Jueves, Octubre 31, 2024

Arica apuesta por histórico ferrocarril para aumentar en un 60% la llegada de turistas

EL MERCURIO – Aumentar en un 60% la cantidad de turistas que llegan al año, y pasar de poco más de 200 mil visitantes a superar las 320 mil personas.
Ese es uno de los principales ejes estratégicos de desarrollo definidos por autoridades de la bifronteriza Región de Arica y Parinacota, en el extremo norte del país, y para cumplir ese objetivo apuntan a su más que centenario e histórico Ferrocarril Arica-La Paz (FCALP).
Este último cumplió dos años desde la reapertura de su servicio para pasajeros, enfocado solo para turistas, luego de décadas en que no funcionó debido a daños generados en los últimos años en parte de su trazado por lluvias y aludes estivales (“invierno altiplánico”).
“Hemos tenido más de 70 servicios y transportado a más 3.500 pasajeros. Nuestro objetivo es recuperar el patrimonio ferroviario, consolidar la ruta y mejorar los servicios”, indica el gerente general del FCALP, José Luis Hinojosa.
El convoy está compuesto por una locomotora y dos vagones Schindler, con capacidad para 80 pasajeros, construidos en 1955 en Suiza, y fueron los que originalmente dieron el servicio premium “El Dorado de los Andes”, que sirvió entre Chile y Bolivia hasta 1996.
El recorrido, de unas seis horas de duración, ida y vuelta, parte en la Estación Chinchorro, en Arica, en terrenos de una exmaestranza, y se interna por Lluta, que es el valle agrícola ubicado más al norte del país.
Ahí los turistas, junto a parte del trazado de la carretera que une Arica, el altiplano, el lago Chungará y Bolivia, recorren zonas de cultivos (maíz, cebollas, alfalfa, entre otros), centenarias estaciones y áreas de vestigios arqueológicos. Entre estas últimas hay geoglifos, rastros de asentamientos humanos prehispánicos y una red de 400 “refrigeradores precolombinos”, o colcas, dispuestos en el suelo como un sistema de conservación de alimentos en forma subterránea.
Los visitantes, que son atendidos por guías y recibidos con bailes folclóricos andinos, también visitan poblados, iglesias y cementerios que datan de fines del siglo XVI, además de ferias donde se comercializan productos de la zona (artesanías, miel, entre varios más), restoranes y granjas de animales.
“El viaje es muy lindo y recomendable. Lo que más me ha llamado la atención son los verdes, la abundante vegetación, en medio de los desérticos cerros, ese contraste”, señaló Violeta Jofré, turista procedente de Los Ángeles, Región del Biobío, y que fue uno de los 80 pasajeros que participaron el fin de semana pasado en un recorrido especial de relanzamiento del tour.
Los viajes se realizan los fines de semana, con dos frecuencias al mes en verano y una el resto del año.
La directora regional del Sernatur en Arica, Lelia Mazzini, anunció que uno de los proyectos para potenciar el ferrocarril como uno de los principales atractivos será incorporarlo en la oferta de recorridos para más de 10 mil pasajeros que arriban en cruceros -de diez a doce- en cada temporada, que se extiende entre octubre y marzo.
Ver artículo
Fuente: El Mercurio, lunes 28 de enero de 2019

EL MERCURIO – Aumentar en un 60% la cantidad de turistas que llegan al año, y pasar de poco más de 200 mil visitantes a superar las 320 mil personas.
Ese es uno de los principales ejes estratégicos de desarrollo definidos por autoridades de la bifronteriza Región de Arica y Parinacota, en el extremo norte del país, y para cumplir ese objetivo apuntan a su más que centenario e histórico Ferrocarril Arica-La Paz (FCALP).
Este último cumplió dos años desde la reapertura de su servicio para pasajeros, enfocado solo para turistas, luego de décadas en que no funcionó debido a daños generados en los últimos años en parte de su trazado por lluvias y aludes estivales (“invierno altiplánico”).
“Hemos tenido más de 70 servicios y transportado a más 3.500 pasajeros. Nuestro objetivo es recuperar el patrimonio ferroviario, consolidar la ruta y mejorar los servicios”, indica el gerente general del FCALP, José Luis Hinojosa.
El convoy está compuesto por una locomotora y dos vagones Schindler, con capacidad para 80 pasajeros, construidos en 1955 en Suiza, y fueron los que originalmente dieron el servicio premium “El Dorado de los Andes”, que sirvió entre Chile y Bolivia hasta 1996.
El recorrido, de unas seis horas de duración, ida y vuelta, parte en la Estación Chinchorro, en Arica, en terrenos de una exmaestranza, y se interna por Lluta, que es el valle agrícola ubicado más al norte del país.
Ahí los turistas, junto a parte del trazado de la carretera que une Arica, el altiplano, el lago Chungará y Bolivia, recorren zonas de cultivos (maíz, cebollas, alfalfa, entre otros), centenarias estaciones y áreas de vestigios arqueológicos. Entre estas últimas hay geoglifos, rastros de asentamientos humanos prehispánicos y una red de 400 “refrigeradores precolombinos”, o colcas, dispuestos en el suelo como un sistema de conservación de alimentos en forma subterránea.
Los visitantes, que son atendidos por guías y recibidos con bailes folclóricos andinos, también visitan poblados, iglesias y cementerios que datan de fines del siglo XVI, además de ferias donde se comercializan productos de la zona (artesanías, miel, entre varios más), restoranes y granjas de animales.
“El viaje es muy lindo y recomendable. Lo que más me ha llamado la atención son los verdes, la abundante vegetación, en medio de los desérticos cerros, ese contraste”, señaló Violeta Jofré, turista procedente de Los Ángeles, Región del Biobío, y que fue uno de los 80 pasajeros que participaron el fin de semana pasado en un recorrido especial de relanzamiento del tour.
Los viajes se realizan los fines de semana, con dos frecuencias al mes en verano y una el resto del año.
La directora regional del Sernatur en Arica, Lelia Mazzini, anunció que uno de los proyectos para potenciar el ferrocarril como uno de los principales atractivos será incorporarlo en la oferta de recorridos para más de 10 mil pasajeros que arriban en cruceros -de diez a doce- en cada temporada, que se extiende entre octubre y marzo.
Ver artículo
Fuente: El Mercurio, lunes 28 de enero de 2019

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