EL MERCURIO – Uno de los desafíos de una urbe que vive en constante desarrollo es la conexión entre las zonas que la conforman. Facilitar la movilidad es crucial para quienes habitan Santiago, porque de ese factor depende el tiempo que se dedica para llegar a lugares de trabajo o estudio.
En 2016 —antes de la entrada en operación de la Línea 6—, cerca de 1,3 millones de personas vivían a menos de 35 minutos de la Plaza de Armas, en el centro de Santiago, trasladándose en metro. Esto, ya que eran 11 mil las hectáreas que, a través de la red subterránea, estaban en ese rango.
Pero para 2026, serán 2,2 millones de personas las que, en poco más de media hora, podrán viajar desde sus hogares hasta el centro. “Cuando todos los proyectos que hoy tenemos en ejecución estén operando, la superficie a 35 minutos del centro aumentará a 20.490 hectáreas, casi un 80% más que hoy, lo que representa un factor de equidad muy importante para nuestra sociedad”, enfatiza Louis de Grange, presidente de Metro.
Pero para 2026, serán 2,2 millones de personas las que, en poco más de media hora, podrán viajar desde sus hogares hasta el centro.
“Cuando todos los proyectos que hoy tenemos en ejecución estén operando, la superficie a 35 minutos del centro aumentará a 20.490 hectáreas, casi un 80% más que hoy, lo que representa un factor de equidad muy importante para nuestra sociedad”, enfatiza Louis de Grange, presidente de Metro.
Las iniciativas
La clave se encuentra en que la empresa ejecutará varios proyectos simultáneamente: la Línea 7, que unirá a Renca con Vitacura; la 8, entre Providencia y Puente Alto; y la 9, que conectará a Santiago con La Pintana. Además, también están en desarrollo las extensiones de la Línea 4 en Puente Alto, y la 2 y 3, a Quilicura, El Bosque y San Bernardo.
Cristián Araneda, gerente de Estudios de la empresa Mapcity, explica que con las iniciativas “se añaden nuevas áreas dentro de los 35 minutos de distancia que antes no estaban cubiertas”, como es el caso de Conchalí, Huechuraba, Quilicura, Quinta Normal, Cerro Navia, Vitacura, Ñuñoa, San Miguel, San Joaquín, La Granja y San Ramón.
Añade que, frente a este escenario, para “estas comunas se presentan grandes oportunidades de desarrollo inmobiliario y renovación urbana”.
Un potencial enorme
“Lo que ha pasado en Santiago es que producto de la congestión se ha ido achicando, justamente, el espacio donde la gente quiere vivir, y eso ha implicado que se han tenido que ir muy lejos y que han subido mucho los precios de las viviendas”, plantea Iván Poduje, urbanista y director de la Fundación Espacio Público.
En esa línea, postula que “al ampliar el territorio que queda a menos tiempo, se abren nuevas opciones de vivienda donde antes no existían, que son de menor costo y se revalorizan comunas que hoy no están en el mapa de atributos”.
Una opinión compartida por Julio Nazar, académico de la Facultad de Arquitectura y Arte de la U. del Desarrollo, quien apunta a que “se reduce el tamaño de Santiago desde el punto de vista temporal, lo que redunda en una mejora en la calidad de vida, ya que minimiza el descontento o estrés que provoca estar lejos de los polos céntricos”.
Además, agrega que “un punto importante a trabajar a futuro es que esta red trabaje en armonía con el transporte que va por superficie”.
Para Franco Basso, académico de Ingeniería de la U. Diego Portales, esto “es un cambio importante, ya que permite disminuir los tiempos de viaje que pueden llegar a cerca del 50% o 60% de los tiempos actuales, lo que posibilita mejorar la calidad de vida de los santiaguinos”.
Tercer Milenio debutaría el segundo semestre de 2019
Ayer, el Ministerio de Transportes presentó los contenidos esenciales que tendrán las bases de licitación del Transantiago, que se deberían presentar a fin de año para iniciar el proceso que busca cambiar el rostro del transporte capitalino.
De acuerdo con la información entregada, el proceso se realizará de manera gradual: entre 2018 y 2019 se hará la licitación de las cuatro unidades cuyos contratos están por vencer (que representan al 50% del sistema), mientras que entre 2020 y 2022 se realizará la de las otras tres unidades.
La ministra Gloria Hutt dijo que el sistema debutará en 2019: “Va a empezar desde el segundo semestre del próximo año; en ese período debería ser ya visible en la calle la convivencia de dos modelos”.
Sobre los detalles, el sistema pasará de cuatro a diez unidades de servicios, para que cada una de ellas administre una flota de 300 buses, 700 menos de los cerca de mil que hoy operan. Además, contará con contratos de menor extensión, pasando de diez a cinco años y con una nueva figura: el proveedor de buses, que será el encargado de facilitar los vehículos a los operadores.
Según la ministra Hutt, este es el primer componente que ponernos en marcha del plan Tercer Milenio, que tiene más etapas y es más que solo el Transantiago. Es un concepto de mejor transporte en la capital y en las regiones; incluye servicios ferroviarios, teleféricos y otros modos”.
Fuente: El Mercurio, Miércoles, 12 de septiembre de 2018