UC.cl NOTICIAS – Aumento de las temperaturas y del nivel del mar, eventos climáticos extremos, sequías e inundaciones son solo algunas de las consecuencias del cambio climático, las cuales van de la mano con la crisis del agua que vive el planeta, de la cual Chile no está exento.
“Estamos en una situación crítica. Los estudios muestran que, desde las regiones del Maule al norte, tenemos una vulnerabilidad hídrica producto de una escasez relativa, creciente, en la cual los impactos por la mega sequía ya son estructurales. Esto refleja bajos indicadores de seguridad hídrica, aumentando nuestra vulnerabilidad”, indicó Guillermo Donoso, académico de las facultades de Agronomía y Sistemas Naturales y Derecho UC y director del Centro de Derecho y Gestión de Aguas.

¿Qué es la seguridad hídrica?
El término se refiere al avance hacia un acceso equitativo y sostenible al agua para distintos usos, incluyendo el consumo humano, las actividades productivas como como la agricultura, la alimentación, la construcción, la investigación, entre otras y la protección de los ecosistemas.
“Es importante lograr acceso a agua potable, a saneamiento, a actividades productivas, además del acceso al medio ambiente para la protección de ecosistemas. Pero también se refiere a la gestión de riesgos, como las sequías, que tienen impactos significativos en lograr el acceso de agua para las personas y para las actividades productivas, y más aún para el medio ambiente”, comentó el académico.
Este es uno de los temas que se abordará en el seminario internacional en conmemoración de los 10 años del Centro de Derecho y Gestión de Aguas (CDGA) UC: XXVII Jornadas de Derecho y Gestión de Aguas: Seguridad hídrica: sinergias y soluciones, el 6 y 7 de agosto en el Campus Casa Central de la UC.
En la instancia, el profesor Donoso expondrá sobre el cambio de paradigma en la seguridad hídrica y cómo pasar de gestionar crisis a prevenirlas. “La seguridad hídrica no puede seguir siendo entendida como la capacidad de responder a la emergencia, sino como la posibilidad de reducir la vulnerabilidad de la sociedad y sus efectos. Hoy no gestionamos riesgos, sino desastres. Dar el paso hacia una gestión preventiva e integrada es tanto una necesidad como una posibilidad concreta, que exige voluntad, colaboración y visión de futuro”, afirmó el experto.
Contaminantes del siglo XXI
Oxígeno disuelto, conductividad eléctrica, pH, cloruro, sulfato, nitrato, ortofosfatos y zinc disuelto fueron los ocho contaminantes hallados en la cuenca del río Maipo en 2024, la cual el Ministerio del Medio Ambiente declaró Zona Saturada.
Para revertir la situación, se comenzó a trabajar en un Plan de Prevención y Descontaminación Hídrica para establecer medidas concretas que ayuden a reducir la contaminación, mejorar la calidad del agua y garantizar su disponibilidad a largo plazo, pero aún se excluyen los contaminantes del siglo XXI, aseguró Ricardo Salazar, académico de la Facultad de Química y de Farmacia UC.
“Seguimos ignorando sustancias como antibióticos, hormonas o microplásticos que ya están presentes en nuestras aguas y que representan riesgos reales para la salud humana y los ecosistemas. ¿De qué sirve un plan de descontaminación si dejamos fuera los contaminantes del siglo XXI?”, planteó el académico y expositor en el seminario del CDGA.
Desalinización: ¿una opción para el futuro?
Antofagasta es la primera ciudad de Latinoamérica, sobre 500 mil habitantes, abastecida 100 % con agua desalinizada, luego de la ampliación de la Planta Desaladora Norte, inaugurada en marzo de este año por el Ministerio de Obras Públicas.

Esta medida para obtener agua potable del mar se ha transformado en una alternativa para el país y ya se han implementado varias plantas, comentó Eduardo Leiva, académico de la Facultad de Química y de Farmacia UC.
Además, se encuentra en el Senado el proyecto de ley “Sobre el uso de agua de mar para desalinización”, el cual busca establecer un marco normativo específico para la industria, que fomentará las inversiones y el desarrollo de nuevos proyectos con el fin de mitigar la crisis hídrica.
“La desalinización de agua es una de las opciones de fuentes complementarias y alternativas para responder a la disminución de los recursos hídricos y la escasez de agua. Sin embargo, es necesario que se consideren los impactos ambientales en la instalación de estas plantas hacia el futuro, y esos son aspectos que actualmente se están discutiendo dentro del marco de la ley”, explicó el experto que también participará en el seminario conmemorativo de los 10 años del CDGA.
Sistema de riego de alta tecnología
Uno de los desafíos presentes en la agronomía es mejorar y aumentar las superficies regadas con sistemas de alta tecnología. El VII Censo Nacional Agropecuario de 2022 mostró que se emplea un 59,1 % de sistema de riego de alta eficiencia (42,1 % microriego más 17 % de aspersión), y que un 40,9 % aún emplea el sistema tradicional de baja eficiencia.
“Otro desafío importante es que quienes tienen sistemas de riego de alta tecnología rieguen bien, porque hay muchas falencias en cuanto a la operación de los sistemas de riego: se mantienen mal, no se calibran, y hay algo en que estamos en deuda, que es la programación del riego, que es el cálculo de las frecuencias y los tiempos de riego, que es algo básico del riego, y no se hace o se hace muy poco”, enfatizó Pilar Gil, profesora de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, quien expondrá sobre esta problemática en el seminario.
Fuente: UC.cl Noticias, Lunes 4 de Agosto de 2025





