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POLÍTICAS PÚBLICAS DE INFRAESTRUCTURA
INFRAESTRUCTURA PARA NUESTRO DESARROLLO:
CONSTRUYENDO UN CHILE MEJOR
¿QUÉ INFRAESTRUCTURA
NECESITAMOS?
Para hablar del desarrollo de nueva infraestructura, necesariamente hay que pensar en el
largo plazo, cuya característica central es la incertidumbre. Es muy difícil proyectar, incluso
imaginarse, cuál será el estado de variables y condiciones claves en períodos largos de
tiempo. Sin embargo, en este aspecto las decisiones que se tomen hoy contribuirán adiseñar
el país del futuro, permitiendo estar más preparado para enfrentar esas incertidumbres.
¿Qué tipo de infraestructura necesitará Chile en los próximos 25 años? Esta es una pregunta
que el Estado debe responder, fijando los objetivos nacionales en cuanto a calidad de
prestaciones, las decisiones de balance entre medio ambiente y generación de servicios
de infraestructura, o entre integración social y costo de las obras.
La participación público-privada también adquiere gran relevancia debido a la creciente
necesidad y conveniencia de incorporar los recursos y experiencia del sector privado para
aumentar y mejorar la provisión de bienes y servicios públicos.
Las estrategias que se definan deben hacerse cargo de las demandas de la comunidad.
Así, resulta prioritario impulsar acciones que superen las carencias que hoy se identifican
como de primer orden. Una de ellas es la necesaria intervención en las ciudades, de modo
de terminar con la segregación que en ellas se manifiesta tanto físicamente como en la
calidad de los servicios entregados.
Avanzar en esta línea está asociado a la implementación de políticas de vivienda, de
transporte público eficiente, de generación de espacios públicos de alta calidad, de
soluciones para aguas lluvia, de edificaciones públicas de calidad y amables para la
comunidad, entre otras medidas que estén orientadas a establecer estándares de calidad
en lo urbano.
La expansión de Santiago, como mega urbe, es un ejemplo de los desafíos que hay que
abordar. Es clave para la integración de los habitantes de las comunas periféricas, por
ejemplo, contar con transporte público eficiente que no sólo reduzca los costos y tiempos
de viaje, sino que permita la movilidad hacia los centros de negocios, principalmente con
fines laborales.