CCHC – El Ministerio de Obras Públicas (MOP) enfrentará en 2026 el mayor recorte presupuestario de las últimas décadas, con una disminución histórica del 17,2% en sus recursos de inversión, lo que equivale a más de US$700 millones, generando una preocupación en la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) ante el impacto que esta baja podría tener, considerando que el MOP ejecuta más de la mitad de la inversión pública del Estado.
A juicio del gremio, esta decisión constituye una señal preocupante, especialmente en un contexto de baja sostenida en los niveles de inversión del país.
“Es un monto tremendamente relevante, pues la caída total de las inversiones en el sector público llega a prácticamente un 10%. Esto es particularmente grave, porque llevamos más de una década con bajas tasas de inversión en la construcción”, señaló Echavarría.
Además, agregó que esta situación es “una señal muy preocupante, no sólo por el rol del Ministerio en la ejecución de inversión pública (50-60% del total del Estado), sino además por la grave crisis de empleo que sufre el país. Ésta definitivamente es una pésima noticia, para la economía general, el empleo y para el sector construcción”.
Desde la CChC lamentan que, pese a las deficiencias en otras áreas del gasto público, los recortes recaigan en la inversión. “En el último tiempo ha sido evidente la ineficiencia en la administración de varios programas sociales, las pérdidas por evasión en el transporte, el caso de licencias fraudulentas y varios más. Por lo que es aún más grave que se sigan haciendo recortes a proyectos de inversión y no al gasto corriente”, dijo el representante de la CChC.
Consultado sobre el impacto en áreas específicas como Concesiones, Vialidad y Obras Hidráulicas, Echavarría advirtió que no cuentan con antecedentes de proyectos puntuales afectados, pero señaló que “son cientos de proyectos que no se ejecutarán con todo el impacto que tiene en las regiones y comunidades que lo requieren y están esperando”.
Respecto del posible impacto en las empresas del sector, el dirigente explicó que “probablemente este gran recorte implique que en la práctica se priorizará el arrastre (recursos comprometidos para obras en ejecución) por sobre las obras nuevas. Es decir, no necesariamente afectando el flujo de las empresas, sino que más bien limitando el rol estratégico de la inversión pública que habilita e impulsa la inversión productiva”.
En términos de empleo, la reducción también tendría efectos significativos. “Sin tener claridad de qué tipos de obras serán las que se dejarán de ejecutar, es difícil tener una estimación precisa. En términos generales en empleos directos se podría estar entre 15.000 y 20.000 puestos de trabajo menos, lo que obviamente termina siendo mucho más alto por todas las afectaciones en la cadena de valor que genera la inversión”, manifestó el líder gremial.
En cuanto a la posibilidad de compensar el recorte presupuestario con la puesta en marcha de concesiones ya adjudicadas, Echavarría fue claro: “Si bien en los últimos dos años ha habido un impulso a la licitación de proyectos por la vía de las concesiones e incluso algunos proyectos fueron recientemente adjudicados, el efecto en el empleo no es inmediato, pues en este tipo de obras normalmente hay procesos previos de ingeniería, en muchas ocasiones estudios ambientales, e incluso expropiaciones. Por lo que las obras de construcción propiamente tal, parten con un desfase importante respecto a su adjudicación”.
Fuente: Cámara Chilena de la Construcción, Viernes 3 de Octubre de 2025





