Viernes, Noviembre 8, 2024

Experto afirma que proyecto de ley debe flexibilizar la obligación de medir la huella hídrica

DIARIO FINANCIERO – Cada vez se hace más importante el agua. En escenarios críticos a nivel nacional, debido al cambio climático, todos los sectores buscan cómo ser más eficientes con este recurso. Rodrigo Valdés-Pineda, research assistant de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, ha estudiado de cerca esta materia por años. Hoy será uno de los principales speakers del “Encuentro Nacional de Eficiencia Hídrica”, organizado por el Ministerio de Agricultura, en conjunto con la Fundación para la Innovación Agraria, la Comisión Nacional de Riego y la Fundación de las Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro.
Respecto del proyecto de Ley de eficiencia hídrica y cambio climático que se está discutiendo en el Senado, el Ph.D en Hidrología y Recursos Hídricos, advierte que es importante cuantificar la cantidad de agua que se utiliza en los sectores productivos para mejorar su eficiencia.
Consultado por la obligatoriedad de cuantificar la huella del recurso hídrico, afirma que “son importantes, no sólo los recursos económicos, también la demanda de profesionales que significa. Hay que adaptar el modelo a distintas situaciones, no que todos actúen de la misma forma y ser flexible de acuerdo a la situación de cada agricultor”, explica.
Precisa que si se quiere desarrollar un modelo de huella hídrica, “tiene que ser un modelo muy bien estudiado, que se adapte a estas distintas situaciones. Es importante que estas leyes no sean aisladas, saber qué pasa en el manejo del agua a nivel nacional y hacer las distinciones claras”.
Según el experto, la iniciativa es una buena señal, pues puede controlar factores como escasez o incluso excedentes de agua mal manejados.
Valdés-Pineda, además destaca la importancia de conocer las condiciones de cada región para definir un avance correcto en eficiencia hídrica pues, en su perspectiva, cada zona de Chile tendría su propio potencial en cuanto a usos de agua, y hay mucho que aprovechar de la geografía local. “Chile tiene una diversidad climática muy amplia, y eso genera diferentes condiciones de infraestructura. Por ejemplo, en el norte el uso de la energía solar es muy potente. Con la construcción de Cerro Dominador, por ejemplo, se podría tener riego tecnificado asociado al uso de energía solar”, comenta Valdés-Pineda.
También destaca el potencial de las costas. “Hay una distancia muy corta entre la Cordillera de los Andes y el océano, eso implica que esa distancia tan corta genere una pendiente muy alta y nuestros ríos, cuando hay eventos extremos, fluyen con una velocidad muy alta comparada con otros ríos del mundo, ahí también hay otra oportunidad de poder utilizar esa agua”, señala.
Avances y desafíos en Chile
Respecto a los avances que ha tenido Chile en materia de eficiencia hídrica, destaca que “se está haciendo un trabajo muy importante a través de la Comisión Nacional de Riego que tiene que ver con el uso agrícola. En esos términos, el foco principal es poder asociar la EH al riego. En Arizona se están estudiando sensores para otorgarle la cantidad de agua a la planta de acuerdo a sus necesidades, o sea la planta le está diciendo al sensor cuánta agua necesita”, dice.
Desde su perspectiva, es importante pensar bien las técnicas para aplicarlas adecuadamente y plantea que se debe empezar a ver “el sistema como un todo”, es decir, si lo que se está implementando a escala predial sirve para el ecosistema regional.
“Por ejemplo, hay situaciones en que no se necesita regar de manera tan tecnificada y a lo mejor necesitas regar a riego tendido para recargar el acuífero local y así generar mejores condiciones. Va a depender de la zona, del tipo de cultivo, entre otros factores”, señala.
Una de las “herramientas” que, según él, será clave para enfrentar los escenarios presentes y sobre todo futuros del agua, es el desarrollo de sistemas de predicciones hidro climatológicos, usados en zonas como Europa, Estados Unidos y China.
“Trabajé junto a otras instituciones para hacer predicciones de los caudales de los ríos en varias cuencas africanas, principalmente porque estas cuencas las comparten muchos países. Entonces, el problema es que así no se puede actuar sobre la marcha, tienes que desarrollar sistemas para predecir lo que va a pasar en dos semanas o en seis meses más”, afirma el experto.
Además, explica que las condiciones están para comenzar a implementar estas medidas a nivel nacional y sobre todo serían convenientes para industrias nacionales como la agricultura y la minería.
“Si fuéramos capaces de predecir cuál va a ser la estacionalidad de las lluvias o cuánta agua va a caer con seis meses o un año de anticipación, la gestión del agua mejoraría mucho, comenzaría a marcar una tendencia que cambiaría el paradigma de cómo estamos haciendo las cosas actualmente”, afirma Valdés-Pineda.
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Fuente: Diario Financiero, Martes 01 de Diciembre de 2020

DIARIO FINANCIERO – Cada vez se hace más importante el agua. En escenarios críticos a nivel nacional, debido al cambio climático, todos los sectores buscan cómo ser más eficientes con este recurso. Rodrigo Valdés-Pineda, research assistant de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, ha estudiado de cerca esta materia por años. Hoy será uno de los principales speakers del “Encuentro Nacional de Eficiencia Hídrica”, organizado por el Ministerio de Agricultura, en conjunto con la Fundación para la Innovación Agraria, la Comisión Nacional de Riego y la Fundación de las Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro.
Respecto del proyecto de Ley de eficiencia hídrica y cambio climático que se está discutiendo en el Senado, el Ph.D en Hidrología y Recursos Hídricos, advierte que es importante cuantificar la cantidad de agua que se utiliza en los sectores productivos para mejorar su eficiencia.
Consultado por la obligatoriedad de cuantificar la huella del recurso hídrico, afirma que “son importantes, no sólo los recursos económicos, también la demanda de profesionales que significa. Hay que adaptar el modelo a distintas situaciones, no que todos actúen de la misma forma y ser flexible de acuerdo a la situación de cada agricultor”, explica.
Precisa que si se quiere desarrollar un modelo de huella hídrica, “tiene que ser un modelo muy bien estudiado, que se adapte a estas distintas situaciones. Es importante que estas leyes no sean aisladas, saber qué pasa en el manejo del agua a nivel nacional y hacer las distinciones claras”.
Según el experto, la iniciativa es una buena señal, pues puede controlar factores como escasez o incluso excedentes de agua mal manejados.
Valdés-Pineda, además destaca la importancia de conocer las condiciones de cada región para definir un avance correcto en eficiencia hídrica pues, en su perspectiva, cada zona de Chile tendría su propio potencial en cuanto a usos de agua, y hay mucho que aprovechar de la geografía local. “Chile tiene una diversidad climática muy amplia, y eso genera diferentes condiciones de infraestructura. Por ejemplo, en el norte el uso de la energía solar es muy potente. Con la construcción de Cerro Dominador, por ejemplo, se podría tener riego tecnificado asociado al uso de energía solar”, comenta Valdés-Pineda.
También destaca el potencial de las costas. “Hay una distancia muy corta entre la Cordillera de los Andes y el océano, eso implica que esa distancia tan corta genere una pendiente muy alta y nuestros ríos, cuando hay eventos extremos, fluyen con una velocidad muy alta comparada con otros ríos del mundo, ahí también hay otra oportunidad de poder utilizar esa agua”, señala.
Avances y desafíos en Chile
Respecto a los avances que ha tenido Chile en materia de eficiencia hídrica, destaca que “se está haciendo un trabajo muy importante a través de la Comisión Nacional de Riego que tiene que ver con el uso agrícola. En esos términos, el foco principal es poder asociar la EH al riego. En Arizona se están estudiando sensores para otorgarle la cantidad de agua a la planta de acuerdo a sus necesidades, o sea la planta le está diciendo al sensor cuánta agua necesita”, dice.
Desde su perspectiva, es importante pensar bien las técnicas para aplicarlas adecuadamente y plantea que se debe empezar a ver “el sistema como un todo”, es decir, si lo que se está implementando a escala predial sirve para el ecosistema regional.
“Por ejemplo, hay situaciones en que no se necesita regar de manera tan tecnificada y a lo mejor necesitas regar a riego tendido para recargar el acuífero local y así generar mejores condiciones. Va a depender de la zona, del tipo de cultivo, entre otros factores”, señala.
Una de las “herramientas” que, según él, será clave para enfrentar los escenarios presentes y sobre todo futuros del agua, es el desarrollo de sistemas de predicciones hidro climatológicos, usados en zonas como Europa, Estados Unidos y China.
“Trabajé junto a otras instituciones para hacer predicciones de los caudales de los ríos en varias cuencas africanas, principalmente porque estas cuencas las comparten muchos países. Entonces, el problema es que así no se puede actuar sobre la marcha, tienes que desarrollar sistemas para predecir lo que va a pasar en dos semanas o en seis meses más”, afirma el experto.
Además, explica que las condiciones están para comenzar a implementar estas medidas a nivel nacional y sobre todo serían convenientes para industrias nacionales como la agricultura y la minería.
“Si fuéramos capaces de predecir cuál va a ser la estacionalidad de las lluvias o cuánta agua va a caer con seis meses o un año de anticipación, la gestión del agua mejoraría mucho, comenzaría a marcar una tendencia que cambiaría el paradigma de cómo estamos haciendo las cosas actualmente”, afirma Valdés-Pineda.
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Fuente: Diario Financiero, Martes 01 de Diciembre de 2020

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