Miércoles, Abril 24, 2024

Escasez de agua para consumo humano: una solución posible, por María De Los Ángeles Naudon

EL MERCURIO – “…nos preocupa que cuando se trata de ella, los criterios y soluciones técnicas son siempre más escasos que las argumentaciones políticas y las evaluaciones ideologizadas…”.

Hablar de sequía y pensar en la provincia de Petorca es —a estas alturas del partido— prácticamente la misma cosa: sobreotorgamiento de derechos de agua (DAA), inaceptables casos de extracción ilegal y una abismante falta de infraestructura hídrica, son parte de las causas. Se suma una de carácter estructural: el cambio climático, que, nos guste o no, llegó para quedarse. En los últimos 10 años, las precipitaciones anuales han disminuido en torno al 50% en la zona, lo que agrava la situación de quienes viven ahí, ya que, por su configuración geográfica, la mayoría de sus ríos no depende fundamentalmente de los deshielos de la alta cordillera, sino de las lluvias.

De todos los habitantes de Petorca, los más afectados han sido aquellos que dependen de sistemas de Agua Potable Rural (APR), pues la sequía inhabilitó la infraestructura básica con que contaban —en general, pozos noria de muy baja profundidad— y dejaron de tener agua para consumo humano y domiciliario. En otros casos las conexiones fallaron o de plano nunca existieron, así como bombas que dejaron de funcionar y no hubo presupuesto para arreglarlas. En cualquier caso, frente a contingencias de esa naturaleza, la solución ha sido el reparto de agua a través de camiones aljibe, algo que nosotros consideramos vejatorio, porque creemos firmemente que el acceso a agua para consumo domiciliario es un derecho humano y que debe prevalecer sobre cualquier fin productivo.

¿Se puede garantizar ese derecho en la actualidad? Nuestra convicción, después de más de dos años de trabajo, es que sí. Incluso en Petorca. Y que la solución pasa principalmente por la renovación de la infraestructura existente en los APR, que servían de fuente hace una década, cuando el panorama era otro; y, asimismo, por mejorar y modernizar aquellos componentes que están viejos y obsoletos. Así lo hemos hecho y a la fecha hemos logrado conectar a más de 15 mil personas.

Para renovar infraestructura (construir pozos de mayor profundidad, instalar bombas, sentinas de regulación, instalar o mejorar conexiones, entre otros) se requiere de información técnica. Cada APR es un universo particular, con sus características y necesidades, y garantizarles el consumo humano y domiciliario de agua supone conocerlos. Por eso, llama la atención que, a pesar de que el agua copa la agenda de los medios y que resuenan consignas políticas de todo tipo, en la vereda técnica —que debiera primar— hay menos información y, por supuesto, mucha menos cobertura.

Cuando la Fundación para el Fomento y Desarrollo de Petorca —entidad privada, apolítica y sin fines de lucro, con la misión de garantizar el derecho humano al agua en la zona— inició su trabajo hace más de dos años, lo primero fue un levantamiento de los APR de la provincia y, mediante seis variables específicas, establecer un sistema de semáforo que nos permitiera comenzar nuestra labor en aquellos sistemas que mostraban mayor vulnerabilidad. Esa data no estaba disponible, a pesar de tratarse de una de las zonas más afectadas por el cambio climático. Tampoco se había diseñado una solución específica y particular para cada APR, que entonces requería de abastecimiento mediante camiones aljibe, foco en el que también hemos concentrado nuestro trabajo.

No nos convoca ni compete la discusión político-ideológica en torno al acceso al agua, pero nos preocupa que cuando se trata de ella, los criterios y soluciones técnicas son siempre más escasos que las argumentaciones políticas y las evaluaciones ideologizadas.

La meta de llevar agua segura a los APR de Petorca es ambiciosa, pero posible. De hecho, hemos visto que se puede concretar de manera más barata y rápida que lo que tradicionalmente logra el Estado, cuyos vericuetos administrativos ralentizan y encarecen las soluciones. Nuestra experiencia da cuenta de que esto es posible a un costo promedio diez veces menor que el estatal y con una celeridad ostensiblemente mayor. Tenemos evidencia técnica probada.

Finalmente, no está de más recordar que, aunque la provincia de Petorca sea el ícono de la sequía en Chile, se estima que más de dos millones de chilenos y chilenas dependen hoy de sistemas de APR y hay escasez de agua en muchas zonas con menos prensa pero infinitas necesidades que estamos ciertos es posible atender hoy y ahora.

María De Los Ángeles Naudon Dell’oro
Fundación para el Fomento y Desarrollo de Petorca

Fuente: El Mercurio, Jueves 10 de Junio de 2021

EL MERCURIO – “…nos preocupa que cuando se trata de ella, los criterios y soluciones técnicas son siempre más escasos que las argumentaciones políticas y las evaluaciones ideologizadas…”.

Hablar de sequía y pensar en la provincia de Petorca es —a estas alturas del partido— prácticamente la misma cosa: sobreotorgamiento de derechos de agua (DAA), inaceptables casos de extracción ilegal y una abismante falta de infraestructura hídrica, son parte de las causas. Se suma una de carácter estructural: el cambio climático, que, nos guste o no, llegó para quedarse. En los últimos 10 años, las precipitaciones anuales han disminuido en torno al 50% en la zona, lo que agrava la situación de quienes viven ahí, ya que, por su configuración geográfica, la mayoría de sus ríos no depende fundamentalmente de los deshielos de la alta cordillera, sino de las lluvias.

De todos los habitantes de Petorca, los más afectados han sido aquellos que dependen de sistemas de Agua Potable Rural (APR), pues la sequía inhabilitó la infraestructura básica con que contaban —en general, pozos noria de muy baja profundidad— y dejaron de tener agua para consumo humano y domiciliario. En otros casos las conexiones fallaron o de plano nunca existieron, así como bombas que dejaron de funcionar y no hubo presupuesto para arreglarlas. En cualquier caso, frente a contingencias de esa naturaleza, la solución ha sido el reparto de agua a través de camiones aljibe, algo que nosotros consideramos vejatorio, porque creemos firmemente que el acceso a agua para consumo domiciliario es un derecho humano y que debe prevalecer sobre cualquier fin productivo.

¿Se puede garantizar ese derecho en la actualidad? Nuestra convicción, después de más de dos años de trabajo, es que sí. Incluso en Petorca. Y que la solución pasa principalmente por la renovación de la infraestructura existente en los APR, que servían de fuente hace una década, cuando el panorama era otro; y, asimismo, por mejorar y modernizar aquellos componentes que están viejos y obsoletos. Así lo hemos hecho y a la fecha hemos logrado conectar a más de 15 mil personas.

Para renovar infraestructura (construir pozos de mayor profundidad, instalar bombas, sentinas de regulación, instalar o mejorar conexiones, entre otros) se requiere de información técnica. Cada APR es un universo particular, con sus características y necesidades, y garantizarles el consumo humano y domiciliario de agua supone conocerlos. Por eso, llama la atención que, a pesar de que el agua copa la agenda de los medios y que resuenan consignas políticas de todo tipo, en la vereda técnica —que debiera primar— hay menos información y, por supuesto, mucha menos cobertura.

Cuando la Fundación para el Fomento y Desarrollo de Petorca —entidad privada, apolítica y sin fines de lucro, con la misión de garantizar el derecho humano al agua en la zona— inició su trabajo hace más de dos años, lo primero fue un levantamiento de los APR de la provincia y, mediante seis variables específicas, establecer un sistema de semáforo que nos permitiera comenzar nuestra labor en aquellos sistemas que mostraban mayor vulnerabilidad. Esa data no estaba disponible, a pesar de tratarse de una de las zonas más afectadas por el cambio climático. Tampoco se había diseñado una solución específica y particular para cada APR, que entonces requería de abastecimiento mediante camiones aljibe, foco en el que también hemos concentrado nuestro trabajo.

No nos convoca ni compete la discusión político-ideológica en torno al acceso al agua, pero nos preocupa que cuando se trata de ella, los criterios y soluciones técnicas son siempre más escasos que las argumentaciones políticas y las evaluaciones ideologizadas.

La meta de llevar agua segura a los APR de Petorca es ambiciosa, pero posible. De hecho, hemos visto que se puede concretar de manera más barata y rápida que lo que tradicionalmente logra el Estado, cuyos vericuetos administrativos ralentizan y encarecen las soluciones. Nuestra experiencia da cuenta de que esto es posible a un costo promedio diez veces menor que el estatal y con una celeridad ostensiblemente mayor. Tenemos evidencia técnica probada.

Finalmente, no está de más recordar que, aunque la provincia de Petorca sea el ícono de la sequía en Chile, se estima que más de dos millones de chilenos y chilenas dependen hoy de sistemas de APR y hay escasez de agua en muchas zonas con menos prensa pero infinitas necesidades que estamos ciertos es posible atender hoy y ahora.

María De Los Ángeles Naudon Dell’oro
Fundación para el Fomento y Desarrollo de Petorca

Fuente: El Mercurio, Jueves 10 de Junio de 2021

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