Martes, Abril 23, 2024

Carretera Hídrica ingresa este martes al MOP y gestores optan por presentar primer tramo, que requiere US$ 6 mil millones de inversión

EL MERCURIO – Tras casi cuatro años de estudios, directivos de la Corporación Reguemos Chile entregarán los documentos y estudios de la primera parte del trazado, que comprende 1.015 kilómetros desde el río Queuco, en el Alto Biobío, hasta la zona central. El proyecto contempla subsidios por unos US$ 2 mil millones. Aquí, Juan Sutil, presidente de la entidad, explica en detalle los alcances de una iniciativa que describe como la solución más económica y eficiente a la “horrorosa” sequía que afecta de Curicó al norte de Chile.
El martes, justo a mediodía, la plana mayor de la Corporación Reguemos Chile —encabezada por su presidente Juan Sutil, y varios miembros del directorio y equipo ejecutivo, como Maximiano Letelier y Clemente Pérez—, concurrirá a la oficina de Concesiones del MOP a entregar la iniciativa por la cual han trabajado durante casi cuatro años: el proyecto de Carretera Hídrica, que busca llevar agua desde la Región del Biobío hacia la zona centro-norte del país, y así hacer frente a la severa sequía y escasez hídrica que afecta a Chile, que está arreciando como consecuencia del cambio climático, con el consecuente efecto demoledor sobre la agricultura y la posibilidad de que Chile sea una potencia agroalimentaria.
La idea de los gestores es entregar esta iniciativa público-privada para que el Estado la estudie, la declare de interés público y sea licitada y concesionada.
Tras diversos estudios desarrollados al alero de la Corporación —una entidad sin fines de lucro, creada en 2015, y que patrocinan diversos gremios y empresas—, la iniciativa que finalmente ingresará al MOP corresponde a un documento de más de 50 páginas, acompañado de varios estudios sobre el trazado, la ingeniería, el impacto ambiental, la demanda y disponibilidad de pago, la rentabilidad social y el modelo de negocio. La propuesta está referida al primer tramo del trazado, de un total de cinco que contempla todo el desarrollo.
Este primer trayecto considera un proyecto por unos US$ 6 mil millones de inversión, de 1.015 kilómetros de longitud, que va entre el río Queuco, en el Alto Biobío, hasta San Pedro, Melipilla, en el río Maipo (Región Metropolitana), y con el cual proyectan incorporar al riego unas 324.732 hectáreas nuevas, previendo aumentar las exportaciones de alimento en 40%. (ver recuadro).
Juan Sutil destalla que en la corporación, desde una mirada técnica, optaron por presentar inicialmente este primer tramo, dada la envergadura del proyecto en cuanto a ingeniería, construcción y financiamiento. “Hay que probar que esto es posible”, dice, agregando que por el propio cambio climático, “quizá lo más fácil y rentable es regar aquellas hectáreas que están más próximas al recurso hídrico (…). Hemos pensado que lo más prudente es presentar el tramo 1, que es el más rentable y el que más hectáreas está incorporando en lo inmediato”, resume.
“Estamos en una sequía que va a ser horrorosa, especialmente de Curicó al norte. Esa muy mala noticia puede jugar a favor, en términos de ponerle la importancia y urgencia a un proyecto de esta naturaleza, que es una parte de la solución (…). Dificulto que tengamos alguna propuesta país de desarrollo tan importante como la Carretera Hídrica (…). Mi sueño es que este proyecto se transforme en una propuesta país abrazada por todos. La tiene que tomar el Estado de Chile”, asevera Sutil.
“Ya hay consorcios internacionales que están expectantes”
Los gestores de la iniciativa ya han invertido del orden de US$ 1 millón en la fase de preparación —“más del 70% ha sido aporte personal mío y de mi familia, que lo he hecho con muchas ganas”, dice Sutil—, pero para que el proyecto llegue a ver la luz, aún debe sortear muchas etapas.
Si es declarado de interés público, debiera entrar a una segunda fase, que demoraría unos cuatro a cinco años, durante la cual se profundizarán los estudios ya hechos por la corporación, lo que demandará otros US$ 50 millones a US$ 60 millones, calculan, y recién entonces el Estado estará en condiciones de licitarlo.
Sutil asegura que los miembros de la corporación no buscan beneficios personales con el proyecto, pues el modelo en el que han pensado es que la iniciativa la asuman actores globales de infraestructura, como por ejemplo, consorcios chinos, japoneses, franceses, españoles o italianos. La forma de valorizar el trabajo ya hecho por la corporación —la autoría intelectual y la inversión materializada—, sería por la vía de integrarse con un porcentaje menor, y esos ingresos reinvertirlos en preparar capital humano en estos temas.
“Nosotros no tenemos ninguna capacidad para enfrentar como corporación un proyecto de esta naturaleza. No vamos detrás del negocio. Lo que hemos hecho en forma desinteresada es poner el tema sobre la mesa y plantear una solución (…). Probablemente va a llegar gente interesada. Ya hay consorcios internacionales que están expectantes de esta situación”, describe.
“Apelo a que los gobernantes de Chile tengan una mirada de Estado”
Este proyecto no ha estado exento de aprensiones de otros actores. Desde principios de este año, movimientos indígenas se han articulado bajo la premisa “Defendamos el río Queuco”, estimando que esta carretera hídrica afectaría la relación que tienen los pueblos mapuche-pehuenche con la naturaleza y la biodiversidad.
Y hace unos días, el presidente de la Sociedad Agrícola de Bío Bío, José Miguel Stegmeier, envió una carta a este medio en la que alerta sobre los riesgos y efectos ecológicos y sanitarios que tendría en Biobío y el Gran Concepción un proyecto de esta naturaleza, poniendo en duda la viabilidad técnica, financiera, ambiental y legal de la iniciativa.
“Por supuesto que hay gente que puede tener preocupación o aprensiones, especialmente en la Región del Biobío o Ñuble, y es natural que así sea, pero esto no es una amenaza a ese desarrollo”, retruca Sutil. Respecto de las comunidades, precisa que el proyecto incorpora compensaciones y reparaciones. “Entendemos que las comunidades obviamente deben tener beneficios, y en este proyecto, esos beneficios están considerados”, agrega. Sobre las aprensiones de Stegmeier, responde: “Yo creo que cuando hizo esa crítica estaba desinformado del proyecto (…). Es una oportunidad, no una amenaza”.
“Este proyecto no pasa por ningún parque nacional, por ninguna ciudad, ni cementerio, ni reserva indígena ni ningún lugar que pueda ser patrimonio de la biodiversidad. El impacto del proyecto es acotado, igual que cuando se hace una carretera. El desarrollo y el progreso requieren generar soluciones”, dice.
Sobre una posible judicialización de la iniciativa, es tajante: “No me cabe duda de que vamos a tener oposición de algunos movimientos ambientalistas. Eso hay que mirarlo de manera positiva, permite ponernos en la mejor posición para ir tratando de buscar las mejores soluciones”, plantea.
Por lo mismo, es optimista. “Estamos convencidos de que esto es parte de la solución. Sería muy defraudante que la autoridad no tuviera una mirada de largo plazo (…). Yo apelo a que los gobernantes de Chile tengan una mirada de Estado, de desarrollo de largo plazo. Si los presidentes Frei o Lagos no hubieran tenido esa mirada de Estado, hoy no podríamos transitar por Santiago, estaría colapsado. Pienso que el Presidente Piñera sí va a tener una mirada de Estado y que los próximos candidatos también la van a tener”, grafica Sutil.
Fuente: El Mercurio, Domingo 01 de Septiembre de 2019

EL MERCURIO – Tras casi cuatro años de estudios, directivos de la Corporación Reguemos Chile entregarán los documentos y estudios de la primera parte del trazado, que comprende 1.015 kilómetros desde el río Queuco, en el Alto Biobío, hasta la zona central. El proyecto contempla subsidios por unos US$ 2 mil millones. Aquí, Juan Sutil, presidente de la entidad, explica en detalle los alcances de una iniciativa que describe como la solución más económica y eficiente a la “horrorosa” sequía que afecta de Curicó al norte de Chile.
El martes, justo a mediodía, la plana mayor de la Corporación Reguemos Chile —encabezada por su presidente Juan Sutil, y varios miembros del directorio y equipo ejecutivo, como Maximiano Letelier y Clemente Pérez—, concurrirá a la oficina de Concesiones del MOP a entregar la iniciativa por la cual han trabajado durante casi cuatro años: el proyecto de Carretera Hídrica, que busca llevar agua desde la Región del Biobío hacia la zona centro-norte del país, y así hacer frente a la severa sequía y escasez hídrica que afecta a Chile, que está arreciando como consecuencia del cambio climático, con el consecuente efecto demoledor sobre la agricultura y la posibilidad de que Chile sea una potencia agroalimentaria.
La idea de los gestores es entregar esta iniciativa público-privada para que el Estado la estudie, la declare de interés público y sea licitada y concesionada.
Tras diversos estudios desarrollados al alero de la Corporación —una entidad sin fines de lucro, creada en 2015, y que patrocinan diversos gremios y empresas—, la iniciativa que finalmente ingresará al MOP corresponde a un documento de más de 50 páginas, acompañado de varios estudios sobre el trazado, la ingeniería, el impacto ambiental, la demanda y disponibilidad de pago, la rentabilidad social y el modelo de negocio. La propuesta está referida al primer tramo del trazado, de un total de cinco que contempla todo el desarrollo.
Este primer trayecto considera un proyecto por unos US$ 6 mil millones de inversión, de 1.015 kilómetros de longitud, que va entre el río Queuco, en el Alto Biobío, hasta San Pedro, Melipilla, en el río Maipo (Región Metropolitana), y con el cual proyectan incorporar al riego unas 324.732 hectáreas nuevas, previendo aumentar las exportaciones de alimento en 40%. (ver recuadro).
Juan Sutil destalla que en la corporación, desde una mirada técnica, optaron por presentar inicialmente este primer tramo, dada la envergadura del proyecto en cuanto a ingeniería, construcción y financiamiento. “Hay que probar que esto es posible”, dice, agregando que por el propio cambio climático, “quizá lo más fácil y rentable es regar aquellas hectáreas que están más próximas al recurso hídrico (…). Hemos pensado que lo más prudente es presentar el tramo 1, que es el más rentable y el que más hectáreas está incorporando en lo inmediato”, resume.
“Estamos en una sequía que va a ser horrorosa, especialmente de Curicó al norte. Esa muy mala noticia puede jugar a favor, en términos de ponerle la importancia y urgencia a un proyecto de esta naturaleza, que es una parte de la solución (…). Dificulto que tengamos alguna propuesta país de desarrollo tan importante como la Carretera Hídrica (…). Mi sueño es que este proyecto se transforme en una propuesta país abrazada por todos. La tiene que tomar el Estado de Chile”, asevera Sutil.
“Ya hay consorcios internacionales que están expectantes”
Los gestores de la iniciativa ya han invertido del orden de US$ 1 millón en la fase de preparación —“más del 70% ha sido aporte personal mío y de mi familia, que lo he hecho con muchas ganas”, dice Sutil—, pero para que el proyecto llegue a ver la luz, aún debe sortear muchas etapas.
Si es declarado de interés público, debiera entrar a una segunda fase, que demoraría unos cuatro a cinco años, durante la cual se profundizarán los estudios ya hechos por la corporación, lo que demandará otros US$ 50 millones a US$ 60 millones, calculan, y recién entonces el Estado estará en condiciones de licitarlo.
Sutil asegura que los miembros de la corporación no buscan beneficios personales con el proyecto, pues el modelo en el que han pensado es que la iniciativa la asuman actores globales de infraestructura, como por ejemplo, consorcios chinos, japoneses, franceses, españoles o italianos. La forma de valorizar el trabajo ya hecho por la corporación —la autoría intelectual y la inversión materializada—, sería por la vía de integrarse con un porcentaje menor, y esos ingresos reinvertirlos en preparar capital humano en estos temas.
“Nosotros no tenemos ninguna capacidad para enfrentar como corporación un proyecto de esta naturaleza. No vamos detrás del negocio. Lo que hemos hecho en forma desinteresada es poner el tema sobre la mesa y plantear una solución (…). Probablemente va a llegar gente interesada. Ya hay consorcios internacionales que están expectantes de esta situación”, describe.
“Apelo a que los gobernantes de Chile tengan una mirada de Estado”
Este proyecto no ha estado exento de aprensiones de otros actores. Desde principios de este año, movimientos indígenas se han articulado bajo la premisa “Defendamos el río Queuco”, estimando que esta carretera hídrica afectaría la relación que tienen los pueblos mapuche-pehuenche con la naturaleza y la biodiversidad.
Y hace unos días, el presidente de la Sociedad Agrícola de Bío Bío, José Miguel Stegmeier, envió una carta a este medio en la que alerta sobre los riesgos y efectos ecológicos y sanitarios que tendría en Biobío y el Gran Concepción un proyecto de esta naturaleza, poniendo en duda la viabilidad técnica, financiera, ambiental y legal de la iniciativa.
“Por supuesto que hay gente que puede tener preocupación o aprensiones, especialmente en la Región del Biobío o Ñuble, y es natural que así sea, pero esto no es una amenaza a ese desarrollo”, retruca Sutil. Respecto de las comunidades, precisa que el proyecto incorpora compensaciones y reparaciones. “Entendemos que las comunidades obviamente deben tener beneficios, y en este proyecto, esos beneficios están considerados”, agrega. Sobre las aprensiones de Stegmeier, responde: “Yo creo que cuando hizo esa crítica estaba desinformado del proyecto (…). Es una oportunidad, no una amenaza”.
“Este proyecto no pasa por ningún parque nacional, por ninguna ciudad, ni cementerio, ni reserva indígena ni ningún lugar que pueda ser patrimonio de la biodiversidad. El impacto del proyecto es acotado, igual que cuando se hace una carretera. El desarrollo y el progreso requieren generar soluciones”, dice.
Sobre una posible judicialización de la iniciativa, es tajante: “No me cabe duda de que vamos a tener oposición de algunos movimientos ambientalistas. Eso hay que mirarlo de manera positiva, permite ponernos en la mejor posición para ir tratando de buscar las mejores soluciones”, plantea.
Por lo mismo, es optimista. “Estamos convencidos de que esto es parte de la solución. Sería muy defraudante que la autoridad no tuviera una mirada de largo plazo (…). Yo apelo a que los gobernantes de Chile tengan una mirada de Estado, de desarrollo de largo plazo. Si los presidentes Frei o Lagos no hubieran tenido esa mirada de Estado, hoy no podríamos transitar por Santiago, estaría colapsado. Pienso que el Presidente Piñera sí va a tener una mirada de Estado y que los próximos candidatos también la van a tener”, grafica Sutil.
Fuente: El Mercurio, Domingo 01 de Septiembre de 2019

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