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POLÍTICAS PÚBLICAS DE INFRAESTRUCTURA

INFRAESTRUCTURA PARA NUESTRO DESARROLLO:

CONSTRUYENDO UN CHILE MEJOR

MEDIO AMBIENTE Y CIUDADANÍA

La planificación y desarrollo de la infraestructura pública, sea ésta financiada por el sector

público o por el privado, debe incorporar un conjunto de componentes que es preciso

armonizar entre sí (proyecto, medio ambiente, ordenamiento territorial, comunidades

locales y pueblos indígenas), además de las variables asociadas a factores técnicos y

económicos.

En este ámbito, una de las debilidades críticas es la falta de un ordenamiento territorial

vinculante, que brinde la mayor certeza posible a los titulares de proyectos respecto de

los emplazamientos previstos, otorgue a la autoridad ambiental criterios de ponderación

sobre localizaciones, a la vez que recoja el sentir de las comunidades locales.

Un estudio de agosto de 2016 del Instituto de Derechos Humanos identificó 102 controversias

socio ambientales en el país. Entre las áreas más conflictivas están los proyectos eléctricos,

mineros, portuarios y rellenos sanitarios.

Hay algunos ejemplos emblemáticos recientes que confirman la importancia de las

eventuales controversias, como: la planta de cerdos de Agrosuper en Freirina que, a pesar

de estar operando tuvo que cerrar por la oposición ciudadana; o la suspensión del mega

proyecto hidroeléctrico Hidroaysén.

A diferencia de muchos países de la OCDE, hoy los valores ambientales de los territorios no

están definidos ni regulados a nivel nacional. Están aún pendientes mecanismos regionales

que, de manera democrática y participativa, permitan establecer los destinos prioritarios

de los territorios. Para esto existen algunos instrumentos legales vigentes, como la Evaluación

Ambiental Estratégica, que han resultado insuficientes y no han disipado las incertidumbres

sobre localización de proyectos.

Tampoco se ha conseguido plasmar una ley de asociatividad, que permita hacer partícipes

a las comunidades locales de los beneficios de los proyectos emplazados en su área de

influencia directa, tal como ocurre en algunas economías desarrolladas.

A nivel de la institucionalidad medioambiental vigente, el Sistema de Evaluación de

Impacto Ambiental (SEIA) es percibido por los titulares de proyectos como una barrera que

dilata la inversión pública y privada.

En este contexto, gran parte de los conflictos que enfrentan los grandes proyectos, se