COOPERATIVA – Por séptima vez, Chile fue reconocido con el premio al Mejor Destino Turístico Aventura del mundo en los World Travel Awards. Este galardón no es menor, pues nos impusimos ante competidores de larga tradición y prestigio como Australia, Nueva Zelanda y Costa Rica. Este éxito no es casualidad; responde a las características únicas de nuestra geografía y al despliegue de servicios incipientes, pero eficientes, enfocados en quienes buscan apreciar nuestras particularidades naturales.
Sin embargo, más allá del reconocimiento, es momento de ubicar al turismo en el lugar que merece dentro de nuestra matriz productiva. El sector ha dejado atrás su rol meramente recreativo para consolidarse como un pilar estratégico de la economía nacional.
Las cifras hablan por sí solas: entre 2022 y 2024, el aporte del turismo al PIB aumentó de 2,3% a 3,0% y, en ese mismo período, la llegada de turistas extranjeros casi se triplicó, superando los 5,2 millones de personas. En cuanto a ingresos y empleo, el turismo generó divisas por cerca de US$ 3.600 millones. Además, el sector concentra algo más del 7% de los ocupados del país, destacando una participación femenina cercana al 50%. A su vez, el turismo interno mantiene más de 60 millones de viajes con pernoctación al año, impulsando la descentralización y las economías regionales.
Desde el CPI, creemos que es posible ampliar aún más el rol del turismo incorporando una “mirada turística” desde el diseño mismo de la infraestructura. El trabajo conjunto entre la Subsecretaría de Turismo, Sernatur y Fedetur ha permitido identificar nudos críticos que hoy frenan nuestro alcance.
Uno de los principales desafíos es la ausencia de estándares turísticos en el diseño, operación y mantención de obras, algo visible en los manuales de carreteras y contratos de concesión. No hay desarrollo turístico posible sin accesibilidad adecuada a los sitios de interés. Asimismo, los criterios actuales de evaluación social de proyectos dan una mayor ponderación al ahorro de tiempo e infravaloran beneficios clave como la estadía, el gasto y el empleo local derivados del turismo.
A esto se suma una gobernanza fragmentada que limita la ejecución coherente de inversiones. Necesitamos avanzar hacia compromisos de gobernanza más sólidos y revisar los permisos de edificación en zonas rurales, que hoy no privilegian el uso turístico. Corregir esto abriría grandes oportunidades para el turismo indígena y rural, posicionándonos como referentes internacionales.
Fuente: Cooperativa, Martes 16 de Diciembre de 2025





