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Capítulo III
Infraestructura digital
La conectividad y el acceso de calidad a internet es fundamental para no quedar
al margen de los beneficios de una economía digital: crecimiento económico;
productividad; creación de empleo, servicios públicos más asequibles y difusión de
la cultura. Una mejor conectividad digital se traduce en mayores oportunidades para
hacer negocios, en aumentos de competitividad, en creación de empleo, en mayor
y mejor accesibilidad para zonas remotas o alejadas de centros productivos, y en la
interconexión digital de los objetos y procesos (Internet de las cosas), entre otros. Estar
conectados y dar acceso a las ventajas que estos elementos generan, es fundamental
para un país que apunta a situarse en el centro de la actividad global.
El sector de telecomunicaciones en Chile se ha ido consolidando desde el sistema
telefónico fijo que pasó de contar con 2,4 líneas por cada 100 habitantes, en 1960, a
llegar a 8,5 líneas hacia fines de los años 80.
En 1987 la telefonía volvió al sector privado y el Estado adoptó un rol eminentemente
regulador. Años más tarde, el sistema telefónico experimentó uno de sus mayores
cambios tecnológicos tras la aparición de las primeras redes de telefonía móvil.
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