11
En los casos anteriores, la desorganización, la dispersión y demora en la toma de las decisiones,
la falta de una priorización estratégica a la hora de hacer las inversiones y la tardanza en la
puesta en marcha de los proyectos -producto de la burocracia del sistema de inversiones del
Estado-, fueron motivo de importantes deficiencias en la planificación inicialmente definida y, en
el caso de Chaitén, de un fracaso total en el traslado y reubicación de la ciudad, la que hoy ha
vuelto a ser habitada.
Para los participantes del primer Diálogo, las lecciones aprendidas deben permitir incorporar las
siguientes lecciones:
”
“
Los planes reguladores deben tener una mirada
de futuro, producto de decisiones urbanísticas que
velen por la calidad de vida de las personas.
La importancia de
hacerse cargo de los riesgos inherentes a cada zona urbana y
sus alrededores no urbanos
(en el caso de Valparaíso, los bosques que rodean a
los cerros), e incorporarlos en la planificación de las ciudades. Es importante, por
ejemplo, que los planes reguladores tengan una mirada de futuro y no avancen
validando situaciones de hecho, que resultan producto de condiciones de
marginalidad o de improvisaciones, más que de decisiones urbanísticas que velan
por la calidad de vida de las personas, en los lugares que habitan.
La calidad de vida de nuestros ciudadanos depende directamente de la
infraestructura que tienen a su disposición:
electricidad, parques, gimnasios, plazas,
escuelas, consultorios, comisarías, calles y caminos de buena calidad, transporte
público adecuado, redes de agua potable y sanitarias, sistemas de control de
aguas lluvia, etc. Proveer de esos elementos toma tiempo y requiere recursos; por lo
tanto, no son acciones que se puedan improvisar.