Lunes, Diciembre 15, 2025

Nueva infraestructura para la minería por Reinaldo Salazar, gerente de estudios de Sonami

MINERÍA CHILE – El futuro minero de Chile no depende exclusivamente del subsuelo, sino de nuestra capacidad para construir sobre él: caminos, energía, agua y acuerdos. Si no fortalecemos esa base hoy, corremos el riesgo de desaprovechar el impulso que trae el nuevo ciclo.

Ad portas de una transición energética que demandará más cobre y litio, nuestro país tiene la posibilidad de consolidarse como el principal distrito minero a nivel mundial. Existe la oportunidad de elevar los beneficios para la sociedad, pero materializar esa promesa requiere gestión y visión de largo plazo.

La cartera de proyectos del sector, avaluada en más de US$104 mil millones, proyecta un horizonte de desarrollo y prosperidad, de la mano con un alza de los precios internacionales de los metales. Sin embargo, hace falta algo más que la presencia de recursos para sostener un polo mundial de minería. Tal como lo observamos en países vecinos -ricos en geología, pero con dificultades en la ejecución-, los recursos pueden quedar inmovilizados sin la institucionalidad adecuada. Las políticas públicas y la colaboración público-privada juegan un rol preponderante: permiten desbloquear lo que está bajo tierra y velar para que el desarrollo de la actividad genere valor real para el país.

Una variable crítica es el tiempo. Los proyectos medianos pueden tardar más de seis años en concretarse; los de gran escala, más de once. Por ello, las decisiones de inversión en infraestructura habilitante: puertos, desaladoras, transmisión y caminos, deben tomarse con anticipación. La minería requiere que esa base operativa esté lista cuando el yacimiento entre en producción.

Para superar el estancamiento productivo de las seis millones de toneladas, es necesario revisar con realismo la infraestructura disponible. ¿Está Chile preparado para un alza significativa en las exportaciones? Un aumento en la producción ejercerá presión sobre la logística, desde el transporte hasta los puertos. Asimismo, yacimientos más extremos exigirán mejores accesos y redes de telecomunicaciones robustas para conectar las operaciones y a los trabajadores con los centros de teleoperaciones y sus familias. De no anticiparnos a estas necesidades, es posible que otros distritos competidores capitalicen el peak de la demanda con mayor agilidad.

Por otro lado, esta inversión tiene un efecto multiplicador. Según estudios de la Sonami, la infraestructura pública y compartida fomenta también a la pequeña y mediana minería, sectores clave que conviven cerca de las ciudades.

Este escenario representa una oportunidad vital para regiones mineras como Antofagasta y Atacama, entre otras, donde integrar los requerimientos de la industria en los planes de infraestructura regional podría potenciar el desarrollo local más allá del ciclo productivo.

La oportunidad está abierta. Las decisiones que tomemos hoy en materia de infraestructura influirán directamente en nuestra capacidad para liderar este proceso, o bien quedarnos rezagados frente a la velocidad del mercado global.

Ver artículo

Fuente: Minería Chile, Viernes 12 de Diciembre de 2025

MINERÍA CHILE – El futuro minero de Chile no depende exclusivamente del subsuelo, sino de nuestra capacidad para construir sobre él: caminos, energía, agua y acuerdos. Si no fortalecemos esa base hoy, corremos el riesgo de desaprovechar el impulso que trae el nuevo ciclo.

Ad portas de una transición energética que demandará más cobre y litio, nuestro país tiene la posibilidad de consolidarse como el principal distrito minero a nivel mundial. Existe la oportunidad de elevar los beneficios para la sociedad, pero materializar esa promesa requiere gestión y visión de largo plazo.

La cartera de proyectos del sector, avaluada en más de US$104 mil millones, proyecta un horizonte de desarrollo y prosperidad, de la mano con un alza de los precios internacionales de los metales. Sin embargo, hace falta algo más que la presencia de recursos para sostener un polo mundial de minería. Tal como lo observamos en países vecinos -ricos en geología, pero con dificultades en la ejecución-, los recursos pueden quedar inmovilizados sin la institucionalidad adecuada. Las políticas públicas y la colaboración público-privada juegan un rol preponderante: permiten desbloquear lo que está bajo tierra y velar para que el desarrollo de la actividad genere valor real para el país.

Una variable crítica es el tiempo. Los proyectos medianos pueden tardar más de seis años en concretarse; los de gran escala, más de once. Por ello, las decisiones de inversión en infraestructura habilitante: puertos, desaladoras, transmisión y caminos, deben tomarse con anticipación. La minería requiere que esa base operativa esté lista cuando el yacimiento entre en producción.

Para superar el estancamiento productivo de las seis millones de toneladas, es necesario revisar con realismo la infraestructura disponible. ¿Está Chile preparado para un alza significativa en las exportaciones? Un aumento en la producción ejercerá presión sobre la logística, desde el transporte hasta los puertos. Asimismo, yacimientos más extremos exigirán mejores accesos y redes de telecomunicaciones robustas para conectar las operaciones y a los trabajadores con los centros de teleoperaciones y sus familias. De no anticiparnos a estas necesidades, es posible que otros distritos competidores capitalicen el peak de la demanda con mayor agilidad.

Por otro lado, esta inversión tiene un efecto multiplicador. Según estudios de la Sonami, la infraestructura pública y compartida fomenta también a la pequeña y mediana minería, sectores clave que conviven cerca de las ciudades.

Este escenario representa una oportunidad vital para regiones mineras como Antofagasta y Atacama, entre otras, donde integrar los requerimientos de la industria en los planes de infraestructura regional podría potenciar el desarrollo local más allá del ciclo productivo.

La oportunidad está abierta. Las decisiones que tomemos hoy en materia de infraestructura influirán directamente en nuestra capacidad para liderar este proceso, o bien quedarnos rezagados frente a la velocidad del mercado global.

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Fuente: Minería Chile, Viernes 12 de Diciembre de 2025

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