para la temporada alta, que parte el 15 de diciembre.

Según la concesionaria, ha habido hay otra razón para la demora. “También aún está pendiente la instalación de los equipamientos de diversos servicios públicos que operan en el terminal internacional, lo que, según han señalado las autoridades, debiese ocurrir en las próximas semanas, antes de la inauguración, cuya fecha será definida oficialmente por el gobierno”.

En el nuevo terminal deberán habilitar nuevas instalaciones tres servicios claves: la DGAC, el SAG y la PDI. Según trascendió, solo el SAG ha habilitado oficinas renovadas. La DGAC y la PDI habrían aducido razones presupuestarias para explicar la tardanza.

El retraso contractual de la puesta en servicio podría generar multas que, por cada mes, se aproximan a US$ 1 millón. Y si el MOP decide cursar esas infracciones, podría abrir otra controversia con la concesionaria, la que sostiene que cumplió la fecha establecida en el contrato y que la tardanza no le es imputable. Y aunque para la concesionaria la puesta en marcha no significa ingresos adicionales inmediatos -el pago que recibe es por pasajero transportado, una demanda aun resentida por la pandemia-, la descongestión del terminal en una época clave del año podría estimular viajes dentro y fuera de Chile.

Fuente: Pulso, Viernes 19 de Noviembre de 2021

PULSO – Después de cinco años de construcción, el nuevo terminal internacional del aeropuerto de Santiago está terminado. La concesionaria que se adjudicó la construcción y operación en 2015 invirtió casi US$ 1.000 millones en una obra que permitirá elevar la capacidad del aeropuerto 16 millones de pasajeros al año a 30 millones. Pero aunque las obras están terminadas, esta semana cumplió 70 días sin abrir a público. Y sin ejecutar la inauguración de una concesión emblemática, probablemente la cinta más importante que podrá cortar la actual administración de Sebastián Piñera.

Integrado por las francesas Groupe ADP -el aeropuerto de Paris, del estado francés- y Vinci, más la italiana Astaldi, la concesionaria Nuevo Pudahuel tenía, por contrato, que tener dispuesta la puesta en servicio provisoria del Terminal Internacional el 8 de septiembre. Aquello requería, dice la Dirección de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas, cumplir satisfactoriamente con todas las pruebas de cada uno de los múltiples sistemas que tiene un aeropuerto de esta envergadura.

“A la fecha, este proceso -a cargo de una comisión integrada por profesionales del MOP y la DGAC- continúa en desarrollo, ya que se han debido repetir pruebas que fueron rechazadas”, comunicó el MOP a Pulso a raíz del retraso. “En particular, las pruebas referidas al sistema de manejo de equipaje deben ser resueltas en una etapa previa a la entrada en operación”, dijo la autoridad en una declaración.

El aeropuerto de Santiago tenía hasta 2015 unos 100 mil metros cuadrados de construcción, 31 puertas de embarque y 18 mangas de embarque. Esas instalaciones corresponden al terminal 1, donde hoy operan los vuelos nacionales e internacionales.

La concesionaria Nuevo Pudahuel construyó el terminal 2, que elevará las puertas de embarque a 76 y las mangas de embarque a 67, además de multiplicar los estacionamientos desde 3.730 a 5.809. Cuando comience a operar, el terminal 2 será solo para vuelos internacionales, y el 1 quedará para el tráfico local. El terminal tendrá cuatro espigones (tres de ellos con 10 posiciones para aviones y el cuarto con 12), pero partirá operando dos.

Aunque el MOP habría recepcionado las obras -un proceso a cargo del inspector fiscal Jorge Maureira-, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) habría cuestionado el procedimiento por pruebas insuficientes en el manejo de maletas, un moderno y complejo sistema que a partir de ahora tendrá ocho islas con cintas de equipaje y que permitirá pasar de unas 1.500 maletas hora a un máximo de 4.000 maletas hora. El nuevo proceso automático, ha explicado la concesionaria, permitirá bajar desde 45 minutos a solo tres minutos el tiempo de demora en salir del terminal en temporada alta. Ello porque el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y Aduanas harán revisiones automáticas del equipaje y solo si hay alertas se realizarán revisiones manuales, lo que agilizará la salida del terminal.

Sin entrar en detalles, la concesionaria también ratifica que la tardanza obedece a pruebas de sistemas y que las obras estaban listas a tiempo. “Nuevo Pudahuel, a través de la constructora CJV, completó la obra del nuevo terminal internacional (T2) en septiembre, cumpliendo los plazos establecidos. Esto se logró gracias a un protocolo que permitió dar continuidad a la construcción, a pesar del impacto generado por la pandemia. Actualmente, está en desarrollo una serie de pruebas adicionales exigidas tanto por la DGAC como por el MOP para la operación de los diversos sistemas operacionales”, respondió la empresa a Pulso.

Antes de fin de año

El gobierno, pese al retraso, espera que el nuevo terminal comience a operar antes de que termine 2021. “Una vez finalizado este proceso, con todas las evaluaciones aprobadas -que garantizarán que el terminal opere en óptimas condiciones- se autorizará la puesta en servicio provisoria, lo que se estima debiera suceder en un rango estimado de 30 días más”, respondió el MOP esta semana a Pulso.

Se espera que para la inauguración viajen a Chile altos ejecutivos de las francesas ADP y Vinci, las que están enfrentadas al gobierno por divergencias relativas a los efectos de la pandemia en la operación del aeropuerto. La apertura será un hito, pero permitirá otra cosa: descongestionar el aeropuerto justo para la temporada alta, que parte el 15 de diciembre.

Según la concesionaria, ha habido hay otra razón para la demora. “También aún está pendiente la instalación de los equipamientos de diversos servicios públicos que operan en el terminal internacional, lo que, según han señalado las autoridades, debiese ocurrir en las próximas semanas, antes de la inauguración, cuya fecha será definida oficialmente por el gobierno”.

En el nuevo terminal deberán habilitar nuevas instalaciones tres servicios claves: la DGAC, el SAG y la PDI. Según trascendió, solo el SAG ha habilitado oficinas renovadas. La DGAC y la PDI habrían aducido razones presupuestarias para explicar la tardanza.

El retraso contractual de la puesta en servicio podría generar multas que, por cada mes, se aproximan a US$ 1 millón. Y si el MOP decide cursar esas infracciones, podría abrir otra controversia con la concesionaria, la que sostiene que cumplió la fecha establecida en el contrato y que la tardanza no le es imputable. Y aunque para la concesionaria la puesta en marcha no significa ingresos adicionales inmediatos -el pago que recibe es por pasajero transportado, una demanda aun resentida por la pandemia-, la descongestión del terminal en una época clave del año podría estimular viajes dentro y fuera de Chile.

Fuente: Pulso, Viernes 19 de Noviembre de 2021

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