Miércoles, Abril 24, 2024

La llave para dinamizar el crecimiento en A. Latina. Por Eduardo Frei

EL MERCURIO – Los países de Latinoamérica tienen el desafío de avanzar de un estado de desarrollo intermedio a uno superior, que les permita disminuir los altos niveles de pobreza que presentan y mejorar su productividad y competitividad para que puedan insertarse en los mercados mundiales.
Una forma de abordarlo es a través de la inversión en infraestructura, que es un elemento determinante en las perspectivas de crecimiento de largo plazo de un país. Donde se construye una carretera, un puerto o una vía férrea se está abriendo una puerta al progreso y a la inclusión social. No es casualidad que países con alto crecimiento económico y elevada competitividad cuenten con una infraestructura moderna y eficiente.
Esto cobra especial importancia en nuestra región, donde aún la dotación de infraestructura es muy inferior a los niveles sostenibles necesarios para asegurar un crecimiento equilibrado en el tiempo, especialmente por la evolución que está teniendo el comercio internacional, factor principal de dinamización de nuestras economías.
En este sentido, considero que la mejor forma de abordar el desarrollo de grandes obras de infraestructura es a través de la política de concesiones, modalidad que aplicamos desde los años noventa y que trajo enormes beneficios para el país, coincidiendo con los años de más alto crecimiento económico que haya exhibido Chile en su historia.
Lamentablemente, ese notable impulso que tuvo la industria de las concesiones se fue perdiendo con el correr de los años y si bien valoro los anuncios hechos por el actual gobierno en la materia, su reactivación ha sido lenta. De hecho, recién en 2017 se alcanzó un nivel de inversión de US$ 800 millones, casi un 20% menos de la cifra registrada trece años antes y muy lejos de los US$ 1.500 millones anuales que se llegaron a invertir en la segunda mitad de la década del noventa.
El esfuerzo por revertir esta tendencia y, en general, la aún baja inversión en infraestructura en América Latina es precisamente el propósito del II Foro Latinoamericano de Infraestructura, organizado por el Consejo de Política de Infraestructura, en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas y el Banco Interamericano de Desarrollo, que se llevará a cabo hoy y mañana. Esta convocatoria, además, se da en el marco de la próxima Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico que se efectuará en nuestro país en octubre próximo y que contará con la participación de destacadas autoridades de diversos gobiernos asiáticos.
Soy un convencido de que la mejor forma de enfrentar los desafíos comunes de las naciones de la región es abordarlos a través de un trabajo conjunto que permita aprender de las experiencias de cada uno, sobre todo cuando han sido exitosas. Nuestro país le puede sacar mucho provecho a un encuentro de esta naturaleza en cada una de las materias que se abordarán, además de compartir con nuestros vecinos formas de enfrentar algunos aspectos que, por los resultados alcanzados, han sido motivo de prestigio mundial, como lo es nuestra política de concesiones de grandes obras de infraestructura.
Esperamos entonces que este Foro se constituya en un paso adelante en la necesaria tarea de generar mayores niveles de cooperación entre los países de la región, en el entendido de que el desarrollo de la infraestructura, en particular, y de nuestras economías, en general, no puede ser un esfuerzo aislado, sino que requiere de un trabajo conjunto que nos transforme en un actor relevante en el mundo.
Fuente: El Mercurio, Martes 13 de Agosto de 2019

EL MERCURIO – Los países de Latinoamérica tienen el desafío de avanzar de un estado de desarrollo intermedio a uno superior, que les permita disminuir los altos niveles de pobreza que presentan y mejorar su productividad y competitividad para que puedan insertarse en los mercados mundiales.
Una forma de abordarlo es a través de la inversión en infraestructura, que es un elemento determinante en las perspectivas de crecimiento de largo plazo de un país. Donde se construye una carretera, un puerto o una vía férrea se está abriendo una puerta al progreso y a la inclusión social. No es casualidad que países con alto crecimiento económico y elevada competitividad cuenten con una infraestructura moderna y eficiente.
Esto cobra especial importancia en nuestra región, donde aún la dotación de infraestructura es muy inferior a los niveles sostenibles necesarios para asegurar un crecimiento equilibrado en el tiempo, especialmente por la evolución que está teniendo el comercio internacional, factor principal de dinamización de nuestras economías.
En este sentido, considero que la mejor forma de abordar el desarrollo de grandes obras de infraestructura es a través de la política de concesiones, modalidad que aplicamos desde los años noventa y que trajo enormes beneficios para el país, coincidiendo con los años de más alto crecimiento económico que haya exhibido Chile en su historia.
Lamentablemente, ese notable impulso que tuvo la industria de las concesiones se fue perdiendo con el correr de los años y si bien valoro los anuncios hechos por el actual gobierno en la materia, su reactivación ha sido lenta. De hecho, recién en 2017 se alcanzó un nivel de inversión de US$ 800 millones, casi un 20% menos de la cifra registrada trece años antes y muy lejos de los US$ 1.500 millones anuales que se llegaron a invertir en la segunda mitad de la década del noventa.
El esfuerzo por revertir esta tendencia y, en general, la aún baja inversión en infraestructura en América Latina es precisamente el propósito del II Foro Latinoamericano de Infraestructura, organizado por el Consejo de Política de Infraestructura, en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas y el Banco Interamericano de Desarrollo, que se llevará a cabo hoy y mañana. Esta convocatoria, además, se da en el marco de la próxima Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico que se efectuará en nuestro país en octubre próximo y que contará con la participación de destacadas autoridades de diversos gobiernos asiáticos.
Soy un convencido de que la mejor forma de enfrentar los desafíos comunes de las naciones de la región es abordarlos a través de un trabajo conjunto que permita aprender de las experiencias de cada uno, sobre todo cuando han sido exitosas. Nuestro país le puede sacar mucho provecho a un encuentro de esta naturaleza en cada una de las materias que se abordarán, además de compartir con nuestros vecinos formas de enfrentar algunos aspectos que, por los resultados alcanzados, han sido motivo de prestigio mundial, como lo es nuestra política de concesiones de grandes obras de infraestructura.
Esperamos entonces que este Foro se constituya en un paso adelante en la necesaria tarea de generar mayores niveles de cooperación entre los países de la región, en el entendido de que el desarrollo de la infraestructura, en particular, y de nuestras economías, en general, no puede ser un esfuerzo aislado, sino que requiere de un trabajo conjunto que nos transforme en un actor relevante en el mundo.
Fuente: El Mercurio, Martes 13 de Agosto de 2019

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