Lunes, Diciembre 9, 2024

¿Es posible una ciudad pensada por y para niños, niñas y adolescentes?

PAUTA – “Los niños se levantan, salen de su casa, ocupan todo el espacio público, se trasladan, ocupan el transporte público, los servicios públicos, la calle, las veredas”, comenta la socióloga y consultora en Políticas Públicas, Urbanismo y Participación Ciudadana, Rosario Palacios, quien actualmente está impulsando el diplomado en metodologías participativas para la investigación y el codiseño de proyectos con niños, niñas y adolescentes en la Universidad Católica.

En ese sentido, la participación de los menores en el diseño y planificación de las ciudades se vuelve un factor relevante. En conversación con Plaza Pauta, de Radio Pauta, Palacios descarta que “la mirada de los niños haya estado ausente del todo nunca, pero ha ido cobrando fuerza junto con los derechos de los niños”.

“Cuando se empieza a visibilizar la infancia como un momento importante en el desarrollo de la persona humana, se empieza a reflexionar sobre los derechos de los niños. Todo lo que ha pasado recientemente tiene que ver con esa visibilización, pero no es que antes no estuviera”, añade.

¿Es posible una ciudad pensada por y para niños, niñas y adolescentes?

Según la socióloga, el involucramiento de niños, niñas y adolescentes en temas de ciudad “ha ido muy de la mano de la reflexión en torno a una ciudad de los cuidados, que es un paraguas que tiene una perspectiva más profunda respecto a cómo todos habitamos un mismo espacio que nos cuide y nos ayude a cuidarnos unos a otros”.

En ese sentido, la especialista en planificación urbana plantea que “una ciudad con perspectiva de niñez es una ciudad donde niños, niñas y adolescentes pueden usarla, ser parte de ella, de modo de poder tener acceso a todo lo que la ciudad significa”.

Citando a la arquitecta chilena Joan Macdonald, premio nacional de Urbanismo en 2022, sostiene que “las ciudades inclusivas son ciudades donde todos pueden tener parte, tomar parte y ser parte. Eso es lo que queremos para todas las personas en la ciudad, en la que niños, niñas y adolescentes son un grupo súper importante”.

“En la medida en que los espacios públicos no sean asequibles para niños desde el punto de vista del caminar y la seguridad, es una ciudad que no está hecha para ellos. Por lo tanto, una ciudad inclusiva tiene una pata que tiene que ver con el diseño, pero también con cómo se organiza culturalmente para que niños puedan aprovecharla y vivir en ella”, afirma.

A juicio de la también académica, “una ciudad para niños también es una ciudad para sus cuidadores. Esas ciudades apuntan no solo al espacio de juego, sino también a los servicios para sus padres y cuidadores, y a todo lo que significa una ciudad”.

“Cuando uno toma una perspectiva de ciudad para los niños, no es solo para ellos, no queremos segregarlos del resto. Tiene que ser una cosa inclusiva. No se trata de hacer como la mesa del pellejo, sino de hacer una actividad donde quepamos todos, y que los niños puedan participar desde su etapa de desarrollo en lo que se está viviendo como sociedad toda”, apunta.

En esa línea, enfatiza en que “la niñez es una etapa del desarrollo humano y no es lineal, en el sentido de que no son humanos incompletos, no son menos humanos. Son humanos completísimos, pero están en otra etapa del desarrollo”.

El punto, dice, es “en qué momento, niños y niñas tienen algo que decir respecto a lo que necesitan en la ciudad. Empieza a aparecer con mucha fuerza el derecho a la participación de niños y niñas”.

“Ellos son chicos, no tienen los conocimientos técnicos para decir cómo vamos a diseñar una ciudad. Pero si es una ciudad que ellos van a usar, por supuesto que tienen una voz, y hay que darles ese espacio, respetando la autonomía progresiva, que cada niño tiene un decir respecto a la etapa que está viviendo. No se trata de que le vamos a hacer caso en todo lo que nos digan, pero es muy importante escucharlos. La participación no es pedir y recibir, sino entablar un diálogo”, asevera.

Para Palacios, “se ha avanzado en poner el tema” en el debate. “Es algo que, por lo menos, está en discusión. Si bien los procesos de participación ciudadana todavía no nos hacen el espacio para invitar a niños, nos siguen pidiendo procesos sólo para adultos, por lo menos ya podemos tener ese diálogo con los que nos están mandatando las tareas”, agrega.

“Muchas organizaciones y municipios han empezado a hacer acciones pequeñas, testimoniales, en promover la ciudad para niños, con muy buenos resultados. Esto hay que promoverlo, hay que informarlo, compartir buenas prácticas y, sobre todo, trabajar en red. No puede ser algo sólo de ciudad y urbanismo”, resalta.

Escuche la entrevista completa:

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Fuente: Pauta, Miércoles 12 de Abril de 2023

PAUTA – “Los niños se levantan, salen de su casa, ocupan todo el espacio público, se trasladan, ocupan el transporte público, los servicios públicos, la calle, las veredas”, comenta la socióloga y consultora en Políticas Públicas, Urbanismo y Participación Ciudadana, Rosario Palacios, quien actualmente está impulsando el diplomado en metodologías participativas para la investigación y el codiseño de proyectos con niños, niñas y adolescentes en la Universidad Católica.

En ese sentido, la participación de los menores en el diseño y planificación de las ciudades se vuelve un factor relevante. En conversación con Plaza Pauta, de Radio Pauta, Palacios descarta que “la mirada de los niños haya estado ausente del todo nunca, pero ha ido cobrando fuerza junto con los derechos de los niños”.

“Cuando se empieza a visibilizar la infancia como un momento importante en el desarrollo de la persona humana, se empieza a reflexionar sobre los derechos de los niños. Todo lo que ha pasado recientemente tiene que ver con esa visibilización, pero no es que antes no estuviera”, añade.

¿Es posible una ciudad pensada por y para niños, niñas y adolescentes?

Según la socióloga, el involucramiento de niños, niñas y adolescentes en temas de ciudad “ha ido muy de la mano de la reflexión en torno a una ciudad de los cuidados, que es un paraguas que tiene una perspectiva más profunda respecto a cómo todos habitamos un mismo espacio que nos cuide y nos ayude a cuidarnos unos a otros”.

En ese sentido, la especialista en planificación urbana plantea que “una ciudad con perspectiva de niñez es una ciudad donde niños, niñas y adolescentes pueden usarla, ser parte de ella, de modo de poder tener acceso a todo lo que la ciudad significa”.

Citando a la arquitecta chilena Joan Macdonald, premio nacional de Urbanismo en 2022, sostiene que “las ciudades inclusivas son ciudades donde todos pueden tener parte, tomar parte y ser parte. Eso es lo que queremos para todas las personas en la ciudad, en la que niños, niñas y adolescentes son un grupo súper importante”.

“En la medida en que los espacios públicos no sean asequibles para niños desde el punto de vista del caminar y la seguridad, es una ciudad que no está hecha para ellos. Por lo tanto, una ciudad inclusiva tiene una pata que tiene que ver con el diseño, pero también con cómo se organiza culturalmente para que niños puedan aprovecharla y vivir en ella”, afirma.

A juicio de la también académica, “una ciudad para niños también es una ciudad para sus cuidadores. Esas ciudades apuntan no solo al espacio de juego, sino también a los servicios para sus padres y cuidadores, y a todo lo que significa una ciudad”.

“Cuando uno toma una perspectiva de ciudad para los niños, no es solo para ellos, no queremos segregarlos del resto. Tiene que ser una cosa inclusiva. No se trata de hacer como la mesa del pellejo, sino de hacer una actividad donde quepamos todos, y que los niños puedan participar desde su etapa de desarrollo en lo que se está viviendo como sociedad toda”, apunta.

En esa línea, enfatiza en que “la niñez es una etapa del desarrollo humano y no es lineal, en el sentido de que no son humanos incompletos, no son menos humanos. Son humanos completísimos, pero están en otra etapa del desarrollo”.

El punto, dice, es “en qué momento, niños y niñas tienen algo que decir respecto a lo que necesitan en la ciudad. Empieza a aparecer con mucha fuerza el derecho a la participación de niños y niñas”.

“Ellos son chicos, no tienen los conocimientos técnicos para decir cómo vamos a diseñar una ciudad. Pero si es una ciudad que ellos van a usar, por supuesto que tienen una voz, y hay que darles ese espacio, respetando la autonomía progresiva, que cada niño tiene un decir respecto a la etapa que está viviendo. No se trata de que le vamos a hacer caso en todo lo que nos digan, pero es muy importante escucharlos. La participación no es pedir y recibir, sino entablar un diálogo”, asevera.

Para Palacios, “se ha avanzado en poner el tema” en el debate. “Es algo que, por lo menos, está en discusión. Si bien los procesos de participación ciudadana todavía no nos hacen el espacio para invitar a niños, nos siguen pidiendo procesos sólo para adultos, por lo menos ya podemos tener ese diálogo con los que nos están mandatando las tareas”, agrega.

“Muchas organizaciones y municipios han empezado a hacer acciones pequeñas, testimoniales, en promover la ciudad para niños, con muy buenos resultados. Esto hay que promoverlo, hay que informarlo, compartir buenas prácticas y, sobre todo, trabajar en red. No puede ser algo sólo de ciudad y urbanismo”, resalta.

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Fuente: Pauta, Miércoles 12 de Abril de 2023

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