EMOL – El Metro de Santiago celebra hoy sus 50 años como parte del sistema de transporte público de la capital. Ante este hito, expertos debaten el futuro del servicio del tren subterráneo y sus próximos desafíos.
Fue el 15 de septiembre de 1975 que se realizó el primer viaje del tren subterráneo entre el tramo San Pablo y La Moneda de la Línea 1, en un trayecto total de 7,6 kilómetros.
Actualmente, el servicio tiene 149,8 kilómetros de red que circula a través de 26 comunas de la Región Metropolitana. Además, cuenta con siete líneas operativas y tres en construcción, las líneas 7, 8 y 9.
La Línea 7 tendrá 19 estaciones distribuidas a lo largo de 26 kilómetros que prometen disminuir en un 49% el tiempo de viaje entre Renca y Vitacura de 72 minutos -en buses de Red Movilidad- a 37 minutos. Beneficiará a más de un millón y medio de habitantes y su puesta en servicio está programada para 2028.
Por su parte, la Línea 8 contará con un trazado 100% subterráneo con 19 kilómetros de longitud y 14 estaciones. Conectará seis comunas: Providencia, Ñuñoa, Macul, La Florida, Peñalolén y Puente Alto. Su apertura está programada en dos etapas, entre los años 2032 y 2033.
En tanto, la Línea 9 tendrá una longitud total de 27 kilómetros, conectando ocho comunas y sumando La Pintana a la red de Metro. Contará con 19 estaciones, con Santa Lucía y Plaza de Puente Alto como terminales, y con seis combinaciones. Se espera que se inaugure en 2030.
Más expansión
Consultados por Emol, expertos proyectan cómo serán los próximos 50 años para el Metro de Santiago.
El decano de la Facultad de Ingeniería de la UDP y expresidente de Metro, Louis de Grange, mencionó que “creo que el Metro de Santiago seguirá creciendo y llegará a unos 300 kilómetros de expansión total“.
Agregó que “los trenes seguirán siendo automáticos, y estaciones con puertas de andén. Quizás los trenes serán más pequeños, ya que al duplicar la red se reducirá la intensidad de uso de las líneas nuevas“.
“Un desafío adicional para metro es ampliar su giro de tal forma de que, aprovechando sus capacidades técnicas instaladas y ubicación privilegiada, pueda gestionar nuevos proyectos inmobiliarios y de espacio público para mejorar aún más la vida de los habitantes de nuestra ciudad”, subrayó el expresidente del servicio de trenes subterráneo.
Más tecnologías
Para Álvaro Miranda, director del Programa de Transporte y Logística de la UTEM, “en el futuro, el sistema de metro debería ser un sistema que debería presentar muchas tecnologías, entre ellas las que uno puede prever que debieran estar absolutamente masificadas. El autopilotaje, o sea, los metros deberían dejar de tener pilotos y deberían ser todos comandados por sistemas computacionales que les permitan andar, además de que debieran tener todos puertas de andén“.
Asimismo, se suma “ser un sistema que debiera tener menos fallas. Debiera tener sistemas que fallaran menos, que pudieran darle más continuidad al sistema”.
En cuanto resguardos para los pasajeros, “también se debieran incrementar los sistemas de seguridad a través de cámaras, como videodetección y detección facial, para mejorar los estándares de seguridad al interior del metro”.
“Yo creo que el metro también se va a masificar. En 50 años más vamos a tener un sistema de metro que va a abarcar ya casi toda la ciudad de Santiago y van a empezar a haber muchas más líneas de metro, por lo tanto va a ser un sistema mucho más denso, que va a ser mucho más accesible y que va a tener una cobertura mucho más grande y va a estar mejor conectado con el sistema de transporte público de superficie, con los buses”, cerró el académico de la UTEM.
Desafíos de movilidad
En ese último punto concuerda el académico de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Franco Basso, quien sostuvo que “el Metro de Santiago es y seguirá siendo el eje estructurante de transporte público en la capital. Ya suma 140 kilómetros y debiera seguir creciendo a medida que se van generando las próximas extensiones”.
El también Doctor en Transporte y Logística afirmó que “la dificultad que observamos para los próximos 50 años radica en que la ciudad va a seguir creciendo a tasas grandes“.
“No pareciera haberse detenido este periodo de concentración de personas que se mueven a ciudades del campo y si a eso le sumamos el fenómeno de la migración, vamos a tener una situación que es cada vez más compleja en términos de movilidad“, explicó.
A su juicio, “va a ser clave que se pueda seguir administrando el transporte público de una manera en la que no todo el transporte tenga que depender del automóvil privado“.
“Eso ha llevado a ciudades grandes a tacos tremendos y si bien Santiago todavía tiene una situación que es aceptable, el metro tiene que jugar un rol central y para eso tenemos que entregar la posibilidad a las personas que puedan ocupar el medio de transporte justo dependiendo de cuál es el viaje que ellos tienen que realizar”, afirmó el académico de la PUCV.
En esa línea, enfatizó en que “el metro tiene justamente esa capacidad de poder bajar gente del automóvil. Está siempre avanzando en términos de modernizaciones y también en términos de innovaciones”.
Para Basso, el servicio “debiera seguir avanzando con pilotaje automático, eliminando todo tipo de circulación eléctrica y aumentando también el confort tanto dentro de las estaciones como de las trenes”.
Fuente: Emol, Lunes 15 de Septiembre de 2025





