Viernes, Marzo 29, 2024

Emplazamiento de megapuerto en San Antonio

LA TERCERA – Aprovechando el inicio de obras del nuevo hospital de San Antonio, la Presidenta de la República anunció que dicha ciudad será la sede del puerto a gran escala (PGE) de la zona central. Se trata de un tema que llevaba varios años en la indefinición, lo que incluso generó roces entre el gobierno del entonces Presidente Sebastián Piñera con parlamentarios y autoridades locales. Posteriormente, a inicios del segundo del gobierno de la Presienta Bachelet, se anunció la decisión de construir el megapuerto, pero sin aclarar su emplazamiento. Si bien es positivo que esta indefinición se haya zanjado, el anuncio dejó una serie de preguntas abiertas que debieran ser aclaradas por la autoridad.

En primer lugar, hay quienes consideran que más que un PGE, lo que el país requiere es una serie de mejoras y ampliaciones de la infraestructura portuaria hoy existente. Por ello habría sido valioso que la decisión anunciada por el gobierno hubiese venido acompañada de una abundante fundamentación técnica, donde habría sido útil conocer, por ejemplo, si hubo una evaluación de proyectos alternativos.

Asimismo, no queda claro qué tan vinculante es el anuncio que ha hecho la mandataria, considerando que restan escasas semanas para que concluya su mandato. Ejemplos como el puente del Chacao, cuyo proyecto fue anunciado en varias oportunidades, reflejan que el solo anuncio no es garantía de viabilidad. Más aún cuando el PGE -cuyo costo se calcula en unos US$ 3.500 millones- es un proyecto que no estará operativo sino dentro de los próximos veinte a veinticinco años, por lo que para que prospere, la prioridad deberá mantenerse durante varios periodos presidenciales. Tampoco hubo claridad respecto de si se contemplan recursos estatales para su realización, ya sea en el puerto mismo o bien para las demás obras asociadas.

En el marco de este debate, sería interesante profundizar sobre las ventajas comparativas de cada una de las ciudades. Más allá de que los especialistas reconocen que las características geográficas de la bahía de San Antonio y la mayor facilidad para desarrollar vías de acceso y demás obras requeridas para el funcionamiento del PGE favorecen a dicha ciudad, tampoco podría desconocerse que la llegada de las nuevas autoridades municipales a Valparaíso ha generado un clima de cierta hostilidad hacia las nuevas inversiones. Estas razones ponen a San Antonio en mejor pie para llevar a cabo esta inversión si ella finalmente se concreta.

La necesidad de contar con una infraestructura portuaria competitiva es crucial para una economía pequeña y abierta al mundo como la chilena; si bien ello no está en discusión, en beneficio de la trasparencia sería deseable conocer en profundidad las razones técnicas que llevaron a que el gobierno optara por privilegiar una obra de esta envergadura en vez de ampliar las capacidades de los terminales ya existentes. Al nuevo gobierno le corresponderá avanzar sobre este anuncio, ya sea pronunciándose a favor, o bien presentando una propuesta distinta, pero en el menor de los plazos para no seguir prolongando la indefinición sobre obras que el país requerirá en el futuro.

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Fuente: La Tercera, Sábado 27 de enero de 2018

LA TERCERA – Aprovechando el inicio de obras del nuevo hospital de San Antonio, la Presidenta de la República anunció que dicha ciudad será la sede del puerto a gran escala (PGE) de la zona central. Se trata de un tema que llevaba varios años en la indefinición, lo que incluso generó roces entre el gobierno del entonces Presidente Sebastián Piñera con parlamentarios y autoridades locales. Posteriormente, a inicios del segundo del gobierno de la Presienta Bachelet, se anunció la decisión de construir el megapuerto, pero sin aclarar su emplazamiento. Si bien es positivo que esta indefinición se haya zanjado, el anuncio dejó una serie de preguntas abiertas que debieran ser aclaradas por la autoridad.

En primer lugar, hay quienes consideran que más que un PGE, lo que el país requiere es una serie de mejoras y ampliaciones de la infraestructura portuaria hoy existente. Por ello habría sido valioso que la decisión anunciada por el gobierno hubiese venido acompañada de una abundante fundamentación técnica, donde habría sido útil conocer, por ejemplo, si hubo una evaluación de proyectos alternativos.

Asimismo, no queda claro qué tan vinculante es el anuncio que ha hecho la mandataria, considerando que restan escasas semanas para que concluya su mandato. Ejemplos como el puente del Chacao, cuyo proyecto fue anunciado en varias oportunidades, reflejan que el solo anuncio no es garantía de viabilidad. Más aún cuando el PGE -cuyo costo se calcula en unos US$ 3.500 millones- es un proyecto que no estará operativo sino dentro de los próximos veinte a veinticinco años, por lo que para que prospere, la prioridad deberá mantenerse durante varios periodos presidenciales. Tampoco hubo claridad respecto de si se contemplan recursos estatales para su realización, ya sea en el puerto mismo o bien para las demás obras asociadas.

En el marco de este debate, sería interesante profundizar sobre las ventajas comparativas de cada una de las ciudades. Más allá de que los especialistas reconocen que las características geográficas de la bahía de San Antonio y la mayor facilidad para desarrollar vías de acceso y demás obras requeridas para el funcionamiento del PGE favorecen a dicha ciudad, tampoco podría desconocerse que la llegada de las nuevas autoridades municipales a Valparaíso ha generado un clima de cierta hostilidad hacia las nuevas inversiones. Estas razones ponen a San Antonio en mejor pie para llevar a cabo esta inversión si ella finalmente se concreta.

La necesidad de contar con una infraestructura portuaria competitiva es crucial para una economía pequeña y abierta al mundo como la chilena; si bien ello no está en discusión, en beneficio de la trasparencia sería deseable conocer en profundidad las razones técnicas que llevaron a que el gobierno optara por privilegiar una obra de esta envergadura en vez de ampliar las capacidades de los terminales ya existentes. Al nuevo gobierno le corresponderá avanzar sobre este anuncio, ya sea pronunciándose a favor, o bien presentando una propuesta distinta, pero en el menor de los plazos para no seguir prolongando la indefinición sobre obras que el país requerirá en el futuro.

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Fuente: La Tercera, Sábado 27 de enero de 2018

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