Jueves, Marzo 28, 2024

¿Lluvias en Santiago? Podría continuar la “megasequía”

PULSO – Aunque tiene relación con el Hemisferio Norte, el dicho “abril lluvias mil” también se utilizaba en Chile. La afirmación está en pretérito porque ya es difícil ver pluviosidad en la Región Metropolitana en ese mes. La denominada “megasequía” que en 2018 cumplió nueve años, se está transformando en tendencia. Si consideramos la última década, en un año normal deberían haber caído 312mm. Lo más cercano a esa cifra se dio el 2016 (268,7 mm) y lo más bajo en 2018, con 151,4mm (ver gráfico). Viéndolo de otra forma, es la mayor sequía de los últimos 190 años, con cerca del 60% menos de agua que un año normal.
Los expertos están algo preocupados por un 2019 que parece venir igual o más seco. “Cada año que pasa con esta condición, hace más extraño el fenómeno. No hay registros históricos similares. Realmente la megasequía es algo inusual, lo que lleva a la hipótesis de que el efecto del cambio climático es más fuerte de lo que esperamos”, comenta Juan Pablo Boisier, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la U. de Chile.
La Dirección Meteorológica de Chile proyecta que en el período marzo-abril-mayo caerán en total entre 51,7 a 71,1mm de lluvia en Santiago. “Incluso puede ser menos”, indica Catalina Cortés, meteoróloga de la Oficina de Servicios Climatológicos de esta entidad. Según los promedios históricos, durante esos tres meses deberían caer 77,7 mm. “No podemos predecir el pronóstico para el invierno, pero claramente durante los últimos 10 años las lluvias han estado debajo de lo normal. Además, cuando hay menor cantidad de agua caída, por lo general la precipitación de nieve en la cordillera también es baja”, agrega Cortés, refiriéndose a un tema fundamental: la acumulación de agua en los embalses cordilleranos.
Y si bien estamos viviendo el Fenómeno del Niño que podría traer más lluvias, Biosier afirma que es un “Niño bastante débil”. “En el caso de los embalses, independiente de que llueva poco, un par de eventos grandes en la cordillera podría mejorar su capacidad”, dice el investigador del (CR)2.
En Aguas Andinas le bajan intensidad al nerviosismo por el suministro. Eugenio Rodríguez, director de Gestión del Servicio de esta compañía afirma que a pesar de estar enfrentando un “megaevento” como el cambio climático, han hecho una gestión planificada para que no falte el agua, tanto por sequía como por turbiedad. “Aunque este sea un invierno seco, el abastecimiento en la Región Metropolitana está asegurado”, dice Rodríguez y agrega: “En 2008, teníamos una autonomía de 4 horas. Gracias a un plan de obras llegamos a 9 horas en 2014, a 11 en 2018 y alcanzaremos 34 horas en diciembre de 2019”. Incluso, dice, están disponibles para llegar a los tres días de autonomía. Aparte de un plan de Eficiencia Hidráulica, otra clave está en los acuerdos que han hecho con los usuarios del Río Maipo, el cual es responsable del 85% del agua de Santiago.
Por su parte, Essbio suministra agua potable en la Región de O’Higgins, la que tiene una condición similar a la Metropolitana. Según Víctor Hugo Bustamante, gerente regional O’Higgins de esta sanitaria, el 30% del agua captada proviene de fuentes superficiales y el 27% del río Cachapoal. “Si bien habrá menos lluvias en este otoño, los acuíferos de los cuales nos abastecemos no presentan variaciones significativas en sus niveles. No obstante, nos encontramos ejecutando pozos de respaldo en siete localidades para afrontar posibles contingencias operacionales”, asegura Bustamante.
Ver Artículo
Fuente: Pulso, Viernes 22 de marzo de 2019

PULSO – Aunque tiene relación con el Hemisferio Norte, el dicho “abril lluvias mil” también se utilizaba en Chile. La afirmación está en pretérito porque ya es difícil ver pluviosidad en la Región Metropolitana en ese mes. La denominada “megasequía” que en 2018 cumplió nueve años, se está transformando en tendencia. Si consideramos la última década, en un año normal deberían haber caído 312mm. Lo más cercano a esa cifra se dio el 2016 (268,7 mm) y lo más bajo en 2018, con 151,4mm (ver gráfico). Viéndolo de otra forma, es la mayor sequía de los últimos 190 años, con cerca del 60% menos de agua que un año normal.
Los expertos están algo preocupados por un 2019 que parece venir igual o más seco. “Cada año que pasa con esta condición, hace más extraño el fenómeno. No hay registros históricos similares. Realmente la megasequía es algo inusual, lo que lleva a la hipótesis de que el efecto del cambio climático es más fuerte de lo que esperamos”, comenta Juan Pablo Boisier, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la U. de Chile.
La Dirección Meteorológica de Chile proyecta que en el período marzo-abril-mayo caerán en total entre 51,7 a 71,1mm de lluvia en Santiago. “Incluso puede ser menos”, indica Catalina Cortés, meteoróloga de la Oficina de Servicios Climatológicos de esta entidad. Según los promedios históricos, durante esos tres meses deberían caer 77,7 mm. “No podemos predecir el pronóstico para el invierno, pero claramente durante los últimos 10 años las lluvias han estado debajo de lo normal. Además, cuando hay menor cantidad de agua caída, por lo general la precipitación de nieve en la cordillera también es baja”, agrega Cortés, refiriéndose a un tema fundamental: la acumulación de agua en los embalses cordilleranos.
Y si bien estamos viviendo el Fenómeno del Niño que podría traer más lluvias, Biosier afirma que es un “Niño bastante débil”. “En el caso de los embalses, independiente de que llueva poco, un par de eventos grandes en la cordillera podría mejorar su capacidad”, dice el investigador del (CR)2.
En Aguas Andinas le bajan intensidad al nerviosismo por el suministro. Eugenio Rodríguez, director de Gestión del Servicio de esta compañía afirma que a pesar de estar enfrentando un “megaevento” como el cambio climático, han hecho una gestión planificada para que no falte el agua, tanto por sequía como por turbiedad. “Aunque este sea un invierno seco, el abastecimiento en la Región Metropolitana está asegurado”, dice Rodríguez y agrega: “En 2008, teníamos una autonomía de 4 horas. Gracias a un plan de obras llegamos a 9 horas en 2014, a 11 en 2018 y alcanzaremos 34 horas en diciembre de 2019”. Incluso, dice, están disponibles para llegar a los tres días de autonomía. Aparte de un plan de Eficiencia Hidráulica, otra clave está en los acuerdos que han hecho con los usuarios del Río Maipo, el cual es responsable del 85% del agua de Santiago.
Por su parte, Essbio suministra agua potable en la Región de O’Higgins, la que tiene una condición similar a la Metropolitana. Según Víctor Hugo Bustamante, gerente regional O’Higgins de esta sanitaria, el 30% del agua captada proviene de fuentes superficiales y el 27% del río Cachapoal. “Si bien habrá menos lluvias en este otoño, los acuíferos de los cuales nos abastecemos no presentan variaciones significativas en sus niveles. No obstante, nos encontramos ejecutando pozos de respaldo en siete localidades para afrontar posibles contingencias operacionales”, asegura Bustamante.
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Fuente: Pulso, Viernes 22 de marzo de 2019

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