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Capítulo II
Durante los años 90 el país hizo un esfuerzo significativo en esta línea -a través de la puesta
en marcha del sistema de Concesiones- que contribuyó a tasas de crecimiento promedio
altas y a un aumento en la disposición y calidad de atención de los servicios públicos. Este
impulso se perdió a mediados de la década pasada, sin que se haya logrado recuperar el
ritmo de inversión.
Si bien hoy la ciudadanía percibe y critica los efectos de la falta de infraestructura, no se ha
establecido una política pública sobre cómo abordar este desafío. Sin embargo, el debate
que se ha abierto en torno a temas como la congestión en nuestras ciudades, la falta de
establecimientos de salud y penitenciarios y las insuficiencias de nuestro sistema logístico,
han comenzado a poner en evidencia las dificultades que representa, para el proceso de
desarrollo de Chile, dilatar decisiones en esta materia.
La única forma de abordar con una mirada de país este tema, es que los candidatos
presidenciales, que aspiran legítimamente a llegar a La Moneda en 2018, se comprometan
ante la ciudadanía a transformar los discursos, en planes y programas que aseguren un
proceso de inversión sostenido en el tiempo, orientado hacia el desarrollo y la integración
social y con la debida coherencia entre los diferentes actores.
Para sustentar la materialización de esta visión, será necesario concordar una
institucionalidad que responda eficazmente a los nuevos desafíos, un sector público de
mayor potencia técnica y gerencial, y un sistema de financiamiento que permita hacer
viable el desarrollo de los proyectos que se definan como estratégicos y prioritarios.
Para sustentar lamaterializacióndeesta visión, seránecesario
concordar una institucionalidad que responda eficazmente
a los nuevos desafíos, un sector público de mayor potencia
técnica y gerencial, y un sistema de financiamiento que
permita hacer viable el desarrollo de los proyectos que se
definan como estratégicos y prioritarios.
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