Martes, Abril 23, 2024

Entrevista a Carlos Cruz, Director Ejecutivo del CPI: “No hay que temer insistir en proyectos como el del tranvía para Antofagasta”

EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA – Convencido que la autoridad debe comenzar a evaluar la modalidad de concesiones urbanas de vías estructurantes y transporte guiado para Antofagasta se mostró el secretario del Consejo de Políticas Públicas de Infraestructura, Carlos Cruz.

El ejecutivo, quien fuera uno de los impulsores del sistema concesional en el país y ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Ricardo Lagos, advirtió que la caída de la inversión en infraestructura está generando brechas que ya comienzan a afectar la productividad del país, por lo que se tornan urgentes de resolver.

¿Cómo analizan el desarrollo de la infraestructura durante los últimos 10 años en el país?

– Nuestro diagnóstico es que si bien hubo un repunte en la inversión durante los últimos años, si hacemos un promedio en la última década no hemos tenido un buen resultado. Nosotros sostenemos que la inversión en infraestructura debe alcanzar cerca del 3,5% del PIB, sin embargo, estamos casi un punto por debajo de esa cifra, como consecuencia de una disminución muy manifiesta de la inversión privada y un alza del gasto público que no alcanza a compensarla. Hemos bajado el ritmo de inversión respecto de los 10 años anteriores y eso se empieza a notar en carencias muy evidentes en distintas regiones del país.

¿Qué factores influyeron en esa caída?

– La impresión que tengo es que en algún momento se pensó que el fuerte empuje en infraestructura que hubo entre la década del 90 y mediados de la década pasada era suficiente para resolver los desafíos que el país tiene en la materia y eso no fue así. El problema es que si bien la tasa de crecimiento del país no es muy alta, hay cosas que han ido aumentando con fuerza como es la importación y tenencia de autos. Eso no se previó adecuadamente y hoy nos pasa la cuenta. Lo mismo sucedió con el tráfico aéreo, lo que está provocando un colapso en buena parte de la infraestructura aeroportuaria.

¿Qué tan grave es la situación?

– No estamos en una situación grave como a comienzos de los 90, pero sí en un escenario donde las brechas empiezan a disminuir los niveles de productividad y eso hay que corregirlo.

¿Reconocen en el sistema de concesiones un modelo exitoso?

– De otra manera no se explica que haya más de 90 proyectos concesionados activos. El sistema significó una transformación fundamental en la infraestructura nacional y ha sido exitoso a nivel carretero, en Santiago con las concesiones urbanas, en el ámbito aeroportuario y en algunas actividades de carácter social como son los
hospitales, que hay que corregir contractualmente, pero que ha mostrando su capacidad para poner a disposición de los usuarios hospitales de calidad.

En Antofagasta ese proceso avanza con rezago y varios estudios revelan importantes brechas en infraestructura como vialidad urbana, espacios públicos y en las áreas portuaria y aeroportuaria. ¿Cómo corregir ese déficit?

– En el caso de la vialidad urbana efectivamente existe un rezago, y eso tiene que ver con la focalización del ministerio de Obras Públicas en los temas de vivienda. Creo que en al caso de Antofagasta y Calama, la autoridad debiera comenzar a pensar en la modalidad de concesiones urbanas de rutas estructurantes y en soluciones de transporte guiado. En este último aspecto, creo que Antofagasta tiene las condiciones para el desarrollo de proyectos como un tranvía -sobre el cual ya hubo iniciativas- y así ofrecer a la comunidad una solución al margen del auto, de tal forma de no reproducir los problemas que hoy tiene Santiago, por ejemplo.

En el tema aeroportuario, se han hecho esfuerzos importantes. Entiendo que se está trabajando a través del MOP en la ampliación de la pista del aeropuerto de Antofagasta, y las renovaciones de las concesiones de Antofagasta y Calama.

Proyectos como el tranvía siempre chocan con los análisis de demanda. ¿La demanda justifica la infraestructura o es ésta la que generará la demanda?

– Esa es la gran pregunta. Lamentablemente, los métodos de evaluación que hoy tenemos no consideran la demanda inducida, solo la proyección de la demanda existente. Yo creo que la infraestructura de buena calidad genera su propia demanda y por lo tanto no hay que tener temor a seguir insistiendo con ese tipo de proyectos porque tienen mucho atractivo y la gente va a preferir usar un buen sistema de transporte público a usar el auto. Hay que revisar los sistemas de evaluación social de proyectos para que iniciativas como esa tengan viabilidad.

¿El recién creado Fondo de Infraestructura puede dar un nuevo impulso ala inversión?

– Esperamos que la capitalización del Fondo -que es una empresa del Estado- se produzca a mediados del próximo año con el traspaso de la primera concesión que sería la Ruta 5 Talca-Chillán. Los excedentes de esa operación debieran invertirse en infraestructura, por lo que efectivamente a futuro puede jugar un rol importante.

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Fuente: El Mercurio de Antofagasta, Lunes 12 de noviembre de 2018

EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA – Convencido que la autoridad debe comenzar a evaluar la modalidad de concesiones urbanas de vías estructurantes y transporte guiado para Antofagasta se mostró el secretario del Consejo de Políticas Públicas de Infraestructura, Carlos Cruz.

El ejecutivo, quien fuera uno de los impulsores del sistema concesional en el país y ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Ricardo Lagos, advirtió que la caída de la inversión en infraestructura está generando brechas que ya comienzan a afectar la productividad del país, por lo que se tornan urgentes de resolver.

¿Cómo analizan el desarrollo de la infraestructura durante los últimos 10 años en el país?

– Nuestro diagnóstico es que si bien hubo un repunte en la inversión durante los últimos años, si hacemos un promedio en la última década no hemos tenido un buen resultado. Nosotros sostenemos que la inversión en infraestructura debe alcanzar cerca del 3,5% del PIB, sin embargo, estamos casi un punto por debajo de esa cifra, como consecuencia de una disminución muy manifiesta de la inversión privada y un alza del gasto público que no alcanza a compensarla. Hemos bajado el ritmo de inversión respecto de los 10 años anteriores y eso se empieza a notar en carencias muy evidentes en distintas regiones del país.

¿Qué factores influyeron en esa caída?

– La impresión que tengo es que en algún momento se pensó que el fuerte empuje en infraestructura que hubo entre la década del 90 y mediados de la década pasada era suficiente para resolver los desafíos que el país tiene en la materia y eso no fue así. El problema es que si bien la tasa de crecimiento del país no es muy alta, hay cosas que han ido aumentando con fuerza como es la importación y tenencia de autos. Eso no se previó adecuadamente y hoy nos pasa la cuenta. Lo mismo sucedió con el tráfico aéreo, lo que está provocando un colapso en buena parte de la infraestructura aeroportuaria.

¿Qué tan grave es la situación?

– No estamos en una situación grave como a comienzos de los 90, pero sí en un escenario donde las brechas empiezan a disminuir los niveles de productividad y eso hay que corregirlo.

¿Reconocen en el sistema de concesiones un modelo exitoso?

– De otra manera no se explica que haya más de 90 proyectos concesionados activos. El sistema significó una transformación fundamental en la infraestructura nacional y ha sido exitoso a nivel carretero, en Santiago con las concesiones urbanas, en el ámbito aeroportuario y en algunas actividades de carácter social como son los
hospitales, que hay que corregir contractualmente, pero que ha mostrando su capacidad para poner a disposición de los usuarios hospitales de calidad.

En Antofagasta ese proceso avanza con rezago y varios estudios revelan importantes brechas en infraestructura como vialidad urbana, espacios públicos y en las áreas portuaria y aeroportuaria. ¿Cómo corregir ese déficit?

– En el caso de la vialidad urbana efectivamente existe un rezago, y eso tiene que ver con la focalización del ministerio de Obras Públicas en los temas de vivienda. Creo que en al caso de Antofagasta y Calama, la autoridad debiera comenzar a pensar en la modalidad de concesiones urbanas de rutas estructurantes y en soluciones de transporte guiado. En este último aspecto, creo que Antofagasta tiene las condiciones para el desarrollo de proyectos como un tranvía -sobre el cual ya hubo iniciativas- y así ofrecer a la comunidad una solución al margen del auto, de tal forma de no reproducir los problemas que hoy tiene Santiago, por ejemplo.

En el tema aeroportuario, se han hecho esfuerzos importantes. Entiendo que se está trabajando a través del MOP en la ampliación de la pista del aeropuerto de Antofagasta, y las renovaciones de las concesiones de Antofagasta y Calama.

Proyectos como el tranvía siempre chocan con los análisis de demanda. ¿La demanda justifica la infraestructura o es ésta la que generará la demanda?

– Esa es la gran pregunta. Lamentablemente, los métodos de evaluación que hoy tenemos no consideran la demanda inducida, solo la proyección de la demanda existente. Yo creo que la infraestructura de buena calidad genera su propia demanda y por lo tanto no hay que tener temor a seguir insistiendo con ese tipo de proyectos porque tienen mucho atractivo y la gente va a preferir usar un buen sistema de transporte público a usar el auto. Hay que revisar los sistemas de evaluación social de proyectos para que iniciativas como esa tengan viabilidad.

¿El recién creado Fondo de Infraestructura puede dar un nuevo impulso ala inversión?

– Esperamos que la capitalización del Fondo -que es una empresa del Estado- se produzca a mediados del próximo año con el traspaso de la primera concesión que sería la Ruta 5 Talca-Chillán. Los excedentes de esa operación debieran invertirse en infraestructura, por lo que efectivamente a futuro puede jugar un rol importante.

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Fuente: El Mercurio de Antofagasta, Lunes 12 de noviembre de 2018

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