Sábado, Diciembre 7, 2024

Capacidad portuaria al debe

LA PRENSA AUSTRAL – El tema portuario ha sido, sin lugar a dudas, una de las materias más estudiadas en las últimas décadas.

A fines del gobierno militar y cuando ya se había reconocido la necesidad de contar con una nueva infraestructura portuaria se llegó a crear una comisión puerto que operó con mucho entusiasmo pero que llegó a una sola conclusión: el nuevo puerto sería construido por el próximo gobierno.

Así se llegó a la etapa de los sueños. Una gran dársena en Bahía Catalina surgió como una potente propuesta que el correr del tiempo y el análisis de los números terminaron por derribar. En los inicios del segundo gobierno de la Concertación se concluyó, una vez más, que la infraestructura portuaria de Punta Arenas era insuficiente. Del proyecto puerto se derivó a una propuesta más sencilla, un muelle en Bahía Catalina que hoy lleva el nombre del Gobernador Mardones. La modesta inversión, tanto por su ubicación como por su extensión, no pudo resolver la demanda derivada de los grandes cruceros.

El mundo enfrenta una realidad marítima en permanente evolución. El incremento en el largo de las naves turísticas ha sido uno de los hechos destacados de los últimos años.

Si bien la Empresa Portuaria Austral ha dado pasos en avanzar en esta línea, como el alargamiento del muelle Arturo Prat de Punta Arenas recurriendo a la instalación de dolphins permitiendo así que cruceros de hasta 250 metros se apoyen al momento de su recalada, resulta indudable que se requiere de una visión de Estado para invertir en una nueva infraestructura portuaria, si en verdad queremos convertirnos en puerta de entrada a la Antártica, donde el turismo y la prestación de servicios hacia y desde dicho continente, así lo demandan.

En el mismo tenor, recientemente la publicación de un estudio alemán sobre la industria del hidrógeno verde, alertó que Magallanes requiere de infraestructura portuaria si quiere convertirse en líder mundial de amoniaco.

Será otra forma de crecer en un aspecto de nuestra economía regional que, a pesar del tiempo transcurrido, persiste en sus reconocidas carencias o de lo contrario deberemos seguir lamentando una emigración progresiva de cruceros turísticos y barcos científicos hacia puertos argentinos.

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Fuente: La Prensa Austral, Domingo 27 de Noviembre de 2022

LA PRENSA AUSTRAL – El tema portuario ha sido, sin lugar a dudas, una de las materias más estudiadas en las últimas décadas.

A fines del gobierno militar y cuando ya se había reconocido la necesidad de contar con una nueva infraestructura portuaria se llegó a crear una comisión puerto que operó con mucho entusiasmo pero que llegó a una sola conclusión: el nuevo puerto sería construido por el próximo gobierno.

Así se llegó a la etapa de los sueños. Una gran dársena en Bahía Catalina surgió como una potente propuesta que el correr del tiempo y el análisis de los números terminaron por derribar. En los inicios del segundo gobierno de la Concertación se concluyó, una vez más, que la infraestructura portuaria de Punta Arenas era insuficiente. Del proyecto puerto se derivó a una propuesta más sencilla, un muelle en Bahía Catalina que hoy lleva el nombre del Gobernador Mardones. La modesta inversión, tanto por su ubicación como por su extensión, no pudo resolver la demanda derivada de los grandes cruceros.

El mundo enfrenta una realidad marítima en permanente evolución. El incremento en el largo de las naves turísticas ha sido uno de los hechos destacados de los últimos años.

Si bien la Empresa Portuaria Austral ha dado pasos en avanzar en esta línea, como el alargamiento del muelle Arturo Prat de Punta Arenas recurriendo a la instalación de dolphins permitiendo así que cruceros de hasta 250 metros se apoyen al momento de su recalada, resulta indudable que se requiere de una visión de Estado para invertir en una nueva infraestructura portuaria, si en verdad queremos convertirnos en puerta de entrada a la Antártica, donde el turismo y la prestación de servicios hacia y desde dicho continente, así lo demandan.

En el mismo tenor, recientemente la publicación de un estudio alemán sobre la industria del hidrógeno verde, alertó que Magallanes requiere de infraestructura portuaria si quiere convertirse en líder mundial de amoniaco.

Será otra forma de crecer en un aspecto de nuestra economía regional que, a pesar del tiempo transcurrido, persiste en sus reconocidas carencias o de lo contrario deberemos seguir lamentando una emigración progresiva de cruceros turísticos y barcos científicos hacia puertos argentinos.

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Fuente: La Prensa Austral, Domingo 27 de Noviembre de 2022

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