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La ex subsecretaria de Transportes, Gloria Hutt,

compartió el planteamiento de “inspirarse” en

buenas alternativas que han funcionado en

naciones del Primer Mundo, pero no perdiendo de

vista la resolución de nuestros propios problemas,

“por años en Chile -dijo- se ha buscado inspiración

externa, lo que en cierta manera está bien, pero

tomando los resguardos necesarios porque creo

que no es justo compararnos con los planes de

países desarrollados porque tenemos una realidad

distinta y recursos diferentes” aseveró.

Por su parte, Víctor Barrueto, director ejecutivo

de Asociación de Concesionarios de Transporte

Urbano de Superficies, Actus, planteó la

necesidad de avanzar y no quedarse sólo en

la falta de infraestructura. “Tenemos un grave

problema de infraestructura, eso lo sabemos, pero

creo que debemos ir más allá y enfocarnos en

una oportunidad para hacer una mejoría rápida,

por ejemplo, de las vías del transporte público”, a

lo que agregó que “también hay que invertir en

zonas pagas que nos permitan agilizar el sistema

y mejorar el ingreso de recursos al Transantiago,

lo que puede hacerse perfectamente mediante

concesiones”.

Por su parte, el secretario ejecutivo del CPI, Carlos

Cruz, expuso la necesidad de avanzar en materia

de infraestructura, haciendo un seguimiento

permanente de ésta y proyectándose en

iniciativas de largo plazo que permitan levantar la

infraestructura que Chile y los chilenos –distribuidos

a lo largo de todo el territorio nacional– necesitan

para vivir mejor.

“Sabemos que las necesidades en relación al

transporte público son muchas y que los recursos

invertidos pueden parecer escasos, sin embargo

tenemos que empezar por algo, mejorar lo más

urgente y en base a eso seguir avanzando” agregó

Cruz, dejando instalada la necesidad de elaborar una

política pública que se haga cargo de este desafío,

asegurando los niveles de inversión que la sustenten y

diseñando una institucionalidad que facilite llevar a la

práctica las obras comprometidas.

Mejorar la integración

y también la calidad de vida

de las personas son algunos

de los desafíos a los que

debe responder el sistema de

transporte urbano.