Sábado, Diciembre 7, 2024

Impacto ambiental en la logística, por Álvaro Loyola

DIARIO FINANCIERO – En un contexto donde urge que las empresas comiencen a reducir sus emisiones de CO2, así como los consumidores son cada vez más conscientes del actuar de las organizaciones, por lo que prefieren marcas que sean amigables con el medio ambiente y la sociedad; la industria del comercio -donde son claves los procesos logísticos-, comienza a ser observada.

No hay que olvidar que la logística, al igual que varios segmentos, tiene un gran potencial contaminante. Sólo el sector de la logística y transporte es responsable de –aproximadamente- el 14,4% de las emisiones globales de CO2, donde 1 kg de CO2 equivale a correr cerca de 9 km con un vehículo de gasolina común.

Esto, porque la logística tiene la misión de entregar los productos en el lugar y tiempo correctos, sin embargo, para lograr este objetivo es necesario movilizar varios recursos, entre ellos, personas, materiales, electricidad, almacenamiento y combustible para el transporte.

Es por esto, que está resonando por estos días la Economía Verde, un modelo de desarrollo sostenible que considera el impacto medioambiental que generan las empresas. Como respuesta, surge la logística verde, que tiene relación con los esfuerzos para medir y minimizar el impacto ambiental de la actividad logística.

En la actualidad los clientes están pidiendo que haya cambios en el diseño de los procesos logísticos, y las entidades están respondiendo. De esta manera, se interrelacionan variables como la ecología, sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, por ejemplo.

Es a raíz de esto, que para minimizar el impacto ambiental que genera la logística se pueden efectuar tres grandes acciones: modernización de la flota, optimización de rutas y logística inversa y reciclaje.

En el caso de los medios de transporte, muchos de estos son antiguos, por lo que consumen más combustible y emiten más contaminantes, es importante usar nuevas tecnologías para minimizar las emisiones de gases hasta en un 80%, y también reducir los gastos con diésel y gasolina.

La tecnología es clave para la optimización y creación de rutas inteligentes, haciendo posible mejorar el uso de los recursos y reducir el tiempo de transporte de productos, posibilitando entregas más rápidas, aumentando la satisfacción del cliente y también emitiendo menores cantidades CO2.

Finalmente, están las políticas de reutilización y reciclaje, que promueven la longevidad del uso de los recursos. Este proceso se puede llevar a cabo mediante el uso de la logística inversa: una práctica que requiere que los fabricantes y los consumidores tengan la responsabilidad compartida de la correcta disposición de los residuos generados por los productos consumidos.

Ver artículo

Fuente: Diario Financiero, Miércoles 24 de Noviembre de 2021

DIARIO FINANCIERO – En un contexto donde urge que las empresas comiencen a reducir sus emisiones de CO2, así como los consumidores son cada vez más conscientes del actuar de las organizaciones, por lo que prefieren marcas que sean amigables con el medio ambiente y la sociedad; la industria del comercio -donde son claves los procesos logísticos-, comienza a ser observada.

No hay que olvidar que la logística, al igual que varios segmentos, tiene un gran potencial contaminante. Sólo el sector de la logística y transporte es responsable de –aproximadamente- el 14,4% de las emisiones globales de CO2, donde 1 kg de CO2 equivale a correr cerca de 9 km con un vehículo de gasolina común.

Esto, porque la logística tiene la misión de entregar los productos en el lugar y tiempo correctos, sin embargo, para lograr este objetivo es necesario movilizar varios recursos, entre ellos, personas, materiales, electricidad, almacenamiento y combustible para el transporte.

Es por esto, que está resonando por estos días la Economía Verde, un modelo de desarrollo sostenible que considera el impacto medioambiental que generan las empresas. Como respuesta, surge la logística verde, que tiene relación con los esfuerzos para medir y minimizar el impacto ambiental de la actividad logística.

En la actualidad los clientes están pidiendo que haya cambios en el diseño de los procesos logísticos, y las entidades están respondiendo. De esta manera, se interrelacionan variables como la ecología, sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, por ejemplo.

Es a raíz de esto, que para minimizar el impacto ambiental que genera la logística se pueden efectuar tres grandes acciones: modernización de la flota, optimización de rutas y logística inversa y reciclaje.

En el caso de los medios de transporte, muchos de estos son antiguos, por lo que consumen más combustible y emiten más contaminantes, es importante usar nuevas tecnologías para minimizar las emisiones de gases hasta en un 80%, y también reducir los gastos con diésel y gasolina.

La tecnología es clave para la optimización y creación de rutas inteligentes, haciendo posible mejorar el uso de los recursos y reducir el tiempo de transporte de productos, posibilitando entregas más rápidas, aumentando la satisfacción del cliente y también emitiendo menores cantidades CO2.

Finalmente, están las políticas de reutilización y reciclaje, que promueven la longevidad del uso de los recursos. Este proceso se puede llevar a cabo mediante el uso de la logística inversa: una práctica que requiere que los fabricantes y los consumidores tengan la responsabilidad compartida de la correcta disposición de los residuos generados por los productos consumidos.

Ver artículo

Fuente: Diario Financiero, Miércoles 24 de Noviembre de 2021

TITULARES