Sábado, Octubre 5, 2024

Chile da pasos para modernizar y digitalizar la construcción

EL MERCURIO – Modelar un edificio en un computador, saber que las cañerías del agua estarán a suficiente distancia de las bandejas de electricidad, calcular con exactitud los materiales que implicará la obra y su tiempo de ejecución, y ver cómo lucirá el mobiliario o el tono del piso son solo algunas de las ventajas del BIM (Building In-formation Modeling), método basado en tecnología que se aplica en la industria de la construcción y que cobra cada vez más fuerza.

Su uso no solo hace más eficiente todo el proceso, sino que también es condición para la construcción robotizada, aquella que utiliza autómatas que crean partes precisas que luego son montadas como si fueran piezas de Lego.

BIM permite que todos las actores del proceso de la construcción hablen el mismo idioma. En la etapa inicial —el diseño en el computador— se puede ver la edificación en tres dimensiones, navegar en su interior y entre sus paredes. Antes de empezar a construir, ya se puede observar cómo quedará la disposición de las espacias o la luz natural que entrará según su orientación. También resolver problemas que se ven en la maqueta digital y que se solucionan antes de empezar la construcción.

“Un modelo BIM es un diseño tridimensional digital mezclado con una base de datos en que están todos los detalles del proyecto. Por ejemplo, los fabricantes de puertas ya tienen objetos BIM, que los arquitectos o ingenieros añaden en su modelo digital. No solo incorporan sus dimensiones y precio, sino también saben cómo se comporta térmicamente para hacer modelos del gasto energético en calefacción”, dice Carolina Soto, directora ejecutiva del Plan BIM, una iniciativa del Comité de Transformación Digital de Corfo.

Desde 2015 que el Estado quiere impulsar esta metodología. “La industria de la construcción tiene problemas de eficiencia. En Chile se construye un 40% menos de lo que se hace en EE.UU. con las mismas horas/hombre”, aclara Soto. Y esto sucede, entre otros factores, porque es una industria fragmentada en que los distintos actores (arquitectos, ingenieros, constructores, en-cargados de climatización, etc.) no se comunican de manera fluida. “En el traspaso de la información se producen los errores y la ineficiencia”, dice Soto.

Es lo que es

El Reino Unido ha logrado reducir los costos de diseño y construcción de proyectos entre un 12 y un 20% al usar BIM. En otras palabras, con los mismos recursos que construían cinco colegios, ahora construyen siete.

De ahí que el Plan BIM se ha puesto la meta de que al 2020 las licitaciones para proyectos de edificación e infraestructura pública incorporen BIM. Ya se han suscrito a esta medida instituciones del Estado como los ministerios de Salud, Vivienda, Obras Públicas y Educación, entre otros, como también la Cámara Chilena de la Construcción.

Uno de los pioneros en usar BIM en Chile es Manuel Saavedra, gerente general de AEC Shift, empresa de gestión de productividad en el área de la construcción. Cuenta que eliminaron en un 100% las inconsistencias y errores que son parte de un proyecto por diversos factores. “En la oficina eliminamos impresoras y plotters, porque toda la cadena de información se hace con docu-mentos digitales”, aclara.

BIM también es la piedra angular para la nueva construcción robotizada. En el país la usa la empresa Baumax. “Diseñamos las modelos en BIM para que un robot cree los moldes en los cuales se vierte el material. Esas piezas de hormigón son llevadas luego a la construcción, donde se montan con suma precisión”, dice Sebastián Luders, gerente técnico de I+D en Baumax.

Esto les ha permitido ahorros de tiempo significativos, cercanos al 30%. “Hemos trabajado con la Inmobiliaria Manquehue y construido edificios de cinco pisos en Concepción, entre otros. La gran ventaja es que no hay interpretación humana: lo que diseñas es finalmente lo que obtienes, y eso es difícil de conseguir en la construcción tradicional”, dice. En otros países, esta metodología en vez de reemplazar al obrero le da una herramienta adicional. “Los maestros usan lentes como los HoloLens (realidad aumentada), para ver una representación digital de lo que tienen que construir yen el lugar en que deben hacerlo”, dice Soto.

Ver Artículo

Fuente: El Mercurio, Martes 17 de julio de 2018

EL MERCURIO – Modelar un edificio en un computador, saber que las cañerías del agua estarán a suficiente distancia de las bandejas de electricidad, calcular con exactitud los materiales que implicará la obra y su tiempo de ejecución, y ver cómo lucirá el mobiliario o el tono del piso son solo algunas de las ventajas del BIM (Building In-formation Modeling), método basado en tecnología que se aplica en la industria de la construcción y que cobra cada vez más fuerza.

Su uso no solo hace más eficiente todo el proceso, sino que también es condición para la construcción robotizada, aquella que utiliza autómatas que crean partes precisas que luego son montadas como si fueran piezas de Lego.

BIM permite que todos las actores del proceso de la construcción hablen el mismo idioma. En la etapa inicial —el diseño en el computador— se puede ver la edificación en tres dimensiones, navegar en su interior y entre sus paredes. Antes de empezar a construir, ya se puede observar cómo quedará la disposición de las espacias o la luz natural que entrará según su orientación. También resolver problemas que se ven en la maqueta digital y que se solucionan antes de empezar la construcción.

“Un modelo BIM es un diseño tridimensional digital mezclado con una base de datos en que están todos los detalles del proyecto. Por ejemplo, los fabricantes de puertas ya tienen objetos BIM, que los arquitectos o ingenieros añaden en su modelo digital. No solo incorporan sus dimensiones y precio, sino también saben cómo se comporta térmicamente para hacer modelos del gasto energético en calefacción”, dice Carolina Soto, directora ejecutiva del Plan BIM, una iniciativa del Comité de Transformación Digital de Corfo.

Desde 2015 que el Estado quiere impulsar esta metodología. “La industria de la construcción tiene problemas de eficiencia. En Chile se construye un 40% menos de lo que se hace en EE.UU. con las mismas horas/hombre”, aclara Soto. Y esto sucede, entre otros factores, porque es una industria fragmentada en que los distintos actores (arquitectos, ingenieros, constructores, en-cargados de climatización, etc.) no se comunican de manera fluida. “En el traspaso de la información se producen los errores y la ineficiencia”, dice Soto.

Es lo que es

El Reino Unido ha logrado reducir los costos de diseño y construcción de proyectos entre un 12 y un 20% al usar BIM. En otras palabras, con los mismos recursos que construían cinco colegios, ahora construyen siete.

De ahí que el Plan BIM se ha puesto la meta de que al 2020 las licitaciones para proyectos de edificación e infraestructura pública incorporen BIM. Ya se han suscrito a esta medida instituciones del Estado como los ministerios de Salud, Vivienda, Obras Públicas y Educación, entre otros, como también la Cámara Chilena de la Construcción.

Uno de los pioneros en usar BIM en Chile es Manuel Saavedra, gerente general de AEC Shift, empresa de gestión de productividad en el área de la construcción. Cuenta que eliminaron en un 100% las inconsistencias y errores que son parte de un proyecto por diversos factores. “En la oficina eliminamos impresoras y plotters, porque toda la cadena de información se hace con docu-mentos digitales”, aclara.

BIM también es la piedra angular para la nueva construcción robotizada. En el país la usa la empresa Baumax. “Diseñamos las modelos en BIM para que un robot cree los moldes en los cuales se vierte el material. Esas piezas de hormigón son llevadas luego a la construcción, donde se montan con suma precisión”, dice Sebastián Luders, gerente técnico de I+D en Baumax.

Esto les ha permitido ahorros de tiempo significativos, cercanos al 30%. “Hemos trabajado con la Inmobiliaria Manquehue y construido edificios de cinco pisos en Concepción, entre otros. La gran ventaja es que no hay interpretación humana: lo que diseñas es finalmente lo que obtienes, y eso es difícil de conseguir en la construcción tradicional”, dice. En otros países, esta metodología en vez de reemplazar al obrero le da una herramienta adicional. “Los maestros usan lentes como los HoloLens (realidad aumentada), para ver una representación digital de lo que tienen que construir yen el lugar en que deben hacerlo”, dice Soto.

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Fuente: El Mercurio, Martes 17 de julio de 2018

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