EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – El futuro de la robótica dentro de los terminales portuarios será híbrido y desafiante para el país Académico Usach y miembro del Comité de Logística del Consejo de Políticas para la Infraestructura, Juan Pedro Sepúlveda, detalla los avances de la robotización en la industria y plantea los objetivos que debe tener Chile para recuperar el liderazgo que perdió frente a Brasil en su desempeño logístico.
Un video viralizado por redes sociales a fines del mes pasado provocó preocupación en la industria marítimo portuaria. Las imágenes mostraban la perfecta coordinación de camiones sin conductor, grúas y transportes más pequeños en un supuesto terminal de China. El sueño -o pesadilla- de la automatización hecha realidad provocó numerosas reacciones, aunque predominó la incredulidad respecto de la velocidad con la cual se integrarán estas nuevas tecnologías en las faenas portuarias.
Para Juan Pedro Sepúlveda, académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Usach y miembro del Comité de Logística del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), el proceso de automatización de la cadena logística en Chile avanza a dos velocidades: mientras el transporte por carretera sigue siendo tradicional, la revolución está ocurriendo “puertas adentro”, específicamente en la intralogística de los Centros de Distribución (CD) y el bodegaje.
Los procesos que han vivido la robotización más relevante son el picking (preparación de pedidos) y la clasificación (sorting), impulsados por la urgencia del comercio electrónico y la necesidad de manejar miles de SKU´s (códigos de seguimiento de carga) simultáneamente.
Hemos pasado de operarios caminando kilómetros con listas de papel a sistemas “Goods-to-Person”, donde el robot trae el producto al humano.
¿Conoce algún ejemplo de esto en Chile?
Un ejemplo concreto es el centro de Finning en Antofagasta, que implemento la tecnología AutoStore: en solo 370 m2, 25 robots gestionan repuestos mineros, cuadruplicando la capacidad de almacenamiento y despachando 360 ítems por hora. Otro caso destacado es Sodimac, que ha incorporado flotas de robots móviles autónomos (AMR) para asistir a sus trabajadores, eliminando el esfuerzo físico del traslado de carga. En el ámbito administrativo, empresas como Ultramar han implementado RPA (Automatización Robótica de Procesos) para leer documentos de embarque, reduciendo tareas que tomaban minutos a solo segundos, con una disminución del 99% en errores humanos.
Al comparar con países, ¿cuáles nos llevan la delantera desde este punto de vista? ¿Qué pasa en Sudamérica?
A nivel global, la delantera es indiscutiblemente de China, seguida de cerca por Corea del Sur y Singapur. China ha ejecutado una política de Estado (Made in China 2025) que le ha permitido construir más de 60 terminales automatizadas y desarrollar los llamados “Ghost Logistics Centers” en ciudades como Shenzhen: almacenes que operan a oscuras, sin presencia humana en el piso, gestionados 24/7 por inteligencia artificial. En nuestra región, Chile ha perdido su liderazgo histórico. Según el índice de Desempeño Logístico (LPI) del Banco Mundial de 2023, Chile cayó al puesto 61, siendo superado por Brasil (puesto 51 proyectado), que ha modernizado agresivamente el Puerto de Santos con grúas automatizadas y tecnologías IoT.
Por otro lado, México está acelerando su adopción tecnológica debido al nearshor´mg y su integración con Estados Unidos. Aunque Chile tiene “islas de excelencia” en el sector privado, el promedio país se ha estancado en infraestructura digital comparado con estos gigantes regionales.
¿Qué pasa con los terminales portuarios? ¿Cómo la robotización reemplazará funciones actualmente desarrolladas por personas?
Los terminales portuarios chilenos se dirigen hacia un modelo semiautomatizado. El gran hito será el Puerto Exterior de San Antonio, cuyo diseño contempla la instalación de 80 grúas de patio automatizadas (ASC) controladas por software, eliminando la necesidad de operadores en las máquinas de patio. La robotización no busca eliminar al trabajador, sino sacarlo de la zona de riesgo: el operador de grúa pórtico dejará de estar en una cabina a 50 metros de altura para trabajar en una sala de control climatizada, supervisando múltiples grúas a través de pantallas y joysticks. Aunque la robotización total es posible como lo demuestra el puerto de Tianjin en China, que opera con cero emisiones y grúas totalmente autónomas-, en Chile el horizonte realista es híbrido. Se estima que para el año 2036, cuando opere la primera etapa del Puerto Exterior, veremos este estándar masificado. Sin embargo, funciones como la estiba a bordo y la conducción de camiones externos seguirán requiriendo intervención humana.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Domingo 30 de Noviembre de 2025





