Jueves, Octubre 3, 2024

Carlos Cruz: “Es necesario realizar un trabajo público-privado para recuperar la confianza en la industria concesional”

CPI – Al intervenir en un seminario del Instituto Libertad y Desarrollo, el director ejecutivo del CPI se refirió a los desafíos del sector, señalando que es prioritario que los proyectos que se diseñen, de ahora en adelante, incorporen a las personas como centro.
“Si no hay un sector privado dispuesto a invertir en infraestructura pública el país va a tener un rezago importante en su crecimiento, por eso es clave pensar cómo lograr que la industria de las concesiones recupere el sitial y rol que le corresponde dentro de la sociedad”, afirmó el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz, en una entrevista concedida al Instituto Libertad y Desarrollo en el marco del seminario “Concesiones para la reactivación: ¿Lo lograremos?”.
Durante el evento -organizado por ILD y COPSA- Cruz hizo un detallado análisis de la historia del modelo de concesiones y sus desafíos futuros.
Indicó que hoy en el mundo, especialmente en Europa, ya no se habla de la infraestructura como una industria de fierro y cemento, sino de una industria que aspira a poner a la persona en el centro.
Detalló que se está hablando del concepto “people first”, donde las asociaciones público privadas (APP) contemplan en el desarrollo de sus proyectos una serie de elementos -alineados con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de la ONU- como la contribución a los problemas de pobreza, que sean facilitadores del crecimiento, tengan licencia ambiental y social, incorporen las lógicas de la inclusión y, por sobre todo, de la transparencia y probidad.
“Estos elementos -afirmó- deberíamos incorporarlos en el diseño de los proyectos para contribuir a devolver confianza y legitimidad a la industria concesional. Para ello, hay que construir un camino de trabajo conjunto entre sector público y privado para reencontrar las confianzas necesarias y proyectarse en el largo plazo. Este es un buen momento para hacerlo y tomarnos el tiempo necesario para ello, especialmente porque las concesiones no contribuirán a resolver el problema del empleo en el corto plzo, pero si pueden ser una señal de confianza en el mediano y largo plazo”.
La evolución del  sistema
 Al referirse a los inicios de la industria de las concesiones en Chile -que se remontan al gobierno del Presidente Patricio Aylwin, siendo impulsada posteriormente en los gobiernos de los  presidentes Frei y Lagos- el director ejecutivo del CPI subrayó que implicó un cambio de paradigma en la forma en que se desarrollaban los proyectos de infraestructura en nuestro país.
Para poner en marcha este nuevo modelo, se identificaron aquellos proyectos de primera necesidad para recuperar el déficit de infraestructura de los últimos 20 años, resultante de la crisis del 82. En este escenario, Chile mantuvo su apertura a los mercados exteriores, y para mejorar su competitividad, era imprescindible contar con infraestructura de calidad. El primer conjunto de proyectos -que incluía el  desdoblamiento de  la Ruta 5 desde la Serena a Puerto Montt y carreteras transversales- se promovió adecuadamente en el mundo y se logró constituir una base incipiente de una industria que luego fue exitosa.
“La comunicación entre el sector público y privado fue fundamental para acceder con éxito a los principales capitales de esta industria en el mundo. La alta participación de empresas interesadas en las licitaciones permitió validar el proceso de estructuración  de contratos diseñado, que incluyó una adecuada asignación de riesgos para los privados, y el apoyo del gobierno, que asumió a su vez ciertos riesgos de demanda. El diseño del sistema de seguro de ingreso mínimo que se ofrecía a las compañías, más la exigencia de capital, permitieron cubrir la plenitud de los contratos, por tanto generó una muy buena disposición del sector financiero para apoyar este proceso”, explicó Carlos Cruz.
Salir a buscar a las empresas al mundo, dar a conocer a Chile como un país disponible y abierto a la inversión extranjera con buenos contratos y con el respaldo de autoridades políticas, fue un elemento central. Adicionalmente se creó un marco legal que, tras algunas correcciones  impulsadas especialmente por parlamentarios de derecha, permitió  evitar el uso excesivo del poder del Estado en contra de concesionarios que hacían apuestas  a largo plazo en el país.
“Los buenos resultados de las distintas iniciativas promovidas quedan en evidencia en el hecho de que la Ley de Infraestructura Pública del MOP fue posteriormente usada como ejemplo en varios países del mundo. En España, por ejemplo, se hablaba del modelo de concesiones chileno. Fue muy virtuoso instalar una idea de politica de Estado que fue validada por unanimidad en el parlamento”, aseveró Cruz.
Luego, el director ejecutivo del CPI describió una serie de factores que han ido  erosionando progresivamente la confianza en el sistema concesional, como queda en evidencia en la última encuesta CADEM, en la que se sitúa al sistema de concesiones sólo mejor posicionado que las AFP y las ISAPRE entre 27 servicios diferentes.
Entre las razones que explican esto  destacó la crisis institucional que se vivió el 2003, conocido como “Caso MOP-Gate”,  que dejó en evidencia que la industria fue capaz de desplegarse con mucha fortaleza, pero  la  institución de contraparte de este proceso (Coordinación General de Concesiones del MOP) no la acompañó  por falta de recursos financieros,  humanos y normativa.
“Esa crisis -dijo- fue el inicio de un proceso de instalación de desconfianza que nunca se revirtió porque desde el gobierno hubo una especie de parálisis, fue utilizado por la oposición para minar la credibilidad del gobierno y la industria no pudo explicar cuáles eran los requerimientos institucionales para seguir avanzando adecuadamente. Recién el año 2018 se puso en marcha la Dirección General de Concesiones en el MOP adquiriendo el sistema la madurez institucional que la industria ya venía mostrando desde hace casi 15 años”.
Otro elemento que contribuyó, en opinión de Cruz, a la mala calificación que tiene el sistema se incubó en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet donde se generó la idea de que las concesionarias tenían más poder  que el Estado. En esa línea, se hicieron modificaciones a la Ley de Concesiones el año 2009. “Ahí quedó refrendado -sostuvo- que había una parte pública débil ante estos ´monstruos’ que venían a desarrollar una industria que sólo los beneficaba a ellos”.
A esto se sumaron los problemas que enfrentaron algunas concesiones hospitalarias, donde se instalaron verdades no ciertas que no sólo reforzaron la desconfianza en el sistema, sino que paralizaron las concesiones en ese sector, generando un déficit que quedó en evidencia durante la pandemia por el Covid 19.
“Hay que destacar que hay una evidente falta de correspondencia entre el nivel de servicios que hoy ofrece el sistema de concesiones viales y las tarifas, especialmente  en el caso de las concesiones urbanas. Dados los problemas de confianza que se fueron incubando con el tiempo, la reacción fue rigidizar los contratos y por lo tanto no permitir que estos se adaptaran a las exigencias de la demanda. Esto provoca mucha insatisfacción por parte de los usuarios”, sostuvo Carlos  Cruz.
Ante estimó que la reacción del MOP tampoco ha sido la adecuada. Su discurso de que los mecanismos de reajuste no eran los que correspondían  y que el cobro de las tarifas de saturación, tal como se venía haciendo hace ya algún tiempo,  era abusiva le generó un problema a la industria y a la propia institución encargada de la supervisión y regulación del sistema tarifario. “Da la impresión que unos se aprovechan y los otros no hacen su trabajo”, graficó.
El director ejecutivo del CPI, agregó que las empresas tampoco han sido proactivas ni transparentes a la hora de explicar el por qué de sus rentabilidades, quedando la sensación en la opinión pública de que persiven rentas excesivas.
“También ha habido lejanía de las empresas con sus comunidades. Estos son proyectos que intervienen poderosamente el territorio; eso requiere de una comprensión de la comunidad a la que afecta. Hay un cierto juicio injusto, pero también con un mal manejo de su inserción  territorial  y comunicacional de las concesionarias”, enfatizó.
Concluyó indicando que todos estos son aspectos que hay que considerar a la hora de proyectar el sistema hacia el futuro.
“Lo único cierto -enfatizó- es que si no se recompne la relación entre el sector público y el sector privado para invertir en infraestructura pública y no se recupera la confianza ciudadana en esta forma de proceder, nos  veremos  enfrentado a un défcit de infraestructura que afectará el  crecimiento en forma muy significativa y por lo tanto, la posibilidad de hacernos cargo como país de las enormes demandas socioales que han emergido de las criris hídirca, del 18 de octubre, de la crisis social y, actualmente, de la criris económica y de empleo”.
Cómo conectar con las personas
El seminario, organizado por LyD y COPSA, incluyó un debate moderado por Pablo Allard, Decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo y consejero del CPI, donde se plantearon los problemas que sufren hoy las concesionarias y cuáles podrían ser las posibles soluciones.
Loreto Silva, ex ministra de Obras Públicas y consejera del CPI,afirmó que “la crisis que se vive es porque la industria no ha puesto en el centro a las personas”.
En misma línea, Iván Poduje, arquitecto urbanista y también consejero del CPI, enfatizó que “acá el tema es como la industria se conecta con las personas, hay que cambiar el foco del discurso, orientarse a la calidad del servicio a las personas”.
Por otro lado, la senadora Ena Von Baer, presidenta de la Comisión de OO.PP del Senado,  manifestó que “la cuestión es si es que como país queremos que los privados participen de la solución de los problemas públicos. Pero los privados también tienen que entender que las personas no tienen opciones frente a estos servicios, uno no puede elegir la empresa del agua por ejemplo, por eso es importante que las personas sean el centro de esto”.
Por último, Leonardo Daneri, presidente de COPSA y de la Corporación del CPI, fue el encargado de cerrar la cita , concluyendo que debemos adaptarnos a los nuevos tiempos y las nuevas necesidades de los usuarios.
Fuente: CPI, Jueves 17 de Septiembre de 2020

CPI – Al intervenir en un seminario del Instituto Libertad y Desarrollo, el director ejecutivo del CPI se refirió a los desafíos del sector, señalando que es prioritario que los proyectos que se diseñen, de ahora en adelante, incorporen a las personas como centro.
“Si no hay un sector privado dispuesto a invertir en infraestructura pública el país va a tener un rezago importante en su crecimiento, por eso es clave pensar cómo lograr que la industria de las concesiones recupere el sitial y rol que le corresponde dentro de la sociedad”, afirmó el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz, en una entrevista concedida al Instituto Libertad y Desarrollo en el marco del seminario “Concesiones para la reactivación: ¿Lo lograremos?”.
Durante el evento -organizado por ILD y COPSA- Cruz hizo un detallado análisis de la historia del modelo de concesiones y sus desafíos futuros.
Indicó que hoy en el mundo, especialmente en Europa, ya no se habla de la infraestructura como una industria de fierro y cemento, sino de una industria que aspira a poner a la persona en el centro.
Detalló que se está hablando del concepto “people first”, donde las asociaciones público privadas (APP) contemplan en el desarrollo de sus proyectos una serie de elementos -alineados con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) de la ONU- como la contribución a los problemas de pobreza, que sean facilitadores del crecimiento, tengan licencia ambiental y social, incorporen las lógicas de la inclusión y, por sobre todo, de la transparencia y probidad.
“Estos elementos -afirmó- deberíamos incorporarlos en el diseño de los proyectos para contribuir a devolver confianza y legitimidad a la industria concesional. Para ello, hay que construir un camino de trabajo conjunto entre sector público y privado para reencontrar las confianzas necesarias y proyectarse en el largo plazo. Este es un buen momento para hacerlo y tomarnos el tiempo necesario para ello, especialmente porque las concesiones no contribuirán a resolver el problema del empleo en el corto plzo, pero si pueden ser una señal de confianza en el mediano y largo plazo”.
La evolución del  sistema
 Al referirse a los inicios de la industria de las concesiones en Chile -que se remontan al gobierno del Presidente Patricio Aylwin, siendo impulsada posteriormente en los gobiernos de los  presidentes Frei y Lagos- el director ejecutivo del CPI subrayó que implicó un cambio de paradigma en la forma en que se desarrollaban los proyectos de infraestructura en nuestro país.
Para poner en marcha este nuevo modelo, se identificaron aquellos proyectos de primera necesidad para recuperar el déficit de infraestructura de los últimos 20 años, resultante de la crisis del 82. En este escenario, Chile mantuvo su apertura a los mercados exteriores, y para mejorar su competitividad, era imprescindible contar con infraestructura de calidad. El primer conjunto de proyectos -que incluía el  desdoblamiento de  la Ruta 5 desde la Serena a Puerto Montt y carreteras transversales- se promovió adecuadamente en el mundo y se logró constituir una base incipiente de una industria que luego fue exitosa.
“La comunicación entre el sector público y privado fue fundamental para acceder con éxito a los principales capitales de esta industria en el mundo. La alta participación de empresas interesadas en las licitaciones permitió validar el proceso de estructuración  de contratos diseñado, que incluyó una adecuada asignación de riesgos para los privados, y el apoyo del gobierno, que asumió a su vez ciertos riesgos de demanda. El diseño del sistema de seguro de ingreso mínimo que se ofrecía a las compañías, más la exigencia de capital, permitieron cubrir la plenitud de los contratos, por tanto generó una muy buena disposición del sector financiero para apoyar este proceso”, explicó Carlos Cruz.
Salir a buscar a las empresas al mundo, dar a conocer a Chile como un país disponible y abierto a la inversión extranjera con buenos contratos y con el respaldo de autoridades políticas, fue un elemento central. Adicionalmente se creó un marco legal que, tras algunas correcciones  impulsadas especialmente por parlamentarios de derecha, permitió  evitar el uso excesivo del poder del Estado en contra de concesionarios que hacían apuestas  a largo plazo en el país.
“Los buenos resultados de las distintas iniciativas promovidas quedan en evidencia en el hecho de que la Ley de Infraestructura Pública del MOP fue posteriormente usada como ejemplo en varios países del mundo. En España, por ejemplo, se hablaba del modelo de concesiones chileno. Fue muy virtuoso instalar una idea de politica de Estado que fue validada por unanimidad en el parlamento”, aseveró Cruz.
Luego, el director ejecutivo del CPI describió una serie de factores que han ido  erosionando progresivamente la confianza en el sistema concesional, como queda en evidencia en la última encuesta CADEM, en la que se sitúa al sistema de concesiones sólo mejor posicionado que las AFP y las ISAPRE entre 27 servicios diferentes.
Entre las razones que explican esto  destacó la crisis institucional que se vivió el 2003, conocido como “Caso MOP-Gate”,  que dejó en evidencia que la industria fue capaz de desplegarse con mucha fortaleza, pero  la  institución de contraparte de este proceso (Coordinación General de Concesiones del MOP) no la acompañó  por falta de recursos financieros,  humanos y normativa.
“Esa crisis -dijo- fue el inicio de un proceso de instalación de desconfianza que nunca se revirtió porque desde el gobierno hubo una especie de parálisis, fue utilizado por la oposición para minar la credibilidad del gobierno y la industria no pudo explicar cuáles eran los requerimientos institucionales para seguir avanzando adecuadamente. Recién el año 2018 se puso en marcha la Dirección General de Concesiones en el MOP adquiriendo el sistema la madurez institucional que la industria ya venía mostrando desde hace casi 15 años”.
Otro elemento que contribuyó, en opinión de Cruz, a la mala calificación que tiene el sistema se incubó en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet donde se generó la idea de que las concesionarias tenían más poder  que el Estado. En esa línea, se hicieron modificaciones a la Ley de Concesiones el año 2009. “Ahí quedó refrendado -sostuvo- que había una parte pública débil ante estos ´monstruos’ que venían a desarrollar una industria que sólo los beneficaba a ellos”.
A esto se sumaron los problemas que enfrentaron algunas concesiones hospitalarias, donde se instalaron verdades no ciertas que no sólo reforzaron la desconfianza en el sistema, sino que paralizaron las concesiones en ese sector, generando un déficit que quedó en evidencia durante la pandemia por el Covid 19.
“Hay que destacar que hay una evidente falta de correspondencia entre el nivel de servicios que hoy ofrece el sistema de concesiones viales y las tarifas, especialmente  en el caso de las concesiones urbanas. Dados los problemas de confianza que se fueron incubando con el tiempo, la reacción fue rigidizar los contratos y por lo tanto no permitir que estos se adaptaran a las exigencias de la demanda. Esto provoca mucha insatisfacción por parte de los usuarios”, sostuvo Carlos  Cruz.
Ante estimó que la reacción del MOP tampoco ha sido la adecuada. Su discurso de que los mecanismos de reajuste no eran los que correspondían  y que el cobro de las tarifas de saturación, tal como se venía haciendo hace ya algún tiempo,  era abusiva le generó un problema a la industria y a la propia institución encargada de la supervisión y regulación del sistema tarifario. “Da la impresión que unos se aprovechan y los otros no hacen su trabajo”, graficó.
El director ejecutivo del CPI, agregó que las empresas tampoco han sido proactivas ni transparentes a la hora de explicar el por qué de sus rentabilidades, quedando la sensación en la opinión pública de que persiven rentas excesivas.
“También ha habido lejanía de las empresas con sus comunidades. Estos son proyectos que intervienen poderosamente el territorio; eso requiere de una comprensión de la comunidad a la que afecta. Hay un cierto juicio injusto, pero también con un mal manejo de su inserción  territorial  y comunicacional de las concesionarias”, enfatizó.
Concluyó indicando que todos estos son aspectos que hay que considerar a la hora de proyectar el sistema hacia el futuro.
“Lo único cierto -enfatizó- es que si no se recompne la relación entre el sector público y el sector privado para invertir en infraestructura pública y no se recupera la confianza ciudadana en esta forma de proceder, nos  veremos  enfrentado a un défcit de infraestructura que afectará el  crecimiento en forma muy significativa y por lo tanto, la posibilidad de hacernos cargo como país de las enormes demandas socioales que han emergido de las criris hídirca, del 18 de octubre, de la crisis social y, actualmente, de la criris económica y de empleo”.
Cómo conectar con las personas
El seminario, organizado por LyD y COPSA, incluyó un debate moderado por Pablo Allard, Decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo y consejero del CPI, donde se plantearon los problemas que sufren hoy las concesionarias y cuáles podrían ser las posibles soluciones.
Loreto Silva, ex ministra de Obras Públicas y consejera del CPI,afirmó que “la crisis que se vive es porque la industria no ha puesto en el centro a las personas”.
En misma línea, Iván Poduje, arquitecto urbanista y también consejero del CPI, enfatizó que “acá el tema es como la industria se conecta con las personas, hay que cambiar el foco del discurso, orientarse a la calidad del servicio a las personas”.
Por otro lado, la senadora Ena Von Baer, presidenta de la Comisión de OO.PP del Senado,  manifestó que “la cuestión es si es que como país queremos que los privados participen de la solución de los problemas públicos. Pero los privados también tienen que entender que las personas no tienen opciones frente a estos servicios, uno no puede elegir la empresa del agua por ejemplo, por eso es importante que las personas sean el centro de esto”.
Por último, Leonardo Daneri, presidente de COPSA y de la Corporación del CPI, fue el encargado de cerrar la cita , concluyendo que debemos adaptarnos a los nuevos tiempos y las nuevas necesidades de los usuarios.
Fuente: CPI, Jueves 17 de Septiembre de 2020

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