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C O N S E J O D E

P O L Í T I C A S D E

I N F R A E S T R U C T U R A

El Metro es el eje “estructurante” del sistema de transporte público de

Santiago. Asimismo, el sistema ha crecido para resolver los cuellos de

botella más acuciantes en el transporte diario de los santiaguinos. Sin

embargo, cabe preguntarse si lo que hemos hecho hasta ahora es la forma

más racional de expandir el sistema.

El Metro tiene una capacidad de organizar la ciudad que es difícil de replicar.

La experiencia de ciudades de alto crecimiento en China y en Londres,

por ejemplo, parece indicar que la construcción de líneas de ferrocarriles

urbanos, como el Metro, tiene un alto impacto en la forma en que crece

la ciudad ya que potencia el desarrollo inmobiliario en ciertas áreas. Abrir

nuevos sectores al desarrollo urbano sin, al mismo tiempo, resolver el tema

del transporte público nos lleva a generar ciudades caóticas con grandes

espacios sub ocupados y nuevos espacios de alta densidad “extra muros”.

Esto se traduce, posiblemente, en mejoras en vivienda, pero al costo de

una prolongación importante del tiempo de viaje a centros comerciales, de

estudio y trabajo que permanecen en la parte central de la ciudad.

La solución a este dilema parece estar en el desarrollo de una política de

densificación urbana de las nuevas zonas atendidas por el Metro, que a su

vez justifica la inversión realizada al sumarle más pasajeros a las nuevas

líneas. Los ferrocarriles urbanos tienen como objetivo facilitar el traslado de

grandes cantidades de personas de forma simultánea, rápida y segura. No

hay otro sistema que sea capaz de hacer lo mismo con la tecnología actual.

Además, los ahorros que es posible lograr en otros rubros, por ejemplo

construcción de nuevas calles y extensión de servicios públicos de todo

tipo, se pueden utilizar paramejorar el entorno urbano. Así, la densificación

de alta calidad permite mejorar la integración social y la calidad de vida de

las familias. Todo esto, desde luego, tiene el efecto adicional de reducir la

emisión de gases de efecto invernadero y así mejorar la sustentabilidad,

otro objetivo de la PNDU.

Obviamente, este no es el tipo de problemas que pueda resolver una

empresa pública que, por ley, opera como sociedad anónima. Adoptar

políticas como las propuestas requiere de decisiones de política a otro nivel,

que bien pudiera ser regional, si tuviéramos las instituciones apropiadas.

No se debe despreciar el efecto multiplicador que una planificación del

sistema de Metro a más largo plazo puede tener sobre la inversión priva-

da. Si se sabe que el Estado desplegará sistemas de transporte urbano e

interurbano de determinada calidad y con ciertos alcances geográficos, el

sector privado tiene el tiempo para organizar sus propias inversiones, a la

vez que disminuye el riesgo y la especulación.