Viernes, Diciembre 5, 2025

Si se necesita tratar urgente el metano, tratemos el metano

PAÍS CIRCULAR – En el debate reciente sobre el metano, y su impacto en el cambio climático, es común quedarse sólo con el diagnóstico. Lo difícil —y urgente— es mirar qué soluciones están realmente disponibles hoy en Chile. En Consorcio Santa Marta llevamos más de dos décadas demostrando la importancia de los rellenos sanitarios como infraestructura esencial. Todos los días capturamos biogás, lo transformamos en energía renovable y lo inyectamos al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para evitar su liberación a la atmósfera, acciones a través de las cuales evidentemente generamos un beneficio para el cumplimiento de las metas del Estado de Chile, en dos ámbitos por separado: tratamiento del metano y generación de energía eléctrica renovable no convencional.

El metano es 86 veces más contaminante que el CO₂. Por eso, cada hora que logramos abatirlo marca una diferencia real y significativa para el medioambiente, sin embargo, la regulación en Chile está permitiendo que se pierda capacidad efectiva de reducción de emisiones. Esto, porque nuestra Central de Energía Renovable No Convencional (CERNC) debe detenerse durante el período estival cerca de 12 horas al día por razones económicas-regulatorias del sistema, y con cada detención de planta, desperdiciamos la posibilidad de transformar este biogás en energía limpia e inyectarla diariamente al SEN.

Aquí no hablamos de un problema teórico. Por el contrario, es una pérdida concreta de abatimiento y de aporte renovable. En este punto, es donde la discusión debiese cambiar de enfoque, porque las soluciones ya existen, y en nuestro caso, se trata de invertir de manera importante en un proyecto tipo BESS (Battery Energy Storage System), el cual está ad-portas de entrar en operación (sujeto a la obtención de permisos), pretendiendo almacenar la energía durante los períodos de desconexión ordenados por el SEN, para su reinyección al sistema en los horarios de mayor demanda. De este modo, podremos acercarnos a mantener una operación continua de la central de generación eléctrica, y aumentar hasta en un 30% la producción de energía limpia que aportamos al país.

La implementación de esta modalidad (abatimiento + almacenamiento), no obstante, depende de una cadena de regulaciones normativas y de ministerios competentes, que operan bajo una regulación eléctrica propia, que no es coincidente con la necesidad de maximizar el abatimiento de metano por parte de los rellenos sanitarios, lo que desde nuestra perspectiva es urgente corregir. Inicialmente, no hemos encontrado una solución al problema de la mano del estado -empapado de buenas intenciones- pero esta vez sí la encontramos en el mercado, lo que nos permitirá seguir avanzando en la dirección correcta. En concreto, lo que está ocurriendo es que estamos apagando procesos que reducen a gran escala los gases de efecto invernadero por un tema regulatorio, sin reparar en que el metano capturado de un relleno sanitario no espera permisos, plazos administrativos ni señales de mercado, y si no logramos revertir esta condición, se seguirán liberando grandes cantidades a la atmósfera sin tratamiento.

Como encargados de una fracción importante de los residuos sólidos urbanos generados en la Región Metropolitana, este problema lo vemos desde cerca, puesto que, según nuestra estimación basada en los últimos 15 años, el ingreso de residuos ha aumentado en un 26%. Ante esto, no podemos perder de vista lo sustancial: si bien no está a nuestro alcance que la ciudadanía disminuya su generación de residuos, una vez que estos llegan al relleno sanitario −lo que seguirá ocurriendo por varias décadas− tenemos que tratarlos ineludiblemente para minimizar sus impactos y convertir externalidades negativas en positivas, que es nuestro propósito.

En Consorcio Santa Marta creemos en un camino distinto, donde las decisiones regulatorias conversen con la urgencia climática, y donde las soluciones comprobadas avancen a la velocidad que el país necesita. Chile tiene la oportunidad de transformar un problema ambiental en energía renovable continua.

Ver artículo

Fuente: País Circular, Jueves 27 de Noviembre de 2025

PAÍS CIRCULAR – En el debate reciente sobre el metano, y su impacto en el cambio climático, es común quedarse sólo con el diagnóstico. Lo difícil —y urgente— es mirar qué soluciones están realmente disponibles hoy en Chile. En Consorcio Santa Marta llevamos más de dos décadas demostrando la importancia de los rellenos sanitarios como infraestructura esencial. Todos los días capturamos biogás, lo transformamos en energía renovable y lo inyectamos al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) para evitar su liberación a la atmósfera, acciones a través de las cuales evidentemente generamos un beneficio para el cumplimiento de las metas del Estado de Chile, en dos ámbitos por separado: tratamiento del metano y generación de energía eléctrica renovable no convencional.

El metano es 86 veces más contaminante que el CO₂. Por eso, cada hora que logramos abatirlo marca una diferencia real y significativa para el medioambiente, sin embargo, la regulación en Chile está permitiendo que se pierda capacidad efectiva de reducción de emisiones. Esto, porque nuestra Central de Energía Renovable No Convencional (CERNC) debe detenerse durante el período estival cerca de 12 horas al día por razones económicas-regulatorias del sistema, y con cada detención de planta, desperdiciamos la posibilidad de transformar este biogás en energía limpia e inyectarla diariamente al SEN.

Aquí no hablamos de un problema teórico. Por el contrario, es una pérdida concreta de abatimiento y de aporte renovable. En este punto, es donde la discusión debiese cambiar de enfoque, porque las soluciones ya existen, y en nuestro caso, se trata de invertir de manera importante en un proyecto tipo BESS (Battery Energy Storage System), el cual está ad-portas de entrar en operación (sujeto a la obtención de permisos), pretendiendo almacenar la energía durante los períodos de desconexión ordenados por el SEN, para su reinyección al sistema en los horarios de mayor demanda. De este modo, podremos acercarnos a mantener una operación continua de la central de generación eléctrica, y aumentar hasta en un 30% la producción de energía limpia que aportamos al país.

La implementación de esta modalidad (abatimiento + almacenamiento), no obstante, depende de una cadena de regulaciones normativas y de ministerios competentes, que operan bajo una regulación eléctrica propia, que no es coincidente con la necesidad de maximizar el abatimiento de metano por parte de los rellenos sanitarios, lo que desde nuestra perspectiva es urgente corregir. Inicialmente, no hemos encontrado una solución al problema de la mano del estado -empapado de buenas intenciones- pero esta vez sí la encontramos en el mercado, lo que nos permitirá seguir avanzando en la dirección correcta. En concreto, lo que está ocurriendo es que estamos apagando procesos que reducen a gran escala los gases de efecto invernadero por un tema regulatorio, sin reparar en que el metano capturado de un relleno sanitario no espera permisos, plazos administrativos ni señales de mercado, y si no logramos revertir esta condición, se seguirán liberando grandes cantidades a la atmósfera sin tratamiento.

Como encargados de una fracción importante de los residuos sólidos urbanos generados en la Región Metropolitana, este problema lo vemos desde cerca, puesto que, según nuestra estimación basada en los últimos 15 años, el ingreso de residuos ha aumentado en un 26%. Ante esto, no podemos perder de vista lo sustancial: si bien no está a nuestro alcance que la ciudadanía disminuya su generación de residuos, una vez que estos llegan al relleno sanitario −lo que seguirá ocurriendo por varias décadas− tenemos que tratarlos ineludiblemente para minimizar sus impactos y convertir externalidades negativas en positivas, que es nuestro propósito.

En Consorcio Santa Marta creemos en un camino distinto, donde las decisiones regulatorias conversen con la urgencia climática, y donde las soluciones comprobadas avancen a la velocidad que el país necesita. Chile tiene la oportunidad de transformar un problema ambiental en energía renovable continua.

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Fuente: País Circular, Jueves 27 de Noviembre de 2025

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